Este artículo prologal quiere cerrar un homenaje a Canarias. Pero no se vea en ello una excusa para celebrar unos juegos florales más, con la habitual palabrería y autocomplacencia. Se trata de poner a Canarias entre interrogantes. Plantear preguntas que pocos quieren hacer(se) y avanzar al tiempo una interpretación de las realidades del Archipiélago que sea a la vez explicativa, valorativa y propositiva. Es decir, cuestionar(se) su subordinación a patrones de vida que en muchas ocasiones generan gran malestar e innecesario sufrimiento a una buena parte de la sociedad isleña. También, y sobre todo, explorar las vías democráticas de superación política de tanta vida en precario.
Así, el agrupamiento en un futuro libro de los artículos de Tamaimos acogidos en las secciones “Acuse de recibo” y “Excepción de estado”, trata de rendir un tributo y establecer un compromiso con la ciudadanía canaria. En particular, con la oprimida y deprimida mayoría social del Archipiélago. Puede que un día, autoconstruida como pueblo canario, esa mayoría ciudadana logre ponerse en pie para hacer suya la deliberación y liberación democrática a la que muchos aspiramos en esta neocolonizada nación —tan avanzada en algunos aspectos como retrasada en otros, todavía a medio hacer, por tanto—, pero que en cualquier caso es la que los canarios y canarias conformamos y la que nos conforma como canarios y canarias de condición e identidad mestiza.
Es curioso, ese agrupamiento de textos que llevará por título Libertad de actuar (y como subtítulo el de Argumentos poli(é)ticos de disenso) condensa una parte de las preocupaciones filosófico-políticas que nos han ocupado toda la vida a los del Clan del Don. Sin embargo, mi heterónimo Pablo Utray lo escribió de un tirón, en poco más de doce meses, entre 2017 y 2018. Y me encargó, en una estricta división del trabajo, que lo fuera adelantando de forma fragmentada en este semanario digital. Aunque en realidad esos artículos formaban parte de un antiguo proyecto de Utray sobre las relaciones de teoría y práctica que inició —con la colaboración de Pablo Ródenas y la mía— hace casi tres décadas.
El proyecto “Necesidad de comprender y libertad de actuar” trataba de continuar, desde Canarias y para Canarias, una reflexión poli(é)tica sobre los principales rasgos del mundo existencial que empezó a emerger a finales de los ochenta, al término del llamado siglo XX-corto. Era una aventura que constaba de tres partes: una investigación sobre el nuevo mundo globalizado, dos series de artículos que la fuesen avanzando y que habían de salir a la luz poco a poco en la revista Disenso (una publicación canaria de análisis y opinión, de periodicidad trimestral, ya desaparecida), y por último dos libros que los recogerían como capítulos más o menos reelaborados.
La primera serie de artículos, publicados por mí mismo en la sección “Biblioteca habitada” de Disenso, contó con un conjunto de cartas que, con el pretexto de analizar algún libro relevante, reflexionaban sobre diferentes aspectos problemáticos de la realidad. Esas epístolas dieron lugar al texto Necesidad de comprender, de 1998, que llevaba por subtítulo Cartas poli(é)ticas de disenso. Pero el libro no se llegó a publicar y quedó arrinconado en un archivo informático a la espera de mejores tiempos. La segunda serie de artículos, destinada al volumen Libertad de actuar, ni siquiera llegó a cuajar entonces, al dejarse de editar en 2005 la revista Disenso que los iba a acoger.
Pasados veinte años, circunstancias varias y entre ellas una insistente propuesta de José Miguel Martín, Raúl Vega y Tamaimos, que mucho agradecemos, hizo que Utray se plantease retomar la segunda parte del proyecto. Se trataba de ir publicando primero y por mi cuenta los artículos breves que conformarían Libertad de actuar, pero a uña de caballo, con periodicidad quincenal. ¡Misión cumplida! Y a continuación editar los dos libros, uno tras otro. ¡En ello estamos! Aunque motivos prácticos vinculados a la actualidad política aconsejaron que finalmente entre en imprenta primero Libertad de actuar, de modo que Necesidad de comprender se quedó otra vez en barbecho, pendiente de revisión y edición.
En Libertad de actuar se presentará, como algunos lectores y lectoras de Tamaimos ya conocen, una interpretación argumentada de los problemas estructurales de Canarias, poniéndolos en función de su resolución práctica desde una política razonable y disensual. Una tal política solo puede ser aquella que arrancando de la realidad problematizada, se oriente hacia los principales retos canarios, desde unos principios y una estrategia que sean genuinamente democráticos. Una política semejante debería debatirse entonces públicamente y aplicarse en el día a día, desde hoy mismo mejor que desde mañana si fuese posible. De forma abierta, de abajo arriba, desde los individuos y la sociedad y desde las instituciones.
