¿Cuánto cuesta la cultura? ¿Cuál es el valor del conocimiento? Muchas personas dirán que el valor de la sabiduría es incalculable. De acuerdo. Sin embargo, en un mundo mercantilizado como el nuestro todo tiene un precio, un valor. No sé qué interés empresarial llevó a la antigua Editorial Edirca a imprimir tantos y tantos ejemplares que no se pudieron introducir en el mercado y que las instituciones rechazaron como donativo en el año 2013, como ya contamos en Tamaimos.
Con el paso de los años, y ya perdido su valor comercial, un pequeño empresario se encontró con esa pequeña sorpresa en la nave que acababa de comprar. Sin duda había mucha cultura en esas páginas pero a simple vista solo eran cajas y cajas, libros y libros, palets y palets. Con la paciencia certosina, fueron citando a gente individual a que retirara libros por goteo. Las convocatorias se hacían por whatsapp y el nudo de libros no bajaba de volumen.
Esa parte de la historia la conocen. Incluso hasta la parte de la recuperación del fondo por parte de la Fundación Canaria Tamaimos el pasado mes de julio. Esta semana se fijó la primera cita para recogida de libros. A través del correo electrónico que creamos para solicitar los libros, librosedircatamaimos@gmail.com, llegaron 154 peticiones individuales, entre las que se incluyen las de 22 entidades públicas y privadas. La pandemia había enfriado la convocatoria, los datos epidemiológicos en Canarias a principios de septiembre, fecha estimada de la retirada, eran demasiado preocupantes como para hacer una quedada de este tipo.
El martes, delante de la nave donde se colocaron los libros, ya había gente esperando antes de las 16:00. Cuando se abrió el portón azul del espacio, situado en la calle Tejeda, número 3 del Polígono Industrial La Cazuela (Las Palmas de Gran Canaria), el goteo de gente fue constante. Medio centenar de personas retiraron libros en las cinco horas del horario fijado. Entre ellas seis entidades, con solo una institución pública. Está claro que todavía no han entendido que los libros son gratis, que solo tienen que llevar un transporte y una persona para llevarse los libros, y que con ellos pueden llenar bibliotecas y colegios públicos con una inversión mínima. Poca voluntad y demasiado postureo, por desgracia.
En cualquier caso, el balance es más que positivo. De los entorno a 12.000 libros que habíamos cifrado se pudieron repartir en torno a 2.000, una pequeña parte, pero Roma no se construye en un día. Quedan muchas colecciones completas de Arte en Canarias y Clásicos canarios. De la Historia General, pueden retirar Leyendas canarias, Biografía de canarios célebres y Canarias siglo X. De Prisma Canario aún existen ejemplares de Islas de fuego y agua, Juego del palo y peleas de gallos y Arquitectura clásica canaria. De Cultura Viva de Canarias pueden retirar El caudillo de las sombras de Antolín Dávila, Canarias en el 98 español de Víctor Morales Lezcano y En el camino de José Ramón Santana Godoy. Además quedan libros de Parque Marítimo de César Manrique.
Un compendio de casi 30 títulos que no es pecata minuta en cuanto al conocimiento sobre la realidad canaria. La nave sigue llena de libros dispuestos a ser entregados, de forma totalmente gratuita, a la ciudadanía canaria, a las asociaciones de vecinos, a los colectivos culturales, a las instituciones públicas o a los centros de enseñanza. Solo tienen que apuntarse en el correo anteriormente citado y correr con los gastos de transporte. La Fundación Canaria Tamaimos volverá a fijar otra fecha de retirada de libros que será informada nuevamente. Si la cultura vale más que el trabajo de transportarlos y trasladarlos, es una oportunidad única para que las casas y espacios culturales canarios se llenen de conocimiento en las páginas de un proyecto empresarial que naufragó, probablemente por la salud de su dueño. Se entregan gratis, la única contraprestación es hacer buen uso del material y que quede bien repartido.