Hace ya dos semanas que destapábamos parte del tinglado que parece haber tras el empeño de Ricardo Melchior de traerse para Tenerife el Transrapid, y digo parte porque en todo esto van saliendo a la luz otros elementos que nos dejábamos atrás, pero que vale la pena tratar. Algunos de ellos, además, tienen su jugo.
¿De dónde habrá sacado Melchior la idea de que el tren de Tenerife debe ser precisamente magnético? El propio presidente del Cabildo es la persona más indicada para contestar a esa pregunta, pero el rotativo Handelsblatt aventura una respuesta que no me resisto a compartir con ustedes: según el periódico, Melchior tiene en Berlín un contacto llamado Mario Hempel, antiguo bajista de un conocido grupo de rock y organizador hoy de festivales en la capital germana. Hempel pasa sus vacaciones en Tenerife, donde entró en contacto con la alta sociedad al donar un premio para un sorteo benéfico (cuenta el Wochenblatt que donó para un sorteo benéfico en Tenerife un viaje a Belín con estancia de lujo y acceso VIP a todos los conciertos del festival Classic Open Air, que él organiza). Pues bien, Hempel se considera «representante en Berlín de los intereses del presidente [del Cabildo]», y en los corrillos del gobierno alemán confirman que es «una especie de mediador». Al parecer es él quien le ha comido el coco al presidente para que se traiga el Transrapid a Tenerife, dice literalmente el Handelsblatt. Más abajo señala: «por un lado, causa perplejidad que sea Hempel, alguien del mundo de la música, quien se haya erigido en principal lobbyista del Transrapid. Por otro, según Hempel al presidente del Cabildo no le interesa que el asunto se trate en los medios. ‘El presidente se encuentra en campaña electoral'». De ser cierto lo que cuenta el diario alemán, resulta curiosa cuando menos esta relación, no sólo por el repentino interés ferroviario del músico, sino porque al parecer tiene contactos en círculos gubernamentales. Recordemos que en el Ministerio de Transportes existe un especial interés en que prospere la venta del tren magnético a Tenerife.
En nuestro artículo anterior ya exponíamos las reticencias del Ministerio de Finanzas y el Bundestag a seguir financiando la línea de pruebas del Transrapid en Alemania (recordemos que Alemania, a pesar de haber desarrollado la tecnología, no cuenta con ninguna línea magnética comercial en funcionamiento), pero nos quedamos cortos. Son mucho más que reticencias: el gobierno federal dejará de financiar el Transrapid en 2012. La decisión de retirarse del proyecto ya se planteó en las negociaciones del presupuesto 2010, pero para ese ejercicio el ministro de transportes consiguió una dotación de 5,2 millones alegando que había posibilidades de que Brasil comprara el Transrapid, cosa que, al final, no ocurrió. En el presupuesto 2011, el último que dotará de fondos federales al tren magnético, hay prevista una nueva partida de 5,95 millones, pero esta vez se retienen 5 millones hasta que haya acuerdo entre las partes sobre un proyecto concreto. Ese proyecto concreto se llama ahora Tenerife. El actual ministro de transportes no quisiera pasar a la historia como el que tuvo que enterrar definitivamente el Transrapid, de ahí las prisas y el entusiasmo del ministro, antes de que se acabe la financiación. Leo, además, que el gobierno federal se embolsaría 100 millones de euros con la venta.
Pasemos ahora a ocuparnos de algunos aspectos técnicos: «Esta tecnología está estancada. ‘El tren magnético sólo puede seguir desarrollándose sobre la base de datos derivados de su uso cotidiano’. Así se expresa Peter Mnich, experto en transportes y director de la línea de pruebas Transrapid entre 1984 y 1988. Los ingenieros alemanes no disponen de esos datos, la única fuente de información de la que disponen es la línea de pruebas, que ni se usa a diario ni se explota comercialmente. ¿Es serio ofrecer a los canarios un medio de transporte que no está completamente probado? Cierto es que entre el aeropuerto de Pudong y Shanghai funciona regularmente una línea magnética, pero los datos que permitirían mejorar el Transrapid hasta alcanzar su madurez obran en poder de los ingenieros chinos. Y no parecen entusiasmados: tras los problemas técnicos y demoras en la puesta en marcha del Transrapid, el gobierno chino no sólo multó al consorcio alemán por el retraso, sino que terminó por desechar su tren para otras líneas de larga distancia y cercanías. Por si fuera poco, el Transrapid de Shanghai es tremendamente deficitario, y según algunas fuentes acumuló 100 millones de euros en pérdidas entre 2003 y 2007.
En 2006 se produjo un accidente en la línea de pruebas del Transrapid que se cobró la vida de 23 personas. El tren embistió a 170 km/h un vehículo de mantenimiento que se encontraba en la vía. El trágico suceso no parece ser achacable a la tecnología magnética en sí, sino que muy probablemente se debió a un error humano. De hecho, el equipo investigador mostró su sorpresa al encontrarse con que los viajes de prueba del tren se registraban en el puesto de control a mano en una libreta DIN-A4; la cabina del tren contaba con un sistema igualmente sofisticado, mientras que el sistema de comunicación por radio le pareció a los investigadores «algo anticuado, nos tememos que no se oía en absoluto». Las conversaciones se grababan en cassettes. La tecnología del mañana.
Es indudable que todos los medios de transporte conllevan riesgo de accidente, y no sería justo dar a entender que el tren magnético es más propenso que otros a sufrirlos. Sin embargo, existe un elemento que conviene no perder de vista: «las tareas de rescate fueron extremadamente difíciles, ya que el tren circula por un trazado a una altura de entre 5 y 7 metros». Sumemos a esa dificultad añadida la propuesta de Melchior de hacer circular el tren por la mediana de la autopista. En caso de accidente, el desastre podría ser mayúsculo.
Son muchos los datos expuestos aquí y en nuestro artículo anterior, que esperamos sirvan de guía para hacerse una idea algo más clara de las múltiples aristas que presenta el proyecto Transrapid en Tenerife. No obstante, la principal incógnita sigue por despejar: cuál es la razón que alienta este empeño del Cabildo de Tenerife en presentar el proyecto como el no va más, cuando se trata de un tren carísimo que a nadie convence, que tiene graves inconvenientes técnicos, que es poco rentable, que tiene poco sentido en trayectos cortos y que Alemania quiere sacarse de encima. Seguiremos atentos.
Nota: no se pierdan la tercera parte de la serie