En el inmenso abismo que supone el desconocimiento generalizado de nuestra Historia también parecen haber caído las Milicias Canarias. Estas unidades militares formadas por isleños defendieron a las islas de piratas, corsarios y tropas de potencias europeas, mayormente inglesas, desde 1551, reinando Carlos V, hasta 1886, durante la Regencia de María Cristina. El alto costo (económico, humano,…) que hubiera supuesto para la Corona española mantener unas tropas regulares que habrían de ser desplazadas desde España, hizo que el modelo militar miliciano se prolongara cuando en la metrópoli ya habían desaparecido éstas. Así, y a pesar de los intentos centralizadores de Felipe II, las Milicias Canarias funcionaban como “el ejército” de cada isla, al mando normalmente de un Capitán General, designado por el Cabildo, que era algo bien distinto a lo que hoy conocemos por el mismo nombre.
Frente a los intentos historiográficos de hacer pasar los diferentes episodios bélicos en los que participaron las Milicias como gestas heroicas de sus respectivos mandos –frecuentemente individuos pertenecientes a las oligarquías- queremos resaltar aquí el carácter ciudadano y popular de dichas Milicias. Formadas por hombres de entre 16 y 60 años, normalmente mal pertrechados, con deficitaria instrucción, defendieron las islas con desigual fortuna ante individuos tan poco recomendables como el pirata Leclerc en La Palma (1553), los corsarios Drake (1585) y Van Der Does (1599) en Gran Canaria, el también corsario Windham (1743) en La Gomera y Fuerteventura, el pirata Blake (1656) en Tenerife y, cómo no, ante el Almirante Horacio Nelson en la defensa de Santa Cruz de Tenerife (1797). Además, las Milicias Canarias fueron movilizadas para participar en Flandes, el Rosellón, Italia, Portugal, América y la misma España, en su Guerra de la Independencia contra Francia.
Aunque existen calles en las islas que rememoran al General Gutiérrez –cuyo papel en la defensa de Santa Cruz es cuestionable- , la Granadera Canaria –formada para combatir al francés en la Guerra de Independencia española-, las Milicias de Garachico, la gesta del 25 de julio,… todos estos reconocimientos pecan en mi opinión de minimizar el elemento ciudadano y popular al que antes me refería tras nombres colectivos que poco se conocen o supuestos “héroes” que se quedaron bien cómodos en Paso Alto mientras chicharreros y laguneros se batían contra los ingleses. Es por esto que para terminar este humildísimo reconocimiento a los milicianos canarios, y esperando que algún día la sociedad canaria les rinda homenaje, con nombres y apellidos cuando sea posible, aquí les dejo el siguiente vídeo acerca de la reconstrucción anual de la Batalla de Tamasite, en Fuerteventura (1740). Emociona ver a los majoreros reviviendo esa parte de su Historia y encarnando a sus bravos antepasados milicianos.