Las actividades realizadas en los puertos tienen un origen muy antiguo, se podría afirmar que el comercio a nivel marítimo, entendido como intercambio de bienes en los puertos, ha estado presente en el día a día de la humanidad durante siglos. Estas actividades se han ido ampliando, al igual que han surgido nuevas rutas, se ha mejorado la tecnología empleada y han aparecido nuevos agentes que intervienen en los servicios prestados en las zonas portuarias. Actualmente, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Transporte más del 90% del comercio internacional se mueve por vía marítima.
Para poder entrar en el análisis de estos servicios o actividades de una manera más sencilla, primero hay que diferenciar entre puertos de interés general que son aquellos gestionados en última estancia por el Estado español, a través de las Autoridades Portuarias, y los puertos autonómicos gestionados por el Gobierno de cada Comunidad Autónoma a través de entidades, en el caso de Canarias se conoce como “Puertos Canarios”. Así, los puertos de interés general son aquellas zonas portuarias donde se llevan a cabo actividades de comercio marítimo internacional, presentan una gran relevancia económica para el Estado, sus actividades económicas afectan a más de una Comunidad Autónoma, en ellos se sitúan industrias estratégicas o son esenciales para la seguridad del tráfico marítimo, así lo expone el artículo 4 del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y la Marina Mercante. Por el contrario, los puertos competencia de las Comunidades Autónomas son puertos no comerciales, refugio y/o deportivos. Dentro de la red portuaria, se deberían destacar los puertos sitos en las Islas Canarias.
Puertos que gozan de una privilegiada posición como puente entre los continentes europeo, africano y americano. Esta ventaja geográfica se plasma en la variedad de servicios que se prestan en estos puertos. Concretamente el Puerto de Las Palmas cerró el año 2022 en la octava posición en cuanto al tráfico de mercancías y el Puerto de Santa Cruz de Tenerife en el puesto 13 de las 28 Autoridades Portuarias del Estado español, según datos de Puertos del Estado registraron en torno a los 29 millones de toneladas en el caso de Las Palmas y 12 millones Santa Cruz de Tenerife. En cuanto a la actividad de cruceros se posicionan en los números 3 y 4, respectivamente. En este caso los datos registrados en Las Palmas son alrededor de un millón de pasajeros y 673 cruceros, mientras que Santa Cruz de Tenerife recibió 623 cruceros y aproximadamente 760 mil pasajeros.
Otro dato curioso sobre el sector marítimo en las islas es que se cuenta con un Registro especial de buques y empresas navieras de Canarias, conocido como REBECA. Este registro surge como una de las alternativas formalmente aceptables frente a los pabellones con base en países poco regulados. El registro especial fue muy útil entre los años 1998 y 2004, ya que tuvo la ventaja de ser un Registro europeo con diferentes ventajas fiscales y sociales que aun mantiene, como bonificaciones en el Impuesto sobre Sociedades o bonificaciones en la Seguridad Social. A pesar de las diferentes modificaciones que se han dado en este registro, sus condiciones, actualmente, no alcanzan el atractivo de otras banderas europeas. Esto se evidenció con la entrada de Malta o Chipre en la Unión Europea. Sin embargo, no todo es negativo y este registro presentó un repunte en el año 2020, con voluntad el REBECA es una oportunidad a explotar.
La actividad dentro de los puertos es muy variada, va más allá de los cruceros que vemos desde las ciudades o las zonas de grúas y contenedores. En los puertos de interés general se realizan servicios portuarios, destacando el trabajo de los estibadores, los servicios al pasaje, las figuras de consignatarios y prácticos, amarre y desamarre, entre otros. Además, se realizan otros servicios como reparaciones navales, provisiones de buques, suministro de combustible a buques, etc. Es evidente la variedad de empleos que se pueden encontrar en un solo puerto, además de la cantidad de empleo indirecto que se genera, por ejemplo mediante el transporte de mercancías por vía terrestre o los servicios que se prestan a turistas que desembarcan de los cruceros.
Por diferentes cuestiones, algunas ya comentadas, los puertos, en este caso, en Canarias podrían suponer una gran oportunidad de empleo, sobre todo, para la juventud canaria cuya cifra de desempleo ronda el 32% según el INE. Se trata de una opción laboral muy poco contemplada en la juventud, curioso que vivamos en islas y los puertos no se vean como una salida profesional. Se podría afirmar que la falta de información sobre las salidas profesionales que podrían ofertar nuestros puertos provoca que parte de la ciudadanía viva de espaldas a estos nichos de empleo. Por suerte, cada vez más la sociedad va siendo consciente de la conexión necesaria entre la formación e información que recibe la juventud y los perfiles que demandan las empresas. Además, resulta llamativo lo cíclica que es la sociedad, nuestros abuelos o muchos de nuestros mayores se dedicaron a trabajos en la mar o relacionados con los puertos y actualmente es la “economía azul” donde la juventud podría encontrar su futuro.