“Es la misma pancarta que apareció el 28 de octubre en San Mamés durante el partido del Athletic Club de Bilbao contra el F. C. Barcelona”, explica Kamal Thawist mientras señala un retrato a gran escala de Nasser Zefzafi, activista rifeño y cabeza visible del Movimiento Popular del Rif (Hirak), detenido desde hace seis meses en la cárcel de Oukacha (Casablanca). Ese día se cumplía un año de la muerte de Mohssine Fikri, desencadenante de las manifestaciones en el Rif, al norte de Marruecos. “La intención es que se pueda ver por todo el Estado español”, añade.
Kamal nació en Alhucemas y ha participado en las movilizaciones tanto allí como aquí, comienza enunciando su apoyo al Hirak, estuvo presente cuando se iniciaron las detenciones contra la plana mayor del movimiento. En Barcelona ha protagonizado numerosas acciones de protestas para exigir la puesta en libertad de “los presos políticos rifeños” y que se escuchen las “legítimas demandas del pueblo”. Para esta última acción se ha situado frente a la Embajada de Marruecos en Madrid.
En un principio decidió colocarse frente al edificio de la delegación pero la policía le dijo tanto a él como a los otros dos activistas rifeños que le acompañan, que debían alejarse de la puerta “por seguridad”, al parecer a la Embajada no le hacía gracia tener en la calle de enfrente los retratos de los detenidos del Hirak. Tras un registro de sus pertenencias y consultar sus permisos para la concentración, estos tres rifeños se desplazaron unos 100 metros y ahí han permanecido dos días. “Constantemente busco como hacer llegar el mensaje a la sociedad de lo que está sucediendo en el Rif, las detenciones, los maltratos, ese es el objetivo” explica.
La población de la diáspora lleva meses movilizándose, pero para Kamal hace falta que haya iniciativas más allá de lo colectivo, acciones individuales que den una respuesta rápida a “los atropellos que comete el régimen marroquí”. “Siempre, lo primero que hago es consultar a compañeros activistas”, comenta mientras mira a Reda Benzaza, que hoy le acompaña y que fue el portavoz del Hirak en Alhucemas hasta que se exilió para evitar ser objeto de las detenciones indiscriminadas.
“Pánico”, así es como define la situación que se vive ahora mismo en la región del Rif, “detenciones masivas que han llevado a que más de 1.400 personas hayan pasado por comisaría”. Explica que lo que busca es dar una mayor visibilidad, como ya hizo el pasado 4 de noviembre, día del cumpleaños de Zefzafi, sin embargo, lo tiene claro respecto a la forma de conseguir sus metas, “la única forma es unirnos todos por el Rif, no queda otra que tomar las calles, en la diáspora lo sabemos y estamos unidos”. Aunque añade, “prefiero actuar de esta forma, de una manera más personal pero continua”. Habla de forma reposada, midiendo las palabras, “el pueblo rifeño está sufriendo solo y está asumiendo la responsabilidad de una lucha sobre sus espaldas”, comenta respecto del apoyo dentro del Reino marroquí. Critica la labor y el posicionamiento de asociaciones y partidos políticos de los diferentes espectros porque forman parte de un mismo régimen “del que el Hirak se ha desmarcado desde sus inicios”.
Destaca la figura de Nasser como un gran descubrimiento, a quien define como una persona comprometida con la causa y su pueblo. “También se ha puesto en evidencia a los partidos políticos, hemos visto su verdadera cara”, y lo que considera uno de los mayores logros, “haber unido a la población rifeña de la diáspora”, población que permanecía dividida gracias a las “artimañas” del padre del actual monarca, añade. Otro logros los cita Benzaza, quien ha venido desde Andalucía para acompañar a Kamal, “la expresión cultural y artística se ha convertido en la vía donde muchos rifeños y rifeñas están volcando su denuncia e indignación”, comenta, “además el movimiento ha conseguido reconectar las generaciones del presente con una historia que habíamos olvidado, nos han recordado que nuestro enemigo sigue siendo el mismo de antaño, el Makhzen”. Una élite que gobierna en la sombra y a la que estos rifeños se refieren como un enemigo invisible pero que con el Hirak no solo se ha visibilizado, sino que se le ha hecho frente “a través de una tecnología rudimentaria frente a una estructura tan poderosa que ha mostrado su verdadera cara, nos ha descuartizado históricamente y que hoy, vuelve a hacerlo”, concluye.
