No me acusen de chovinista, pero el sábado ganamos un partido. Pudo ser simbólico, anecdótico o pírrico, pero la victoria está ahí. La foto de los jugadores de la Unión Deportiva Las Palmas celebrando la victoria con una bandera canaria es mucho más que anecdótica. Es una muestra de que las batallas, desde las trincheras, pequeñas, sin importancia si quieren, pueden ganarse. Y eso, a las puertas del 57 aniversario de la bandera canaria, es para sentirnos orgullosos.
¿Por qué ganamos el sábado en el derby? Lo voy a explicar poniéndoles en antecedentes. En enero de 2016 me llega un aviso de un ciudadano que denuncia que le arrebataron una bandera canaria en el Estadio de Gran Canaria. Lo llamo para que me cuente la historia. La intrahistoria de aquella investigación es realmente curiosa. Hablo primero con esta persona en una cafetería. Luego llamo a fuentes de la Unión Deportiva implicadas para que me ofrezcan su versión.
Pero posteriormente me llegan dos casos más. El Coordinador de Seguridad del club relata que cumple órdenes policiales que la arrebatan por su connotación independentista. Con eso armo el primer reportaje. Las reacciones no se hacen esperar y hasta el presidente del Cabildo de Gran Canaria, institución que posee la titularidad del recinto, declara su indignación ante la prohibición. En prensa escrita y en televisión también se reseña la situación.
Hay que seguir indagando. Llamo a la Delegación del Gobierno en Canarias, no da una respuesta fundamentada y me dan largas. Mientras, el conflicto se está solucionando por otra vía. Quedo otra vez con el aficionado que realizó la primera denuncia. En otra cafetería… Me informa que el club le informó a su abogado que puede llevar su bandera al siguiente partido. Lo confirma públicamente el Cabildo de Gran Canaria. Lo que pasó en esa semana de locos, donde la resonancia de este asunto me llegó a abrumar, no lo conozco en detalle y otras muchas cuestiones prefiero reservármelas.
Lo cierto es que esa fue una batalla ganada. Pequeña, si quieren, pero una batalla ganada para el símbolo que nació en Argel el 22 de octubre de 1964. La de este sábado 16 de octubre de 2021 es la confirmación de que a veces al mundo se le puede dar la vuelta a la tortilla. Aquel equipo que llevó una vergonzante y provocadora bandera española en el Camp Nou un 1 de octubre de 2017, ahora celebraba la victoria en el derby canario en un gesto espontáneo con la bandera canaria.
Una conclusión es sencilla de dilucidar: la dirección del club va por un lado, por acción (1 de octubre de 2017, verde guardia civil o rojigualda en la segunda equipación) o por omisión (enero de 2016). Por otro, los jugadores, pibes j´´ovenes que, de manera improvisada toman la bandera de su pueblo. No quiero parecer chovinista, reitero, pero aquel camino tuvo un episodio en esta humilde revista y con este modesto autor. Como le sentara a la dirección del club esa foto que ha corrido por WhatsApp, no lo sé, pero ya no tienen autoridad para mandar a parar, por lo menos no públicamente. Y, por lo que a mí respecta como ocasional defensor de la libertad de expresión, ningún aficionado irá al estadio y se le arrebatará su bandera canaria. Es un epopeya hermosa para un 22 de octubre…