Publicado originalmente el 3 de mayo de 2013
Hoy, Día internacional de la libertad de prensa, como canarios debemos avergorzarnos de las amenazas recibidas por parte del Gobierno de Canarias a la radio palmera Radio Murión. El mismo gobierno que repartió a dedo las licencias radiofónicas en un concurso fraudulento que ahora la justicia trata de resolver. Esas mismas amenazas las recibieron meses atrás también los compañeros de la tinerfeña Radio Pimienta, auténtico foco de comunicación participativa, ciudadana y democrática en el valle de La Orotava.
Hoy, Día internacional de la libertad de prensa tenemos que gritar a los cuatro vientos la injusticia cometida contra la revista satírica lanzaroteña «El agitador», quienes en forma de viñeta denunciaron que «un fiscal posea una vivienda ilegal en Lanzarote, en un Plan Parcial anulado, y que sea fiscal jefe en el mismo partido judicial en que ejerce como abogado su tío político, pluri-imputado por diferentes casos de corrupción urbanística, Felipe Fernández Camero.» Por este ejercicio de libertad periodística han sido multados con 20.000 euros.
Hoy, Día internacional de la libertad de prensa debemos pensar si la Televisión Canaria que pagamos entre todos está sirviendo para algo más que para hacer gala del «verbenismo» que el señor Willy García nos imputa a los canarios, rescatando en pleno siglo XXI el argumentario colonial que en el siglo XV acusaba a los indígenas canarios de indolentes, vagos y dados a la fiesta para justificar la ocupación y sometimiento de los pueblos originarios de Canarias. ¿Dónde está el periodismo de calidad que permita a los canarios ser cada día mejores ciudadanos, ampliando sus horizontes culturales e informativos, y dotando al ciudadano de herramientas para una democrática fiscalización de la vida pública?
Hoy, Día internacional de la libertad de prensa, es buen momento para pensar en todos estos casos y en tantos otros que nos señalan como un pueblo con profundas carencias informativas, y en el que las víctimas principales son los ciudadanos y ciudadanas que ven afectada su capacidad de recibir una información plural que les coloque en el centro del debate político, y no en la periferia.