Mucho ha llovido desde la última vez que se oyó hablar en Tenerife del otrora tan presente Transrapid. La crisis parece haberse llevado por delante aquel serial folletinesco, dejándonos con la intriga de saber qué nuevas maniobras idearía el galán protagonista para materializar como fuera sus disparatadas ambiciones. ¿Habrá nueva temporada? La coyuntura no parece muy favorable, pero a falta de nuevos episodios el culebrón Transrapid nos ofrece una precuela que despeja los antecedentes de la trama y descubre nuevos interrogantes.
En el segundo episodio de la serie nos preguntábamos de dónde había sacado la idea Ricardo Melchior de instalar en Tenerife un Transrapid, y apuntábamos a un artículo aparecido en el Handelsblatt, que a su vez señalaba a Mario Hempel, músico y empresario del espectáculo que veranea en Tenerife. La ocurrencia, sin embargo, no es mérito de una sola persona, sino que al parecer tiene detrás a todo un lobby de ciudadanos alemanes bien relacionados en su país y asiduos a la isla. Así lo cuenta uno de ellos, Hans Rueda: «[…] En enero del año pasado [2010] nos reunimos mis amigos y yo con el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, y hablamos sobre el proyecto de un estadio para grandes conciertos y representaciones de teatro al aire libre en el sur de Tenerife. Mario Hempel, organizador de grandes eventos en Berlín y gran amigo de Tenerife, planteó la posibilidad de conseguir ayuda financiera de la UE gracias a sus contactos con el eurodiputado Joachim Zeller, miembro de las comisiones de transporte y de turismo. El presidente del Cabildo propuso que se conectara el estadio con el tren, un proyecto todavía en fase de planificación y muy problemático sobretodo por la gran cantidad de territorio que requiere. Le respondimos espontáneamente: «¿y por qué no construye usted un Transrapid? Es tan liviano y versátil que se podría instalar sobre la misma autopista». Así nació la idea del Transrapid en Tenerife […]».
Continúa Hans Rueda: «Pronto se formó un grupo de desarrollo del proyecto, formado por «intermediarios» alemanes, los inicialmente interesados en el proyecto del estadio. El grupo también cuenta en sus filas con el mayor experto en trenes de levitación magnética, el profesor Peter Mnich […], y con Hans-Theo Kühr, jefe de Vössing Düsseldorf. El paso decisivo, sin embargo, fue el nombramiento de Mario Hempel como líder del grupo, un promotor de grandes eventos culturales en lugar de una persona con perfil técnico […]». O sea, que en el asunto Transrapid Melchior está acompañado convenientemente por todo un grupo de intermediarios alemanes. Cabe preguntarse qué intereses mueven a esos intermediarios germanos en Tenerife como para esforzarse tanto por el desarrollo de la isla. Casualmente dos de esos intermediarios, Mnich y Kühn, recibieron el encargo de realizar el estudio de viabilidad del transrapid, todo un alarde de imparcialidad. El resultado, por supuesto, extremadamente positivo. Estaba cantado.
Ahora la crisis parece poner en peligro el proyecto. El gobierno alemán ya no parece entusiasmado con regalarnos miles de millones de euros para este tren magnético que nos iba a salir casi gratis, y España sabemos que tampoco está para tirar voladores. Por no hablar de otras pegas, como la tremenda potencia eléctrica que requiere el Transrapid, los problemas de diseño, de seguridad (que adelantábamos hace casi 2 años)… y de perras, que ya iban por 4.000 millones. Una pena, después de tanto zaperoco, tantas expectativas y sobretodo tanto dinero malgastado. Porque ¿cuánto le costó al Cabildo de Tenerife el viaje a China de los alemanes Rueda y Hempel para ver el Transrapid de Shanghai? ¿Cuánto costó la visita de Melchior, Alonso y su séquito a la pista de pruebas de Emsland, hoy ya cerrada por el gobierno alemán? ¿Cuánto costó el estudio de viabilidad encargado a nuestros famosos intermediarios? ¿Cuánto costó la visita a Bruselas para vender el Transrapid tinerfeño?
Sin embargo, que el Transrapid haya caído en desgracia no le impide a Ricardo Melchior seguir emperrado con la idea del tren, ahora el convencional, ese mismo que él y sus expertos llevan todo este tiempo criticando por ser más caro, de construcción imprevisible por la cantidad de túneles que requiere en terreno volcánico, molesto por los 80 decibelios de ruido que genera y depredador por la gran cantidad de territorio que ocupa. Melchior y Alonso estuvieron recientemente de nuevo de gira por Bruselas y Luxemburgo acompañados de su corte de alemanes, buscando financiación para el tren, ahora mediante el BEI; poco importa que en esos mismos lugares pidieran dinero para un proyecto distinto y según ellos mucho más viable, beneficioso y económico que el que ahora presentan.
¿O será que el presidente del Cabildo tinerfeño secretamente alberga esperanzas de poderse traer todavía el tren magnético a la isla? Lo cierto es que ya le enmendó la plana al vicepresidente Carlos Alonso cuando este anunció el rechazo a la joya tecnológica alemana; y tampoco es menos cierto que todo coincide oportunamente con la plataforma Tenerife se mueve. Esa plataforma cuenta en sus desvelos con la idea de incluir no sólo el puerto, sino también los aeropuertos de Tenerife en la red transeuropea de transporte, y precisamente el Transrapid iba a convertir esos dos aeropuertos en sólo uno, por mor de la conexión ultrarrápida que establecería entre ambos. Qué conveniente casualidad. Es verdad que en Tenerife se mueve no mencionan el tren magnético, pero tampoco hablan del puerto de Granadilla, que es el elefante en la habitación.
¿Volveremos a oír hablar del Transrapid en Tenerife? De momento la cosa se les complica, pero me temo que no tanto como para poderle dar carpetazo, que en todo esto hay muchos calderos al fuego y muchos intereses reunidos. Esperar y ver. Sirva de metáfora de todo este tinglado la página web Transrapid Tenerife, que lleva en construcción un tiempito y no termina de arrancar. Se dice confeccionada y financiada por habitantes de Tenerife independientes, no vinculados a partidos ni a la industria, con la finalidad de convencer de que el Transrapid es la solución al problema del tráfico. Habitantes de Tenerife germanoparlantes, se entiende, puesto que sólo en esa lengua está disponible la página. Qué indicativo, ¿verdad?