Yo no estoy muy ducho en estas cuestiones del transporte aunque sea fiel usuario del transporte público. Sin embargo, no hace falta ser ningún experto para comprender que los ciento cincuenta metros de carril bici en la calle Néstor de la Torre con los que resultó “agraciada” la ciudad de Las Palmas en el Plan Zapatero – ¿o debiera decir Oramas?- tampoco es que vayan a pasar a la historia de las acciones decididas a atajar de una vez por todas el grave problema del insostenible modelo de transporte en la ciudad de Las Palmas. En un momento en el que mucha gente habla de revisar dicho modelo, en especial gracias a la amplificación del tradicional discurso ecologista que han hecho los guagueros con su huelga, uno hubiera esperado una actuación más enérgica por parte del Ayuntamiento de Las Palmas, sentir que la ciudad empezaba a parecerse a esas ciudades europeas, limpias, cuidadas, accesibles, sostenibles,… Claro que, una vez más, como con tantas otras cosas, uno espera demasiado.