Muy a grandes rasgos, éste era el contexto en el que, hace ahora 20 años, nacía Iniciativa por La Orotava (IpO). Formada por antiguas militantes de ICAN en el municipio, se les presentaban dos opciones: desaparición como grupo organizado en La Orotava o integración en Coalición Canaria. La salida, después de largos e intensos debates, fue –tras el abandono y el pase de algunas personas de ICAN a otras opciones políticas- la constitución de una opción local, municipalista, en la que pudiésemos seguir desarrollando el intenso trabajo de activismo social y de participación institucional que estábamos llevando hasta ese momento.
Ipo nace el 13 de abril de 1996, en un Congreso Constituyente que sienta las bases ideológicas y de acción política que van a caracterizar a esta nueva formación: ámbito local, nacionalismo de izquierdas, asamblearismo, autonomía organizativa, participación ciudadana, defensa de los valores mediambientales y autogestión. Eso se sustentaba en la configuración de una forma de funcionamiento horizontal, sin jerarquías ni órganos de dirección, con una asamblea permanente que controlaba y decidía sobre todos los recursos económicos (incluidas las dietas de los y las representantes institucionales); con vocación municipalista y con claras intenciones de convertirse en un bloque alternativo a las políticas y la gestión ultraconservadora de Coalición Canaria.
El grupo promotor de IpO intensifica, en esos primeros años, su labor opositora en el Ayuntamiento -donde contaba con dos concejales- y afronta las elecciones de 1999 en coalición con Los Verdes de Canarias, aumentando un concejal y situándose como primera fuerza de la oposición. A partir de ese momento, el trabajo político se orienta hacia la consolidación de esa posición en el Ayuntamiento y, en las siguientes elecciones alcanza un 24% de los votos y se sitúa, de manera destacada, como la única opción con capacidad de arrebatar la mayoría absoluta a CC en uno de sus feudos más poderosos en Tenerife. Pero el virus siempre presente en la izquierda canaria –el de las ambiciones personales- también afecta a Iniciativa por La Orotava y, después de las elecciones de 2007, con los mejores resultados de una opción de izquierdas en la etapa democrática en el municipio (5 concejales), se produce la ruptura de la coalición IpO-Los Verdes, con dos casos de transfuguismo a los que se da una respuesta contundente por parte de Iniciativa por La Orotava, que fuerza la salida de estos concejales y su sustitución por otras compañeras integrantes de la candidatura de IpO.
Si bien esto supuso un duro golpe, resintiéndose electoralmente Iniciativa por La Orotava, en ningún caso provocó una merma en el activo trabajo militante. Un trabajo que se había enmarcado en la denuncia y la lucha contra la implantación de grandes superficies comerciales en el municipio; contra las explícitas connivencias del poder local con los intereses de los grandes empresarios surgidos al calor de la especulación urbanística; contra la imposición de un Plan General de Ordenación que calificaba como urbanizable el suelo suficiente como para albergar a una gran ciudad de 120.000 habitantes (cuatro veces la población del municipio), con afecciones brutales al suelo rústico y al servicio de los intereses especulativos e inmobiliarios de unos pocos empresarios de la construcción y contra las políticas claramente autoritarias, caciquiles y antidemocráticas practicadas por CC.
Desde IpO nos incorporamos a todas las luchas sociales y medioambientales que se pusieron en marcha en La Orotava y que lograron paralizar algunos de los megalómanos y disparatados proyectos que el grupo de gobierno pretendía poner en marcha (la urbanización de El Rincón, la Vía Diagonal –que atravesaba y partía en dos el Centro Histórico-; la urbanización de la zona de El Bosquito, en el barrio de La Perdoma; la agresiva ampliación de la Carretera de Las Cañadas; el derribo del Teatro Atlante y la intención de construir en su lugar un macroedificio de aparcamientos, locales comerciales y viviendas; etc.). Y, trabajando conjuntamente con las compañeras que militaban en el municipio en la organización juvenil Azarug, decidimos poner en marcha un nuevo proyecto de autoorganización colectiva que fraguaría en la puesta en marcha del Espacio Social La Casa, que pronto acoge a varios colectivos y que empieza a funcionar de manera autónoma, con su propia asamblea, poniendo en marcha multitud de iniciativas de formación, de resistencia, de participación ciudadana, de difusión cultural y de confluencias de grupos y colectivos que apuestan por la transformación y la justicia social. Iniciativas como Radio Pimienta (una radio social y comunitaria); la Biblioteca Popular Canaria Javier Montesdeoca; el estudio de la viabilidad de la implantación de la Renta Básica de las Iguales en el municipio; multitud de talleres, conferencias y exposiciones…, tienen como marco a este Espacio en el que IpO participa.
Una trayectoria de veinte años que culmina con el enredo de muchas militantes de IpO en la confluencia electoral Unid@s Sí Podemos, al igual que ya había sucedido con la participación activa de la organización en la construcción de otros espacios de activismo político de la izquierda nacional canaria, como Alternativa Popular Canaria, y que se han caracterizado por un discurso y una praxis política marcada por la coherencia y la firmeza de varios principios fundamentales. Por un lado el ser conscientes de que somos un instrumento, con una definición ideológica clara, que debía estar al servicio de la comunidad en la que actuamos y, por tanto, favorecedor de prácticas permanentes de participación ciudadana en la toma de decisiones, sin miedo a desaparecer si entendemos que la ciudadanía se dota de otros instrumentos más efectivos para la transformación social, el reparto de la riqueza y la reivindicación de nuestra soberanía nacional; por otro lado el entender que la institución y, por ende, la participación electoral, es sólo un camino más –muy importante en la participación política dentro del actual marco democrático- del que debemos aprovecharnos –por las facilidades que ofrece para amplificar nuestras propuestas, para dotarnos de recursos económicos, para mantener un contacto permanente con la ciudadanía, para la resolución de múltiples problemas sociales, etc.-, pero no el único y, posiblemente no el más importante para abordar un proceso de transformación social profundo.
Hemos andado durante estos veinte años tratando de llenar estas alforjas, acumulando fuerzas, sembrando semillas, aprendiendo siempre, compartiendo experiencias y, sobre todo, creciendo junto a muchas personas, colectivos y organizaciones. Estamos convencidas que, para lograr un avance sustancial en la justicia social y el reparto de la riqueza en La Orotava y en Canarias, es necesario, sobre todo, cambiar conciencias, elevar el sentido crítico y la formación política y cultural de nuestro pueblo y poner en marcha experiencias de autoorganización colectiva que nos sirvan de ensayos y de alternativas para abrir nuevas veredas por las que andar y construir una sociedad más justa, más democrática, más autogestionada, más participativa, más solidaria y más feliz. Y todo eso empieza en nuestro entorno más cercano. En la puerta de nuestra casa, en nuestro barrio. Desde lo local, desde el municipalismo. Ahí empezamos y ahí seguimos.
José Manuel Hernández Hernández. Militante de IpO y de Creando Canarias.