FÁTIMA: Hola, Eva. Me he estado acordando de la familia y de cuánto hace que no voy a Gáldar, ¿cómo va todo?
EVA: ¡Prima linda! ¿Cómo estás? La familia va bien, luchando por salir adelante y dejarle un futuro no muy oscuro a las nuevas generaciones. Al menos, yo no puedo parar de pensar en el mundo, en las islas que hemos heredado y que ellos y ellas heredarán. Amenazas contra la vida, contra la democracia, se presentan constantemente como retos que nuestra generación debe asumir para evitar el desastre. Ahora mismo, en Gáldar, una pesadilla dormida, rescatada por la vulneración del territorio generada con este nuevo marco legal destructor conocido como Ley del Suelo, despierta con gritos y alaridos: el Ayuntamiento de Gáldar y los Hermanos Domínguez resucitan el denostado macrocentro comercial de La Vega de Gáldar…
F: ¡Qué pesadez! ¿No te parece que llevamos toda la vida luchando contra un mismo monstruo con distinta cabeza? Es increíble, aquí en La Orotava hicieron un centro comercial que ha supuesto un enorme impacto paisajístico, en el mismo centro del valle, destrozando un valioso suelo agrícola, además de las repercusiones que ha tenido en los cambios de hábitos de consumo y ocio entre la ciudadanía, especialmente entre las personas jóvenes. ¿Y qué dice la gente? ¿Están organizando algo para intentar pararlo?
E: El caso del centro comercial de La Vega de Gáldar tiene miga como para hacer un serial de televisión. Hace 17 años se creó la Plataforma Salvar La Vega, donde se integraban apresuradamente partidos políticos, como el Bloque Nacionalista Rural, para paralizar el proyecto, que en esos momentos era defendido por la corporación socialista en el gobierno. El BNR, impulsado por su oposición al centro comercial, llega al poder y… ¡sorpresa! se transforma en el principal defensor del proyecto, adquiriendo el papel tan conocido entre nuestros políticos de poca monta, de ser intrusos y gestores de los intereses privados de sus amos, las élites económicas, en lo que es de todos y todas. Pudo pararse gracias a resoluciones de las administraciones públicas basándose en las alegaciones y la sentencia judicial del Tribunal Superior de Justicia de Canarias del 2010. Pero en la sombra, como te comenté antes, corporación municipal y abogados de los Hermanos Domínguez, han ido afinando las condiciones legales que les permiten recuperar este despropósito, ahora que se han “flexibilizado” las intervenciones en suelo no urbanizable y les han diseñado un PIOT a la carta. Desde Salvar La Vega de Gáldar, una asociación que recupera la perspectiva crítica y la necesidad de aclarar los entresijos de este fraude democrático y medioambiental, estamos trabajando para informar, señalar las falacias, asesorar y organizar a los comerciantes del pueblo, quienes se verán trágicamente castigados por las grandes empresas internacionales, (no olvidemos lo que has apuntado respecto a La Orotava y otros datos que ejemplifican que al menos el 90% del pequeño comercio aledaño al centro comercial queda destruido), reflexionar sobre los efectos perniciosos en nuestra juventud (mercantilización de su ocio, envenenamiento por grandes cadenas alimentarias, pérdida de identidad) y nuestra vida en general. Ahora mismo preparamos unas alegaciones al PIOT del Cabildo que esperemos respalden comerciantes afectados, colectivos ecologistas, instituciones y fundaciones vinculadas a la educación patrimonial, a la soberanía alimentaria y, en general, ciudadanos y ciudadanas de la comarca noroeste. Intentamos abrir una red desde la que atrapar y desenmascarar mentiras ya viejas sobre los dudosos efectos positivos de la construcción de macrocentros. Y todo esto sin dejar de asombrarnos del profundo cinismo con que se atreven a defender esta brutalidad, presentando maquetas de un futuro centro comercial que tendrá el aspecto de un “pueblo canario”. Patético e insultante.
