
Publicado originalmente el 27 de enero de 2010
Sorprende, o no, según se mire, los datos del Barómetro de la Opinión Pública en Canarias según el cual un 62 % de los canarios prefiere perder algo de desarrollo económico si esto revierte en la protección del medio ambiente. Digo que sorprende no porque esté en contra, ni mucho menos, sino porque en época de crisis asuntillos tales como el medio ambiente o las libertades suelen ser las primeras víctimas sacrificadas en el altar del bienestar económico. Hagan memoria y recuerden como detrás de cada bisne especulador venía siempre como primera justificación la de la cantidad de puestos de trabajos que se iban a crear. Así fue con Veneguera, la lanzadera de satélites en la isla de El Hierro, el macropuerto de Granadilla, la regasificadora de Arinaga, los trenes varios, Tindaya,… Contra los ecologistas, que relativizaban o directamente negaban esta lluvia de millones en forma de puestos de trabajo, solía estar el común, que parecía encontrar en los cientos, miles de empleos,… razón más que suficiente para el mayor disparate ambiental. Detrás, el tripartito isleño (PP-CC-PSOE) -habría que añadir a NC por lo menos en el caso del tren en Gran Canaria- le metía fogalera al personal según conviniera.
La sociedad canaria puede haber cambiado mucho en cuanto a su sensibilidad ecológica pero uno observa las calles y carreteras de las islas y se asombra de la cantidad de coches con un solo ocupante que ve, de cómo el uso individual del coche se ha convertido en prácticamente la forma de transporte preferida por los isleños. Cierto que la década de los noventa ha conocido movilizaciones ambientales importantísimas. ¿Podemos deducir de ello que la sociedad canaria es más sensible a los valores ecológicos que otras? ¿Podría pensarse que estamos ante otro de esos casos de deseabilidad social? La gente, cuando se ve en el trance de responder a una de estas encuestas, lo hace pensando en lo que es deseable, aceptable socialmente antes que en sus propias convicciones. Así, se cuela en un estudio “científico” todo el arsenal políticamente correcto de la igualdad, la paz, la justicia, el medio ambiente y la armonía entre los seres humanos,… algo que se percibe comúnmente como bueno pero que es menos ejercido de lo que el espíritu de la época aconseja. Hasta el fulano más agresivo en sus relaciones interpersonales dirá así que “la paz es más importante que el dinero”, por ejemplo. ¿Tendrá algo que ver en los resultados de este sondeo el hecho de que sean plantas y animales los próximos afectados por el proyecto de CC y PP de descatalogación de especies? Es fácil que un mayor número de gente empatice con un motivo así que con los límites en cuanto al transporte privado. ¿O alguien se cree que todos esos conductores individuales, que abominan del transporte público, por seguir con el ejemplo, se adhieren realmente a la consigna del decrecimiento y/o el crecimiento cero? ¿Cuántas de las protestas contra infraestructuras varias en las islas serían reducidas exclusivamente al ecologismo militante si no se afectaran propiedades particulares de vecinos ganados puntualmente para la causa? ¿Qué solidez tienen los valores ecologistas en la sociedad canaria en su conjunto? ¿Ustedes qué piensan?