
Una de las películas de los últimos años que me han parecido más completa es «Criadas y señoras», «The Help» en su título original. Está basada en la novela homónima de Kathryn Stockett del año 2009. La historia relata las vivencias de una serie de empleadas del hogar afroamericanas en el Misisipi de los años 60. La importancia de lo que cuenta reside en cómo sale a la luz su problemática, la lucha por los derechos civiles, el designio por género y la cuasi esclavitud hereditaria. Las hijas de empleadas domésticas serán empleadas domésticas, las nietas de empleadas domésticas también, pero además los niños blancos que ellas crían serán sus jefes veinte años después.
Hereditaria también es la «profesión» de Rey en el Estado español. El Jefe del Estado estuvo en Canarias la semana pasada. Entre otros actos, estuvo en el V Foro Internacional de Turismo, Maspalomas Costa Canaria. Dice el monarca que los buenos datos del turismo deben servir de “ejemplo y motor para una mayor internacionalización de las islas en otros ámbitos económicos”, apostillando que esta actividad “no puede crear, por sí solo, todo el empleo que las islas necesitan”. Por lo tanto, internacionalización de la economía, se comprende que diversificación y ¿eso asegura «crear todo el empleo que las islas necesitan»? La prensa local, solícita, acerca al Rey al pueblo y a la idiosincracia canaria con cualquier cambalache.
Estos días también se inauguró el Acuario «Poema del mar» en Las Palmas de Gran Canaria. Durante los días previos, la prensa allanó el camino de los Kiessling con todo tipo de promoción de la infraestructura. Las portadas demostraban que «el acuario sí es de Primera División» y Wolfgang Kiessling era agasajado, más que entrevistado, dejando afirmaciones de calado: «Para mí es muy importante crear empleos, tener a gente a mi alrededor y me gusta, en lugar de gastarme el dinero en grandes yates o aviones, crear nuevas atracciones». También debiera apostillar, el altruista empresario, que le gusta ahorrarse mucho dinero en gastos fiscales.
Sobre maltrato animal, la sombra que está detrás de toda la polémica del Poema del Mar, justifica: «Mueren entre 100 y 300 millones (tiburones) anuales. Es una cifra impresionante. Ahora ya empezamos a oír que el atún rojo está en peligro de extinción y el único animal que verdaderamente vive bien son los cetáceos. ¿Por qué viven bien los cetáceos? Muy simple porque en los años 50 empezaron a ser populares los cetáceos con las películas de Flipper y luego llegaron los delfinarios, y eso provocó que esa especie contase con mucho cariño de la gente. Creo haber respondido un poco a la pregunta suya: el que no tenga muy claro si hace la visita, debe entrar para ver la belleza de nuestra naturaleza. Espero convertir a esa persona en alguien que salga diciendo que hay que proteger a los animales». Gracias señor Kiessling, en nombre de las especies marinas encarceladas. A veces la realidad se encarga de refutar a la propaganda y un vídeo demuestra cómo un tiburón está a punto de caer en una maniobra para depositarlo en el acuario.
Si seguimos repasando los templos de la Canarias turística, no podemos obviar los centros comerciales, sobre los que prometo volver en próximas entregas. Ahora se propone liberalizar los horarios de los domingos, dando vía libre a la perpetuación de las condiciones laborales leoninas en el sector, principalmente en las grandes superficies. Por supuesto, los empresarios están a favor y prometen mejores condiciones, como siempre. La realidad es que los trabajadores de centros comerciales cerrarán solo el 6 y el 25 de diciembre, y la mayoría de los trabajadores limitarán su libranza de este mes a esas fechas. Porque hasta ahora no se ha cumplido, ni se prevé que se cumplirá, la eterna promesa de la mejora de condiciones ni la contratación de más personal, para que un grupo específico se encargue de esos días. El personal laboral de los centros comerciales, sometidos a bajos salarios y encima a jornadas maratonianas. Y mientras, el pequeño comercio sigue en desventaja contra el monstruo de las grandes superficies. El pequeño y mediano comercio, en riesgo de quiebra frente a las multinacionales que si no funcionan se van y ya está.
Otro colectivo de trabajadores con problemas son los empleados de Seguridad Integral Canaria y Ralons. Retrasos en el cobro de nóminas, paros y huelgas de hambre. El dueño de las dos empresas sigue compartiendo mesa y mantel con políticos que le siguen riendo la gracia, salvo contadas excepciones. Mientras los trabajadores no cobran, el PSOE lanza una campaña de recogida de alimentos llevada a cabo por una de ellas, Ralons. ¿No se conmueven los obreros con ese colectivo de trabajadores que lleva meses sin cobrar?
Añadamos que en Canarias tenemos el segundo coste laboral más bajo del Estado tras Extremadura. Un coste laboral de más de 300 euros menos que la media estatal. Más de 2.700 contratos contaban con irregularidades según el plan de inspección realizado por la dirección territorial de Inspección de Trabajo. Y en el apartado turístico, aumentan los pasajeros low cost que llegan a Canarias, porque ese debe ser el perfil de visitantes que queremos para nuestras islas. Si de bajo coste son los viajeros, nosotros también nos estamos convirtiendo en una sociedad de bajo coste, ya lo vendía el presidente.
Condenados al paro, porque el turismo no absorbe todo el empleo, a tener que tragar que empresarios, con evidentes ventajas desde el poder, abran una cárcel de animales inteligentes, con condiciones laborales leoninas, bajos salarios y a veces sin siquiera cobrarlos, pero felices. Sí, dice el titular de La Provincia que «los canarios tienen poco dinero y mala calidad de vida, pero están satisfechos». El titular está basado en un estudio y yo no me atrevo a ponerlo en duda. Porque felices también eran las criadas negras que servían a los blancos. Eso sí, supieron romper la cadena y luchar por los derechos civiles. Estamos ampliando la brecha, convirtiendo nuestras islas en un mundo de criadas y señoras, donde unas disfrutan, tienen derecho a ocio y todos los derechos y la ley de su parte, mientras otras sirven, obedecen, se resignan… y están contentas en su papel.