Como todo no va a ser belingo y parranda desde el comienzo tocó inmersión en el ámbito académico de Agadir. Una ciudad que, a pesar de su proyección turística, cuenta con varias universidades. Además de la pública Universidad de Ibn Zohr, también existen campus universitarios privados internacionales que acogen estudiantes de otros países, especialmente del África subsahariana. Ibn Zohr recibe estudiantes de todo el sur de Marruecos y el Sáhara.
Este curso académico acogería, sospecho que por primera vez, a un estudiante canario lo que me lleva a recordar el momento que decidí partir a esta aventura. Cuando en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se propuso cinco becas de estancia en el país vecino nos presentamos en una reunión quizás más de una quincena de doctorandos que, excepto servidor, no tenían ningún interés por una estancia en Marruecos sino, comprensiblemente, por Europa y Estados Unidos. Finalmente, de las cinco becas hubieron cuatro vacantes siendo servidor el único doctorando que aprovechó esta oportunidad. La ruta de intercambio de estudiantes o doctorandos solía ser exclusivamente a la inversa; varios estudiantes marroquís que hacen su estancia en Las Palmas.
Si algo llama la atención al extranjero, en este caso a un canario advertido, es la presencia de carteles rotulados en la escritura amazigh conocida como tifinagh (ⵜⵉⴼⵉⵏⴰⵖ) o neo-tifinagh. Esta escritura es la derivación moderna de los alfabetos tradicionales tuaregs, testigo superviviente de la antigua escritura Líbico-Bereber, antaño extendida por el Norte de África y también conocida por los antiguos canarios como bien atestigua nuestra arqueología insular. En efecto, esta ha sido la escritura elegida oficialmente en el país para la transcripción de la lengua amazigh.
Lo habitual es la rotulación de carteles principalmente en árabe y francés, pero ahora cada vez más en amazigh, todo un reflejo de los avances que se ha desarrollado en relación a este idioma en los estados vecinos de Argelia y Marruecos, especialmente en este último que es el territorio que más población amazigh hablante reúne.
La lengua árabe fue la única lengua oficial del estado tras la independencia con el francés, el idioma colonial, como lengua oficial en la práctica sin ser reconocida. El amazigh quedaría relegada y excluida hasta que en el año 2001 Marruecos empezara a dar pasos hacia la oficialización con la creación del Instituto Real de la Cultura Amazigh (IRCAM), órgano destinado a preparar y desarrollar la normalización de esta lengua eminentemente oral. Este camino culminó legalmente cuando en 2011 el Estado alauita la reconoce como lengua oficial en su constitución. Así, comenzaría la integración de esta lengua en la administración, cartelería pública, medios de comunicación y sistema educativo, proceso que aún está en marcha con no pocas dificultades.
Es justo añadir que los amigos amazighes insisten en que este logro no fue un regalo caído del cielo sino fruto de décadas de lucha en pro del reconocimiento de la identidad bereber. A modo de ilustración, decir que aún siguen vigentes recuerdos entre personas de mediana edad de las faltas de respeto y discriminación hacia los hablantes de amazigh por parte de otros marroquís arabos parlantes. Afortunadamente, las cosas están cambiando aunque, como también reconocen, queda mucho camino por recorrer para llegar hasta una verdadera igualdad entre el árabe y el amazigh.
La Facultad de Ciencias Humanas de Agadir, con su inconfundible arboleda, fue uno de los campus pioneros en este proceso introduciendo desde el 2006 un Máster de Lengua y Cultura Amazigh y hace unos años el Departamento de Estudios Amazighes y su Licenciatura, todo un reflejo inequívoco de los avances en esta cuestión. Así, en estas aulas se forman los docentes, comunicadores y especialistas que nutrirán el sistema educativo y medios de comunicación del país para consolidar al amazigh como lengua moderna.
Agadir, Las Palmas y La Laguna
Desde hace años, la universidad pública de Agadir lleva firmado con las universidades canarias convenios de cooperación científica. Además, algunos de sus estudiantes han hecho y están haciendo estancias formativas en nuestras universidades en diversos ámbitos. En lo que respecta a la cultura amazigh, a modo de ejemplo, cabe destacar las colaboraciones científicas, algún curso de amazigh en la ULPGC y la creación hace unos años de la Cátedra de Estudios Bereberes en la ULL dirigida por Antonio Tejera Gaspar, que ha desarrollado cursos de lengua y cultura amazigh con profesores y especialistas marroquís.
Además de la geografía, ¿será nuestra raíz amazigh nuestro principal vínculo con África? De todo esto y más seguiremos hablando en las próximas ‘Crónicas de Berbería’.
CONTINUARÁ…