Hay que trabajar con hipótesis, diferentes escenarios posibles y prever respuestas, que no nos cojan con el paso cambiado. Toda maña tiene su contra y toda contra, tiene su recontra. Veamos tan sólo uno de los posibles escenarios: es probable que el Tribunal Constitucional aduzca que, como no se convoca a toda la “Nación española” a votar sobre la conveniencia de que se cambie o no el modelo turístico y ambiental (en fin…) de Canarias para permitir las prospecciones petrolíferas, no habrá consulta. O cualquier otra toletada. Siempre cabe que el Gobierno pueda recurrir, lo cual prolongaría la decisión final unos cinco meses más, o sea, bien cerquita de mayo, mes electoral. Desde luego, al PP de Canarias no le interesa que continúe este juego donde todo el mundo les da como si fueran el haragán de la fiesta. Sin embargo, la sucursal canaria del PP importa bien poco en Madrid, Soria incluido, como se ha podido ver en los últimos años. O sea que demos por hecho, a efectos especulativos, que el TC suspende la consulta canaria.
Entonces, ¿qué hacer? Parto de la base de que es la gente que está organizada en las Coordinadoras Anti-prospecciones las que deberán decidir esto, más temprano que tarde. Yo, como ciudadano canario que escribe de vez en cuando, sólo dejo aquí una modesta opinión que acaso a alguien interese. En esta inmensa ágora pública, aquí va mi palabra. Opino que, si la prohibición llega tan rápidamente como en el caso catalán, el movimiento anti-prospecciones debería tener ya preparada -las nuevas tecnologías lo permiten- una consulta on-line, con todos los controles y verificaciones que razonablemente se puedan pergeñar, para el mismo 23 de noviembre. No será desde luego igual que la consulta que ahora mismo convoca el Gobierno; será otra cosa, pero en algunos aspectos más interesante.
Los esfuerzos debieran ir dirigidos entonces a lograr que la sociedad civil canaria pueda expresar de otra manera lo que tantas veces ya expresó en la calle. Aquí les dejo un artículo sobre estos asuntos y les sugiero especial atención al modelo de Equo, por si se pudiera utilizar. Hay que apoyarse en la indignación que generará sin duda la decisión del Tribunal Constitucional para exigir nuestro derecho a votar y decidir lo que aquí ocurra. La red de activistas que se ha ido tejiendo en el último año puede ser un fantástico equipo movilizador en torno al cual aunar muchas más voluntades. No es descabellado contar con, como mínimo, un comité por la consulta en cada uno de los 88 municipios canarios. Y esta vez con una pregunta sin ambigüedades: ¿Quiere usted que se realicen prospecciones petrolíferas en aguas canarias? No habrá excusas para no participar a no ser que uno sea acólito de Soria, ni siquiera votante y/o simpatizante del PP. Una consulta popular es posible. Recordemos, por ejemplo, el impacto que tuvo la movilización en torno a la Deuda Externa, con muchos menos medios que los que existen actualmente. Sí se puede recuperar la iniciativa. A partir de ahí, todos son bienvenidos a participar. Lo importante es votar, que no nos dobleguen. Y después del 23-N, con un éxito de movilización y participación a la espalda, continuar la lucha, porque más de una vez el chico tumbó al grande.