
La U.D. Las Palmas siempre nos ha traído penas y alegrías. Victorias y derrotas, al final la afición canaria siempre se ha sentido orgullosa de su equipo. Pero lo que nos trajo esta última jornada fue el peor episodio de todos. Fue la vergüenza absoluta.
El señor Miguel Ángel Ramírez, presidente del club, decidió de última hora, y sin consultarlo siquiera con sus jugadores, hacer de nuestro club deportivo una organización política. Una organización completamente alineada a sus convicciones personales. Convirtiendo la camiseta amarilla en un eslogan partidista y dando una cruel imagen de nuestro equipo en un día tan crítico y delicado como lo fue el 1 de Octubre en Cataluña.
Recordemos que los clubes isleños tenían vetada su participación en la liga española y bastante tuvieron que luchar los estamentos del fútbol canario para que nos dejaran participar a nivel estatal. Más tarde, con los goles y victorias a nuestro favor en esos años dorados cuando arrinconábamos en la cancha a los grandes equipos, algún caudillo diría que la U.D. Las Palmas no era equipo para representar a España en Europa, poniendo así un yugo a nuestro trabajo y talento. Pero parece que la memoria está floja y hoy todo esto se ha olvidado.
Tenemos que dejar bien claro que nuestro club no pertenece a ninguna empresa o individuo. Tampoco milita en ningún partido u organización política. La U.D. Las Palmas representa y pertenece a una ciudad y a una afición. Su afán es y debe ser meramente deportivo y nuestra afición se reúne cada semana en torno a unos valores de respeto, tolerancia, sana competencia y superación. El señor Miguel Ángel Ramírez parece haber olvidado esto y se ha excedido de sus funciones yendo demasiado lejos y pisando un césped que nunca debió pisar. El club ha cometido un grave error y debe pedir disculpas públicamente a sus aficionados y miembros del club por haberlos llevado a un juego político donde nunca pidieron jugar.
Aprovecho para animar a todos los que sientan que se han vulnerado nuestros intereses y derechos como aficionados, socios y seguidores a quejarnos formalmente ante la entidad.