Desde hace un tiempo hasta ahora, en el seno de la Unión Europea se viene generalizando una tendencia ideológica hacia la defensa de la economía de mercado o mercado libre, basada en el consumo de bienes y servicios que surge del juego entre la oferta y la demanda. En torno a esta polémica, cabe preguntarse qué actividades deben dejarse en manos del Estado y cuáles pueden adjudicarse a la iniciativa privada.
Esta tendencia nos ha llevado irremediablemente a la actual crisis socio-económica y a unos niveles de precariedad laboral alarmantes. Aunque se trate de maquillar cifras en torno al número de parados en el Estado, y en concreto en Canarias, hay que definir exactamente qué calidad de trabajo es la derivada de estas políticas austeras y las consecuencias de todo ello para el resto de la clase trabajadora.
En concreto, en lo referente al sector de las ITV en Canarias, se ha producido una liberalización del sector sin ningún tipo de regulación, dejando actuar al mencionado mercado libre a su antojo. Las primeras consecuencias no se han hecho esperar y tras la entrada de múltiples operadores aparte de las empresas concesionarias actuales, ha comenzado el caos.
Cabe destacar que la economía de mercado se basa en que las empresas que den un mejor servicio, se quedarán con toda o gran parte de la demanda. En este sector cabría preguntarnos qué es un buen servicio, ya que observándolo desde su lado más oscuro, quien peor haga su trabajo (no inspeccione correctamente todos los puntos del manual y no haga volver a los clientes a las estaciones) será quien obtenga una alta reputación entre sus clientes. Esto es gravísimo y a la vez muy peligroso, ya que deja en manos de los trabajadores y trabajadoras la decisión final sobre estos aspectos, poniéndolos entre la espada y la pared al tener que decidir entre ser competitivos con el mercado o realizar su trabajo de manera correcta y eficiente.
De igual modo, otra consecuencia directa de esta liberalización, es la pérdida de derechos laborales por parte de la clase trabajadora. Las empresas nuevas tratan de acaparar cuota de mercado con ofertas económicas a clientes, publicidad o regalándoles chocolatinas directamente. Aquí todo vale. El problema radica cuando para lograr dichos objetivos, se brindan contratos precarios a personas en situación de paro y se les obliga a aceptar todo lo que soporte el papel. Desde trabajar los domingos sin compensación alguna, o aperturas de estaciones con convenios muy por debajo de los de otros operadores tanto a nivel canario como estatal. Las plantillas de las empresas que ya operaban en el sector antes de la liberalización se ven extremadamente presionadas a acabar con esas mismas condiciones laborales para que sus empresas puedan seguir siendo competitivas.
Este caos perpetrado por nuestra brillante clase política, la cual ha decidido emanciparse de la sociedad y legislando en muchos casos a favor de los amiguetes, nos lleva a que sean de nuevo los propios trabajadores y trabajadoras, quienes a base de incansables luchas como la última huelga de las ITV, acaben velando para que no se mermen todavía más sus condiciones laborales.
Desde un punto de vista crítico, deberíamos reflexionar cada vez que optamos por consumir un bien o solicitar un determinado servicio, ya que no nos hemos dado cuenta de que tenemos la llave de imponerle al mercado nuestras propias reglas. No sólo podemos exigir más calidad en un determinado producto o un mejor precio, también podemos exigir cuándo queremos que nos lo ofrezcan y que sean personas en condiciones laborales dignas las que lo hagan. En nuestras manos está como consumidores el poner gasolina en una gasolinera de autoservicio o en una que sirvan en pista, pasar en el supermercado nuestra compra nosotras mismas o que nos las pase una cajera o cajero, ir a pasar la ITV un domingo o cualquier otro día de la semana, pero siempre sabiendo que nuestros actos hacen que se pierdan puestos de trabajo, o que las condiciones de los trabajadores y la explotación laboral sigan o no creciendo.
Abel González Abreu
Presidente del Comité de Empresa de Applus Iteuve Technology.
Nota: Creando Canarias se solidariza y apoya las reivinidicaciones de las trabajadoras y trabajadores de las Iteuves y con todas las personas que luchan contra los recortes de derechos sociales y laborales en Canarias.