Hemos vivido entre 2014 y 2018 bajo el espejismo de que la ventana de oportunidad de cambio que se había entreabierto podía abrirse aún más. Y no fue así. La llamada “nueva política” resultó ser no tan nueva —ni tan buena— como se presumía, pronto convertida en poco más que un slogan del marketing engañoso que inunda la mayor parte de la comunicación pública. Los grandes interrogantes que Canarias tiene abiertos —como el desequilibrio y extraversión de su modelo económico-productivo, o la subordinación e insuficiencia de su modelo político-institucional, por ejemplo— son problemas de ardua solución, quién lo duda, pero que repercuten fuertemente, de forma negativa, en la mayoría más desfavorecida de la población.
Todos nuestros asuntos más vitales (en vivienda, trabajo, sanidad, educación, asistencia, prestaciones, cultura, medioambiente, etcétera) conforman un gran problema, el “problema nacional canario”. Pero en el entendido de que el problema nacional canario no es solo una cuestión interna de la sociedad canaria, es también un “problema estatal español” y un “problema interestatal europeo”, que además están insertos en un mundo glocalizado de supremacía y hegemonía todavía USAmericana. Por dos motivos: porque la casta canaria, nuestra apreciada élite de poder oligocrático, garantiza desde dentro el mantenimiento del actual statu quo de desigualdad, en colusión con la casta central, y porque la mayoría desfavorecida de la ciudadanía canaria aún no se ha enfrentado a este presente e injusto estado de cosas.
La propuesta poli(é)tica alternativa de Libertad de acción es tan solo democrática y, por tanto, disensual. Y ya es mucho, según parece. Poner sobre la mesa una propuesta inclusiva —que exige, de suyo, dialogar, deliberar y decidir de forma participativa— implica reconocer la pluralidad social y garantizar de hecho el ejercicio de los derechos de ciudadanía de todos los canarios y canarias para acordar de forma soberana cómo debe ser nuestro presente y nuestro futuro. A mi juicio, una propuesta democrática realmente pluralista e inclusiva ha de ser autodeterminista antes que unionista o separacionista. Porque solo el ejercicio del derecho a decidir, en las diferentes escalas de su aplicación, desde el plano ciudadano al plano nacional, pasando por el plano asociativo e institucional intermedio, puede permitir la suficiente libertad de acción que oriente a la sociedad entera hacia el régimen más idóneo de unionismo o de separacionismo que de forma democrática se convenga.
Es decir, que las diferentes opciones se puedan expresar en el espacio público sin distorsiones interesadas, y se pueda elegir en cada momento histórico, conformando de forma libre las mayorías y minorías que la soberana voluntad nacional-ciudadana considere apropiadas. En la historia los buenos arreglos siempre son democráticos. Y no lo son los malos arreglos, que nunca serán preferibles a los buenos pleitos. Porque un buen pleito equivale a una declaración y las subsiguientes acciones civilizadas que expresan el desacuerdo básico y abran la posibilidad de buenos arreglos, es decir, de acuerdos democráticos y justos entre las partes en conflicto. Que es de lo que se trata: de generar un buen pleito nacional-popular canario frente a las políticas del miedo y la claudicación.
La propuesta poli(é)tica del autodeterminismo democrático exige que, como salida al buen pleito nacional-popular que hay que declarar de forma pública y mayoritaria en Canarias, se puedan poner todos nuestros principales retos sobre la mesa pública y se pueda abrir un proceso constituyente canario. Un proceso que articule la vida social de nuestra ciudadanía nacional de manera pacífica, democrática y soberana (incluyendo las relaciones con el Estado español y la Unión Europea, junto a las relaciones con los entornos africano, americano, etcétera), y que regule nuestra vida comunitaria con una constitución democrática canaria que sea nuestro ideal civilizador y nuestra carta de navegación.
En fin, Libertad de actuar estará dividido en tres partes. Se ocupará la primera de presentar una muestra reducida de algunos aspectos genéricos y relevantes del problema nacional canario. La segunda, de explorar y dilucidar algunas inaceptables actitudes nacionales y estatales, sobre todo al hilo del conflicto Catalunya-España, del que mucho se debe desaprender y reaprender para el específico y diferente caso de Canarias. Y la tercera, de esclarecer algunos de los retos y alternativas al problema nacional canario, abriendo el proceso constituyente a partir de la declaración de un buen pleito nacional-popular ante la minoritaria casta de poder oligocrático canario, ante el Estado español y ante la Unión Europea.
Dado que los veinte y ocho breves capítulos que compondrán Libertad de actuar fueron redactados en su versión inicial como artículos a pie de coyuntura en un periodo de tiempo convulso, al menos en lo que se refiere a las cuestiones nacionalitarias, Pablo Utray incluirá una entradilla contextualizadora en cada uno que facilite su lectura y justifique el estilo directo que utilizamos para llegar mejor al lector o lectora, sin apenas referencias eruditas que puedan estorbar o distraer. Eso sí, manteniendo los vínculos a informes e interpretaciones muy variadas que ayudaron al anclaje en las muy concretas realidades analizadas. Al final se añadirá un amplio vocabulario conceptual, para facilitar la comprensión del paso de los usos terminológicos convencionales a otros postconvencionales, crítico-reconstructivos, vocabulario que antes verá la luz en Tamaimos.