Un amigo me envía una “Carta abierta al PSC-PSOE” pidiendo a la ciudadanía la adhesión a la misma. Dicha carta contiene algunos elementos bien conocidos por todos: el macropuerto industrial de Granadilla no supone sino otra agresión al medioambiente canario; sólo los intereses económicos de la oligarquía tinerfeña justifican tal agresión; la connivencia del Gobierno canario que llega a desproteger especies con el único fin de burlar a la Ley y poder iniciar las obras son un gravísimo atentado a la legalidad y una auténtica vergüenza para la sociedad canaria,… En fin, nada nuevo hasta ahora. Sin embargo, el punto principal de la carta es precisamente el que la convierte en un texto fundamental, imprescindible, a mi juicio. Se señala acertadamente la estudiada ambigüedad del PSC-PSOE en cuanto al macropuerto industrial de Granadilla. Cito literalmente: “el PSC-PSOE también está jugando un ambiguo papel en todo este proceso pues aunque en su momento exigió reducir la longitud del dique nunca ha concretado en la práctica su eventual rechazo a la construcción del puerto de Granadilla”. Y sigue, a propósito de las recientes declaraciones del portavoz del PSC-PSOE, Sr. Hernández Spínola: “no entendemos que se pueda afirmar rotundamente que la ley del Catálogo vulnera claramente la Constitución y supeditar la presentación del consiguiente recurso de anticonstitucionalidad a una negociación con los redactores de esa misma ley”.
A mi juicio, la carta que hoy comento aquí deja al desnudo las vergüenzas de los socialistas canarios, al menos de su línea oficial: ya no pueden seguir jugando al doble juego de criticar el Macropuerto de Granadilla, cuando siempre han estado a favor del mismo. No vale rasgarse las vestiduras por el asunto de la Descatalogación y mirar para otro lado cuando se anuncia el comienzo de las obras. Las coincidencias con el pacto de gobierno CC-PP, o con la propia Coalición en el Cabildo de Tenerife, no pueden esconderse por más tiempo. Se vio con el Anillo Insular, se vio con el Tren y desde siempre se ha visto con el Puerto de Granadilla. Desde Cejas a López Aguilar. Ya no engañan a nadie criticando al “régimen” y los desmanes contra el medio natural, tratando de presentarse como una opción radicalmente diferente. Más bien cuesta encontrar las diferencias en cuanto a un supuesto proyecto de isla o de archipiélago. Ellos no son la oposición en Tenerife. Y ésta es la principal virtud de esta carta abierta que yo ya he apoyado y les invito a apoyar, decir que ya está bien, que obras son amores y no buenas razones, que o presentan un recurso de inconstitucionalidad o que no vayan a tomar el pelo a los canarios haciéndose pasar como una alternativa real a lo existente. En definitiva, la carta viene a decir de una vez que el emperador está desnudo, tal y como sospechábamos.