
Imagínense un país donde se subvencionara la importación de productos, en lugar de su producción. Un país donde se importaran 9 de cada 10 productos que se consumieran. Un país donde la agricultura y la ganadería estuvieran languideciendo por culpa de esas mismas ayudas que se dan a los importadores. En ese país -que no existe, por supuesto- las ayudas se habrían inventado para hacer bajar el precio de la cesta de la compra. Ese país ficticio (¿dónde podría ocurrir algo parecido?) estaría alejado de los centros de poder donde los rubios con ojos azules y las personasss que pronuncian muchasss esssesss toman las decisiones importantes que nos afectan a todos. Para eso se habrían inventado esas ayudas, para hacer la vida más fácil a los ciudadanos de ese país isleño; para eso y para que no estuvieran en desventaja con Europa, el continente que siempre habría estado unos cuantos pasos por delante desde que llegaran unos señores con armadura y caballo que aún no habían descubierto lo que era un jaboncillo. Supongamos que a esas ayudas imaginarias del país imaginario se les llamara, por ejemplo, Régimen Específico de Abastecimiento, y que pudiéramos entrevistar a un político que estuviera fervorosamente a favor. ¿Qué nos diría?
Entrevistamos a José Matías, veterano político, exsenador, expresidente del Cabildo de San Borondón y miembro destacado del PP (Partido Propetrolero). Nos recibe en la amplia terraza de su casa con productos recién importados encima de la mesa, y con el brazo derecho nos hace un gesto para que nos sentemos. Tras los saludos y agradecimientos de rigor, echamos un vistazo rápido al brunch del veterano politico: pan bizcochado de Murcia, queso manchego, queso holandés, vino de la Rioja, zumo de naranjas valencianas, agua mineral leonesa, cacao catalán… una panoplia de productos recién importados y listos para ser consumidos. Matías sigue nuestra mirada y asiente:
José Matías: Nuestra región ha avanzado mucho en las últimas décadas. Hoy podemos consumir productos de prácticamente cualquier punto del planeta…
Batata News: Pero en esta mesa no veo ningún producto local…
JM: No se precipite. Mire estos mangos. Me los acaba de traer Asier, un jardinero absolutamente obediente.
Miro hacia atrás y veo a un hombre en sus cuarenta con barba, gafas y los brazos a la espalda, que sonríe con la mirada al tiempo que saluda con un leve movimiento de cabeza.
JM: Este muchacho llegará lejos. Ya verá. Bueno, usted dirá en qué puedo ayudarlos.
BT: Nos han dicho que conoce usted muy bien el REA, y que podría explicarnos su funcionamiento.
JM: Mire usted, el Régimen Específico de Abastecimiento es algo muy sencillo. Aquí ahora se pueden conseguir productos de prácticamente cualquier lugar del mundo gracias a este régimen. Hemos avanzado mucho y ahora ya no estamos aislados. Somos ¿…cómo decirlo sin herir a nadie…? menos maúros y más refinados.
BT: Hay quien dice que ahora somos como un drogadicto que necesita su dosis diaria. Con al agricultura y la ganadería a punto de desaparecer, dependemos casi totalmente de las importaciones.
JM: ¿Y qué quería, querido amigo?, ¿que siguiéramos consumiendo productos sin etiquetar, con una producción irregular…? No, ahora consumimos como en cualquier otra comunidad de Borbonia, de manera más civilizada.
BT: ¿Y qué responde usted a quienes dicen que los importadores tienen comprados a los partidos mayoritarios para que la ley siga beneficiando a los importadores en detrimento de los productores?
JM: Esa es mi teoría de la conspiración preferida. Me gusta más que la de las torres gemelas y la CIA (se ríe). Mire usted, en realidad es todo más sencillo. Aquí no había grandes superficies, ni carreteras bonitas hasta que poco a poco hemos ido civilizando estas islas. Me siento muy orgulloso de haber participado en este hermoso proyecto civilizador. Ya verá usted como pronto, no sólo importaremos todo lo que nos comamos (menos los mangos, ¿verdad, Asier?), sino que además crearemos mucho trabajito gracias a las plataformas. Dicen que hay mucha oposición, pero en realidad la gente está mal informada, o directamente manipulada por Pau Machito, que no es más que un oportunista que quiere seguir en el poder. Ya verá usted que nuestro líder, José Manuel Toledo, pondrá las cosas en su sitio más pronto que tarde, y todo será una balsa de aceite, ya verá usted. Pero bueno, me voy por las ramas…
BT: ¿Entonces le parece normal que se financie la importación y que de esa manera se hunda el campo en nuestro país?
JM: Yo soy un gran defensor del campo en nuestra región. No tiene usted más que ver esta finquita que tengo delante de la terraza para imaginar mis desvelos por el sector primario. Lo que pasa es que no hay formación. Ya lo decía el otro día mi compañera Carmelina Ríos: para trabajar en la hostelería ya hace falta hablar por lo menos cinco idiomas. Pues lo mismo pasa en el campo. Que aquí no hay formación suficiente, y por eso hay que importarlo todo.
BT: Perdone, pero no le sigo la argumentación…
JM: Ya lo decía un famoso cantautor hippillo. Si en vez de comerte el plátano cultivado aquí, lo que haces es tomarte la crema de banana irlandesa (¿por cierto, quiere un poco?, aquí tengo, ¿no?, bueno, coja cuando quiera, está en su casa), el plátano habrá recorrido miles de kilómetros y habrá aprendido idiomas. Habrá adquirido lo que se llama técnicamente, valor añadido. Vamos que no será un alimento bruto, de magos, sino algo más… refinado.
BT: Pero entonces insiste usted en que ni ningún político a nivel personal, ni los grandes partidos políticos se benefician de regalos de los importadores para «desmotivarlos» en el caso de que se les ocurra invertir más en la producción.
JM: Quítese eso de la cabeza. Los primeros que estamos interesados en defender nuestro tierra somos los dirigente del Partido Propetrolero (lo mismo le dirían los responsables de Colisión Isleña y del Partido Chupiguay, estoy seguro). Lo que pasa es que no se puede abarcar todo a la vez. Lo que queremos todos es tener un buen hipermercado cerca de casa con precios asequibles, ¿no? Pues eso se consigue gracias al REA este maravilloso que tenemos. Y luego ya se verá. O dicho de otra manera, el petróleo proveerá, si me permite la expresión.
BT: Bueno, pues muchas gracias por su invitación y por su tiempo, Sr. Matías.
JM: De nada, jóvenes. Y ya saben donde estamos cuando quieran comer y beber bien.