F: “Pueblo canario”… Igual que en el Centro Comercial La Villa, en La Orotava, se limpian la conciencia poniendo nombres que forman parte de nuestro patrimonio: Anaga, Teno… cuando realmente están colocando la lápida que sepulta parte de nuestro suelo y nuestra cultura. Otro centro comercial para seguir especulando y enriqueciéndose. Además, lo venden como imprescindible para el desarrollo de la comarca, menospreciando el sector primario, cuando es la protección del suelo lo que nos garantiza por lo menos un futuro menos incierto.
E: Pretenden repetir esta batalla contra el verdadero crecimiento económico, social y cultural en Gáldar. Lo peor es que llevan años esperando que las leyes, en este nuevo contexto neoliberal que sitúa a Canarias como plataforma intercontinental, desregulen y desordenen el territorio en interés de grandes corporaciones locales e internacionales, para sacar de nuevo el proyecto. Y es patético ver cómo el Cabildo de Gran Canaria, defensor de la soberanía alimentaria, del respeto y la conservación del patrimonio cultural, del valor inalienable del suelo agrícola, rediseña su PIOT para subvencionar los accesos a este terrorífico proyecto. Pero no es sólo la connivencia política de las instituciones públicas para sacar adelante un proyecto lucrativo lo que asusta, es su falta de responsabilidad y ceguera para observar las consecuencias que la construcción de un macrocentro comercial ha tenido para la vida pública en Canarias, para la tan cacareada emprendeduría de nuestros jóvenes, para la tan manoseada identidad y respeto del patrimonio… ¿No te parece esquizofrénica esta manera de hacer las cosas, que es capaz de construir un macrocentro de 76.000 metros cuadrados en un suelo agrícola de alto valor patrimonial y productivo, con unas Cuevas del Patronato que forman parte de nuestro legado aborigen abandonadas frente a una Cueva Pintada y un centro histórico del que se vanaglorian?
F: Pues sí, es bastante incoherente por parte del Cabildo y quienes lo están gobernando. Acostumbrada a que aquí llevan gobernando los mismos desde hace décadas, que han permitido de todo y no ha cambiado nada, caemos en el error de poner las esperanzas en los cambios de color político y mira luego…
E: En cuanto al centro comercial de La Orotava, ¿cómo ha afectado éste a la vida económica del pueblo? ¿Y a la calle?
F Pues, aún no teniendo datos, he visto como una de las calles principales del municipio fue muriendo, apenas quedan comercios y los que quedan supongo que lo harán con muchas dificultades. Es difícil competir con las multinacionales de la ropa y del calzado y estos centros te lo ofrecen todo junto, en un mismo espacio, sin entrar en qué condiciones se fabrican, eso lo dejamos para otro día. Las plazas del pueblo normalmente están vacías, mientras que el centro comercial está lleno de gente. Los chicos y chicas adolescentes quedan allí para verse y con ello se empapan todavía más de la vida en torno al consumo. Es escalofriante. Antes pasábamos ratos en la plaza hablando sobre cualquier cosa, inventando, ahora se pasean viendo escaparates que te dicen cómo hay que vestirse, peinarse… Si quieres celebrar un cumpleaños, el centro comercial; si quieres encontrarte con gente, el centro comercial… Y habrá que hablar también de cuáles son las condiciones laborales de las personas que trabajan allí: horarios, salarios… Nos vendieron que se iban a crear multitud de puestos de trabajo, algo que no ha sido verdad, pero no nos hablaron de cómo iban a ser las condiciones laborales. Hemos pasado de trabajos estables a contratos incluso por horas, de la confianza que se generaba entre las tiendas del pueblo y la clientela a seguridad privada, que casi te revisan el bolso cuando entras o sales de comprar… A veces pienso que me invade la nostalgia y que parece que hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Y yo quiero nuevos tiempos, pero no estos que nos están tocando vivir, quiero tiempos de solidaridad, de apoyo mutuo, de respeto por la tierra, por la vida, tal como dijiste al principio.
