
Se avecinan cambios en puestos de primer nivel en el Gobierno canario saliente del pacto de las flores. Tras la marcha de Carolina Darias, consejera de Economía, para ocupar el Ministerio de Política Territorial y Función Pública, algunas voces apuntan a relevos en dos áreas importantes, Sanidad y Educación. Por cierto, no quiero dejar de comentar los comentarios de cierta prensa española sobre la «sorprendente» procedencia de la Ministra encargada de lidiar con la cuestión territorial. Demuestra, una vez más, la interiorización de la idea de que si hay un ministro canario no debiera ocupar un tema tan importante, mejor que fuera de otro lugar. Seguramente porque no estamos dentro del «territorio», de la piel de toro. Sin embargo, me hago una pregunta, ¿y si hubiera sido balear? Lo dicho, nada nuevo bajo el sol.
Entrando en materia, el relevo de Darias al frente de su consejería podría precipitar un cambio radical en el gobierno de Ángel Víctor Torres. No solo habría que elegir quién sigue con la labor de Carolina Darias, departamento que ahora abarca Sebastián Franquis de manera interina, sino se sospecha que habrá relevo en Sanidad y Educación. Especialmente sangrante parece la situación en Sanidad, donde Teresa Cruz Oval ha tenido conflictos con representantes de trabajadores y no cuenta con el apoyo de su propio partido. Cruz fue compensada al no salir presidenta del Parlamento por la reclamación de paridad a cargo de la oposición, dado que la mayoría de representantes eran mujeres.
En el terreno de la Sanidad, en el que Cruz lleva siete meses escasos, no se ha dado ningún paso que mejore, al menos que haya trascendido al anterior consejero. Se ha hablado mucho de reducir conciertos con sanidad privada pero los problemas en listas de espera y otras cuestiones continúan, de hecho los datos en el pequeño periodo amplía algunos de los problemas. En Fuerteventura se ha añadido la desatención de la Unidad de Oncología, que la misma Asociación Española contra el Cáncer ha reclamado. Ahora mismo está trabajando solo un profesional a media jornada. En Lanzarote siguen penando por una Unidad de Hemodinámica y por el Búnker de Radiología, algo que, a pesar de que la Dirección Insular de Sanidad se encarga de dar plazos, los sindicatos siguen sin creer en que la solución llegue, al menos en los plazos acortados. Son solo algunos de los temas que acosan a Cruz Oval, a la que, en su defensa, podemos decir que no ha tenido tiempo para atajar en tan solo siete meses.
En Educación, María José Guerra también aparece en diversas quinielas como cuestionada. En islas como Lanzarote, pero no solo, sigue la polémica de los barracones en los centros educativos, algo que no se ha paliado en los apenas siete meses de gestión. Otra cuestión que está afectando la labor de Guerra es la reclamación de los aprobados en las oposiciones que no tienen plaza. El cuestionamiento de la consejera de Educación es mucho menor que la titular de Sanidad, pero los nubarrones parecen evidentes para la titular de un área que, sin embargo, a priori tiene un perfil idóneo para la función.
Tres consejerías que se podrían cubrir en próximos meses. La de Economía obligada por la marcha de Darias, pero la de Sanidad y Educación no viene sino a confirmar que el pacto de las flores puede pinchar en donde más había incidido. Las expectativas del nuevo gobierno, formado por PSOE, NC, Sí Podemos Canarias y ASG, se cimentaron en las políticas sociales y en la atención dedicada a las importantes áreas educativa y sanitaria. De hecho parte de las críticas al anterior Ejecutivo, que no olvidemos también comenzó con la participación del PSOE, argumentaban la mala gestión en estos dos temas. Con la incertidumbre de la financiación de una medida estrella, la Renta Ciudadana, y con el apresurado relevo en las titulares de Sanidad y Educación, las altas expectativas puestas en el gobierno surgido del pacto de las flores se pueden convertir en quebraderos de cabeza. Hablamos de un gobierno que nació casi con vocación de oposición, pero que se tiene que dar a la tarea de gobernar. No se trata solo de incidir en las alocuciones en los indicadores sociales y hablar de servicios, sino mejorar los datos de la Canarias actual. Del hecho al trecho hay bastante.