Este manifiesto fue leído el pasado 3 de febrero de 2024. Asistieron a esta «Caminata por Amagro» caminantes de la comarca y otras de la isla, de La Palma y Tenerife, miembros de la Asociación Canaria de la Cultura Tamazight Azar, Asociación Patrimonial Attidamana, Ben Magec Ecologistas en Acción de Canarias, Colectivo Turcón Ecologistas en Acción, El Legado: Cultura y Patrimonio, Salvar Amagro y Solidaridad Canaria. Fue publicado originalmente en Infonortedigital.com
Hermanos de Tamarán, llegados de las comarcas de la isla
Hermanos en Amagro
Amagrenses
Bienvenidos a estas tierras, que fueron nuestras.
Estamos ante un ejemplo paradigmático, prístino y palpable del sarcasmo con que se habla y se actúa respecto de nuestro patrimonio natural y cultural.
Montañas sagradas en un tiempo sin duda bien diferente, han sido convertidas en altar de sacrificio en el que la ofrenda, el tierno recental, es el propio territorio, con lo que encierra.
Aquí se allanan, se horadan montañas, se suben valles, pero no para preparar el camino del Señor Progreso -como dicen-, del Mesías que mejorará nuestro presente y arreglará el futuro.
No, aquí, cada día se consuma un milagro, la obtención de la Piedra Filosofal, aquí cada día se produce la transmutación real de la piedra simple en oro molido.
Amagro, que por su cercanía a los núcleos de población, por ser de propiedad pública y por su estrecha relación con los habitantes de la comarca (fue el escenario de los juegos de la niñez, de los sueños juveniles, y con sus tierras pobres mitigó las penurias de los pobres, durante siglos), Amagro que había de ser un aula viva de la naturaleza donde aplicar métodos efectivos de recuperación del territorio, pero también donde aprender, a partir de los vestigios arqueológicos y etnográficos y la memoria de los ancianos, las formas de vida de nuestros antepasados, remotos y cercanos,
Amagro es, sin embargo, un ejemplo de todo lo que no se debe hacer:
Nos rodean estas dos enormes pedreras, principal problema medioambiental del macizo, que, como en la entrada del Infierno de Dante, nos gritan en su deformidad:
¡Pierdan toda esperanza, ustedes que aquí entran!
Con las repoblaciones del Icona se destruyó flora nativa, se introdujeron especies foráneas y se provocó una erosión sin precedentes. En las posteriores, se planta y se deja morir lo plantado.
Se abren pistas, senderos y trochas, que dañan la vegetación y el suelo.
Se instalaron basureros comarcales, se sellaron y se recuperó el terreno deficientemente.
Se abandona, se deteriora o se destruye el patrimonio arqueológico y etnográfico, aparte de otros sinsentidos de las zonas bajas.
Hasta ahora. Proyectado está que estas lomas y laderas se cubran de paneles y se siembren de molinos, y que la energía que generen se transporte, mediante torretas, a través de suelo protegido, lejos de nuestras manos. Está previsto que la costa se cerque de piscifactorías, y la riqueza que generen se irá volando.
Y entre las instituciones predomina el sarcasmo: desidia, negligencia, connivencia o colaboración con los infractores.
La práctica general es declarar espacios protegidos, o Bienes de Interés Cultural, y promulgar normas de conservación, que serán ignorados unos y retorcidas otras, no más se tropiece con los intereses económicos de empresas con alguna entidad, o propios, de grupo o allegados.
Aquí se dejó fuera del Monumento, intencionadamente, la mayor de las pedreras, la que ha transformado la silueta del macizo, telón de fondo secular de la ciudad y su comarca, y se permite la existencia, y ahora la ampliación, de la otra, en su corazón mismo.
No hay norma ética, estética o promulgada que no se incumpla.
Amagro agoniza, y permanece, esperando por nosotros. ¿Qué hacer?
Abandonada ya la idea del sabotaje, hemos de usar la lucha legal y administrativa, por más que muchas veces resulta infructuosa, ya que la Administración pone al servicio de aquellos intereses todo su aparato, en lugar de atender a la conservación, y a la defensa de los derechos de los ciudadanos que, con su voto y sus impuestos, justifican y costean su existencia.
Pero hoy, 3 de febrero de 2024, y aquí, les pido que fijen en su retina y su cerebro todo lo que de valioso en Amagro queda y es susceptible de mejora, pero también los desmanes que hemos causado, que han causado, que continúan causando, y después, con la pluma, el teclado y la cámara, lo difundan a los vientos y lo hagan llegar a todos los rincones de la Patria.
Si impera la ignorancia, los problemas no existen, solo la impunidad.
Lo que no se conoce en su realidad vive solo en la imaginación.
Ya es tiempo de que Amagro deje de ser un Paraíso Perdido.
Ya es hora de devolver a Amagro lo que durante milenios nos ha brindado con generosidad, protección.
Es hora de retomar en nuestras manos el destino de estas tierras, que fueron nuestras.
De la antigüedad nos llega un grito de muerte y de vida, que en el presente es solo un mandato:
¡Atis Amagro!