E: Lo peor es que nuestra geografía está plagada de evidencias de la hecatombe que generan estos lugares para la vida de nuestros pueblos y persisten las eternas cantinelas de los políticos corruptos sobre el desarrollo económico, los puestos de trabajo, la sostenibilidad… ¿Cómo se puede sostener y amplificar este discurso? Creo que en parte porque conciben a la ciudadanía como una masa manipulable e ignorante, sin criterios para decidir y participar realmente en la vida pública. Como ciudadana de Gáldar, como canaria, y a pesar de una atmósfera de pesimismo que asegura que “al final se va a hacer”, no puedo cruzarme de brazos. Por eso salgo a la calle y me organizo con otros ciudadanos y ciudadanas para aclarar y justificar que esta locura no la comparto y que la democracia no es la indiferencia frente a proyectos que hipotecan nuestro presente y nuestro futuro. Es la propia calidad de la democracia la que acaba siendo erosionada por esta barbarie urbanística. Los centros comerciales desinflan nuestra vida pública, liquidan la relación intergeneracional en un espacio más allá del entorno familiar y privado. Si los pasillos de neón de los centros comerciales sustituyen a la plaza y las calles del pueblo, ¿cuándo podremos vernos para conversar de lo que ocurre a nuestro alrededor? ¿Cuándo compartiremos experiencias, problemas que vayan más allá del deseo de compra, de la ansiedad del crédito? Las consecuencias de esta política territorial y comercial son y serán de gran calibre a corto y largo plazo. Y aún así, Cabildo, Ayuntamiento y Gobierno Autónomo bailan al son de los intereses de unos pocos. Reproduzco un párrafo que el presidente del Cabildo de Gran Canaria escribe en relación a una conferencia del sociólogo Z. Bauman a la que asiste:
“La segunda conclusión que nos vale para la tarea colectiva en la que estamos comprometidos es que ante el vendaval globalizador, es urgente anclarnos y echar raíces, generando una complicidad con quienes vivimos y compartimos condiciones de vida, identidad cultural, valores y necesidades. Tenemos que ser de alguna parte para tener una voz original, humana, significativa y que no sea mera repetición o eco de lo que desean las terminales del poder económico, mediático o político. Por eso, estamos muy comprometidos en afianzar el sentido de pertenencia a una sociedad insular como es Gran Canaria y a una nacionalidad con señas propias como es Canarias. Lejos de encerrarnos en nuestra realidad, es la plataforma que nos permite construir respuestas adecuadas a los problemas graves que padecemos» ( Fuente: nuevacanarias.org. “A la inteligencia crítica de Bauman”, escrito por Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria) .
F: ¿Cómo se puede afianzar este sentido de pertenencia si secuestramos a los jóvenes de las plazas y de las calles, de los barrancos y las tierras, si se defienden este tipo de proyectos, si se otorgan subvenciones millonarias para hacer de nuestras islas el pasto de la globalización más salvaje en este lado del Atlántico?
E: Que alguien me lo explique. En esas andamos: exigiendo coherencia, descubriendo las mentiras con las que juegan.
F: Es importante sacar a la luz las incoherencias, conocer lo que se cuece en cada rincón, lo que nos afecta directamente, qué debemos conservar, el poder decidir entre todas cómo queremos que sea nuestro futuro, apoyar las iniciativas que salen desde la ciudadanía, solidarizarnos y luchar por la defensa de nuestro suelo, de nuestro patrimonio agrícola, por la vida y el futuro. Y también, por qué no, por el recuerdo lindo que nos dejaron los abuelos y las abuelas del pueblo. Prima, tendremos que quedar para seguir hablando y comentando los pasos que se vayan dando, manteniéndonos informadas para que La Vega no se toque. Dale muchos besos a la familia. Abrazos.
E: Gracias Fátima. Les mantendremos informados. Y esperemos que pronto podamos recuperar las plazas y las calles para poner en común nuestra experiencia y organizar a la ciudadanía responsable. Besos y abrazos.
Eva Cubas Suárez y Fátima Cubas Hernández.
Creando Canarias