“Pero son grandes pueblos. Su patriotismo es distinto: están exaltados por su gloria, su importancia, su misión universal. Los checos amaban su patria no porque fuera gloriosa, sino porque era desconocida; no porque fuera grande, sino porque era pequeña y estaba continuamente en peligro”.
Milan Kundera, La ignorancia.
«Ti dis que Galicia é pequena. Eu dígoche que Galicia é un mundo».
Vicente Risco
Doce años ya. ¡Cómo pasa el tiempo! Cuando me acogiste llevaba en la diáspora dos años seguidos, que no habían sido un camino de rosas, aunque ahora que miro hacia atrás me doy cuenta de que he sido siempre una emigrante afortunada, todas mis tierras de acogida han sido generosas conmigo. Al fin y al cabo soy gallega, llevo el exilio en la sangre. Pero en tu caso no tuve que hacer ningún esfuerzo. Te abracé desde el primer momento no solo con respeto (¡qué menos!), sino con afecto, y me correspondiste con creces. Me colmaste desde el primer día con todo tipo de regalos: me rodeaste de gente buena; me mostraste lugares sorprendentes; me enseñaste una cultura y una realidad desconocidas para mí, con las que me identificaba en muchos aspectos; me facilitaste el encuentro con mi vocación profesional. Realmente no se puede pedir más.
Me maravilló desde el comienzo encontrar en tu idiosincrasia pedacitos de mí. Por un lado, en tu habla (millo, gaveta, jeito, sequero, magua… ¿Cómo no va una gallega a sentirse contigo como en casa?). Por otro lado, en tu forma de ser y actuar: enseguida reconocí tu resignación ante los que detentan el poder y ante la aparente imposibilidad de que nada cambie; cierta resistencia a tomar las riendas de tu destino, pero a la vez un espíritu inquebrantable y ancestral de fortaleza y resistencia; una conciencia rotunda de ser diferente.
Decía el cantante del grupo Ataque Escampe, filólogo, que hay dos tipos de gallegos: los de complemento circunstancial de lugar y los de atributo. Los primeros son aquellos que preferirían haber nacido, yo qué sé, en Madrid o en Valladolid (por decir algo), pero que tuvieron la desgracia de hacerlo en Galicia, que ya se sabe que tiene menos caché. Los gallegos de atributo, en cambio, somos los que no arrastramos complejos y valoramos nuestra procedencia y nuestra cultura de origen. Si me lo permites, yo quiero reivindicarme, además de como gallega, como canaria de atributo, aunque sea hija adoptiva y no biológica. Porque yo te he elegido y te cuento entre mis afectos también como mi tierra.
En estos doce años he intentado, seguramente sin mucho éxito, ser digna de tu trato espléndido, defendiéndote de los que no te quieren bien, tratando de hacerte justicia ante propios y extraños. En ello seguiré mientras pueda.
En cualquier caso, gracias.
Marlene Fernández Pérez, Creando Canarias