Así consta en los Presupuestos elaborados por el Ministro Montoro para el 2015: cada canario deberá abonar al primer español que se encuentre ciento veinticinco euros de su bolsillo. Al parecer se trata de “una medida destinada a paliar los perniciosos efectos de la lejanía, la insularidad, la ultraperificidad y la magua que le entra a uno” que el Gobierno de España cifra en una barbaridad de millones de euros. En palabras del propio titular de la cartera de Economía, “ya los españoles de bien, gente decente, llevábamos demasiado tiempo manteniendo a las Canarias por lo que era de justicia que diéramos con un mecanismo para compensar nuestra atávica generosidad para los habitantes de aquellas ínsulas”.
En efecto, la partida, que lleva el nombre de “tasa compensatoria de desvelos y achaques por tener islas africanas y petróleo si lo hubiera o hubiese” aparece reflejada en el capítulo VI de los Presupuestos Oficiales del Estado para el próximo año. Fuentes ministeriales aclararon que lo que ha sucedido es que se ha dado con una fórmula para revertir la deuda histórica de España con Canarias basada en dividir el número de esclavos guanches por los aeropuertos deficitarios españoles, cero al cociente y bajo la cifra siguiente. Luego se hace la prueba, que consiste en multiplicar el resultado por el divisor y de ahí es de donde salen los ciento veinticinco euros que cada canario tendrá que pagar al primer español que se encuentre. Y en efectivo, no se admite el pago con tarjeta.
Como era de esperar, el Grupo Canario en el Congreso de los Diputados ya ha expresado protestas airadas ante la Comisión de Portavoces de la Cámara. Más concretamente, Ana Oramas (CC) ha amenazado con no llevar más rosquetes laguneros a los miembros del Gobierno español, una constumbre inveterada iniciada por Luis Mardones. Por su parte, Pedro Quevedo (NC) afirma que propinará “punto, liqui y coma” a todos los diputados que voten a favor de esta medida.