Es difícil decir exactamente quién hizo esas llamadas de boicot. Dos páginas de Facebook administradas anónimamente lanzaron esta llamada el 20 de abril. Posteriormente, una docena de páginas de Facebook, seguidas por cientos de miles de personas, han transmitido el mensaje masivamente y muchos usuarios de Internet comparten un fotomontaje de las tres empresas, acompañado por el lema «boicoteamos», que se dirige a tres sectores y tres marcas líderes: Sidi Ali, Afriquia y Danone.
Casi ha pasado un mes desde el lanzamiento del boicot desde el 20 de abril pasado. Varios datos indican el éxito de la campaña y su persistencia a pesar de las negaciones dirigidas a la opinión pública por parte del gobierno y de los políticos. Por ejemplo, Centrale Danone perdió casi 60% de su facturación diaria y sospecha sufrir grandes pérdidas durante el mes sagrado de Ramadán, donde solía registrar altas ganancias. En cuanto al sector de los hidrocarburos, los datos de campo destacan la mala situación en que se han convertido las estaciones y que han sido abandonadas por los clientes. Por su parte, la compañía de agua de Oulmès, propietaria de Sidi Ali también había emitido un comunicado en el que afirmaba que el margen realizado sobre la botella de 1.5 litros es de 7% o 40 céntimos y que sus precios no habían aumentado desde 2010.
Esta exitosa campaña tiene dimensiones económicas, sociales y políticas. Además, expone los profundos desequilibrios de la economía marroquí, donde predominan pocas familias el mercado.
Según Said Essadi , economista y Político del PPS, «ya hemos planteado este problema del desarrollo desde hace tres décadas en nuestro libro sobre grupos financieros en Marruecos. Contrariamente a los supuestos del pensamiento económico neoliberal, la liberalización de economía no condujo -sobre todo mediante la reducción de la protección arancelaria y la privatización de grandes sectores de la economía marroquí- a fortalecer la concurrencia en el mercado nacional, sino por el contrario, se fortalece la influencia económica de los grupos industriales y de las empresas multinacionales y que han sustituido monopolios públicos por otros del sector privado».
Según Hassan al-Shami, ex ministro y ex presidente de la Confederación General de Contratistas Marroquíes (CGEM), “hoy hay mil y una razones para el boicot. La combinación de dinero y poder es peligrosa para Marruecos”.
El portavoz del gobierno, Mustapha El Khalfi, amenazó con procesar a cualquiera que transmita información falsa «que dañe la reputación del país». También argumentó que el margen de 20 céntimos por litro vendido por Centrale Danone es «razonable», lamentando que la campaña de boicot se basa en datos erróneos. El ministro no dudó en avisar de las consecuencias de esta campaña de boicot, recordando que el sector lechero emplea a 460.000 agricultores, de los cuales 120.000 están cooperando actualmente con Centrale Danone. Para Mustapha El Khalfi, «el aumento en esta campaña de boicot puede ser perjudicial para los agricultores y la economía del país».
Se puede decir que las palabras de algunos responsables echan más leña al fuego. El ministro de Finanzas, Mohamed Boussaid, alimentó la ira de los usuarios: «Tenemos que animar a la empresa y los productos marroquíes, contrariamente a lo que algunos han dicho». A su vez, Aziz Akhannouch, ministro de Agricultura y Pesca y el jefe de Afriquia, trató de minimizar el impacto del boicot de su empresa y otros productos bajo la tutela de su departamento, reduciéndolo a «una campaña virtual desplazada de la realidad». En cuanto al presidente Saad Eddine El Othmani, que suele guardar silencio sobre muchas cuestiones espinosas, se limitó a evocar el compromiso de su gobierno a favor de los trabajadores.
En el lado de la Bolsa, el lunes 30 de abril fue un día diferente a cualquier otro en la Bolsa de Valores de Casablanca. Al cierre, dos empresas cotizadas registraron las mayores bajas del día: Afriquia Gaz y Centrale laitière, con bajas respectivas de -5.97% y -5.69%. Aunque tiene el precio de Bolsa más estable, la compañía de aguas Oulmes, también registró una pérdida de su título de hasta el 5,08% el 20 de abril, correspondiente al primer día del boicot.
Esta campaña de boicot de la parte del consumidor no puede disociarse de la ola de protestas que Marruecos ha visto desde el comienzo de Hirak du Rif en octubre de 2016, donde las principales demandas se relacionaban con la mejora de las condiciones económicas de los habitantes de la región. Hoy es la misma historia de una población que protesta contra el empobrecimiento de las clases populares y medias y el agravamiento de las desigualdades sociales. Las conclusiones de la Encuesta Nacional de 2016 sobre Consumo y Gasto de los Hogares, publicada por el HCP, respaldan este descontento. Según este estudio, casi dos tercios de los hogares (67%) tienen un gasto anual inferior al promedio nacional, estimado en 76.317DH o 6.360DH por mes. El HCP también reveló notables disparidades, el nivel de vida del 5% de los marroquíes más ricos equivale a 20 veces más que el del 5% más desfavorecido.
Una realidad socioeconómica que da a estos movimientos de protesta una razón para ser, incluso con formas diferentes. Los arrestos que siguieron a las manifestaciones en el Rif y Jerada explican la migración de la protesta de la calle a la web. Al boicotear un producto, los usuarios de Internet ejercen el derecho de denunciar sin preocuparse, y sin arriesgar el desafortunado destino de algunos activistas Hirak Rif y Jerada.
Después de Afriquia, Sidi Ali y Centrale Danone, la campaña de boicot se dirige desde el 22 de mayo al campo pesquero, cuyos precios han «explotado» en los mercados del Reino.
¿Qué más se espera boicotear?
* El texto es de Zohra Maaras, estudiante del Master Métiers et pratiques des Médias de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de Ibn Zohr de Agadir (Marruecos). El texto fue remitido a Tamaimos.com para su publicación.