Un síntoma de este descuartizamiento son las múltiples condenas que se han ejecutado solo durante las últimas semanas. A principios de mes dos activistas eran condenados por el Tribunal de Primera Instancia de Alhucemas a 20 años de cárcel cada uno, apenas una semana después, siete activistas eran sentenciados a penas de entre ocho meses y siete años, con tan solo una semana de diferencia otros doce activistas más fueron condenados a penas de entre uno y tres años de prisión, todos ellos por participar en las protestas sociales. Para Benzaza, “este es el reflejo del odio al pueblo rifeño que debemos interpretar como una victoria dolorosa porque pone en evidencia al régimen”.
Tras la última sesión del juicio a los activistas del Hirak el pasado martes 21, Nasser Zefzafi enviaba un mensaje de audio desde Oukacha que se ha difundido por las redes sociales y ha reactivado a la población rifeña, “nuestra chispa sigue prendida y palabras como las suyas nos dan aliento y fuerza”, comenta Kamal respecto al contenido del mismo. Se trata de unas palabras en las que Zefzafi continúa denunciando los malos tratos y agresiones que sufren en las cárceles los detenidos, “es desgarrador oír cómo explica que ha sufrido intentos de violación”, denuncia Benzaza. Este último es uno de los únicos integrantes del Hirak próximos a Zefzafi que ha conseguido escapar de las detenciones, explica su desconfianza en los juicios, por ser unos procedimientos que carecen de credibilidad si se observa la forma en que se han ejecutado las detenciones: “son secuestros, durante semanas las familias permanecen sin saber dónde están sus familiares y después otras tantas semanas para ponerles a disposición judicial, por último, la escenificación de unos juicios donde les presentan en jaulas”, continúa, “es un procedimiento que ha contado con testimonios obtenidos bajo torturas como han denunciado familiares, organizaciones por los derechos humanos y la propia defensa”.
La conversación se retrotrae a la fecha en la que se inician las detenciones, tras un “encontronazo” de Nasser Zefzafi con un imam en una de las mezquitas de Alhucemas, “el régimen emplea todos sus brazos para sus fines, ese día lo hizo con las mezquitas, utilizadas para criminalizar las protestas”, lo que para Kamal es el reflejo del funcionamiento del sistema marroquí. Destaca cómo antes de que se instrumentalizaran los espacios de culto “ya habían hecho lo propio los partidos políticos que se desmarcaron de las movilizaciones y restaron importancia a sus demandas”, sin olvidar, “la propaganda de los medios de comunicación”.
Mouruth Chima, que había permanecido en silencio durante la entrevista entra en la conversación para pronunciarse sobre el monarca actual, “cuando murió su padre (Hassan II), nos habló de una nueva era, sin embargo, el Hirak ha desmontado esa apariencia de democracia que nos vendía”. También nacido en Alhucemas, Chima dice sentirse un exiliado porque nunca eligió salir de su pueblo natal, “fui expulsado de la tierra por la que lucharon mis abuelos y mis padres”. Desmembrado el Hirak y acechado por una fuerte represión, comenta que “la pelota está en el tejado de los exiliados, de la población rifeña en la diáspora”.
Sobre esa nueva era y tratando de visualizar un futuro en el que esta lucha tenga un desenlace positivo se expresa el que fue portavoz durante meses del movimiento, “no esperamos un nuevo escenario en el que los presos políticos acaben en puestos de relevancia, porque esa ha sido la actuación de otros líderes populares de luchas anteriores, la gente del Hirak siempre está con el pueblo porque es el pueblo”. Recuerda cómo el movimiento se inició porque cinco toneladas de pescado fueron requisadas y arrojadas a un contenedor de la basura, eso le costó la vida a Fikri y hace unos días 15 personas morían tratando de conseguir unos kilos de harina en la región rural de Esauria “hay una estructura que está podrida y que explica por sí sola por qué salimos a las calles”.
Kamal que ha hecho dos huelgas de hambre de tres días una de ellas frente al ayuntamiento de Vic en Barcelona, una recogida de firmas en la plaza de Sant Jaume de la Ciudad Condal y una acción para recordar a Zefzafi en el día de su cumpleaños, destaca cómo todas sus acciones han estado motivadas por esas razones, “las mismas que nos han traído hoy frente a la embajada de Marruecos”, señala.
* Artículo de Youssef Ouled, periodista rifeño, originalmente publicado en El Salto. El Salto es una cooperativa de medios.