Cuando uno cree que el sevillanismo del PP en Las Palmas y del señorito del cortijo, Juan José Cardona, no puede ir más allá, llega la tozuda realidad y te da otro baño de fino y rebujito al más rancio estilo del colonialismo cultural de toda la vida. Se entera uno, a través de Soberanistas de Izquierda, de que las tartanas vuelven a Las Palmas por aquello de los cruceros, pero como nada es perfecto, no serán aquellas tartanas de la niñez de uno, con tartaneros sin uniformes, vestidos con la ropa del trabajo, camisa abierta o guayabera, pantalón gris fino,… No, en las ensoñaciones neo-andaluzas del señorito Cardona eso sería demasiado canario. No pegaría con la Feria de Abril que nos quiere inyectar en vena hasta convertirla en la segunda fiesta de la ciudad. Los tartaneros canarios del siglo XXI han de vestir de andaluces, con trajecito cordobés y sombrerito de ala recta y todo, nada de cachorro. Todo muy andaluz, zí, zeñó… que debe ser algo así como una forma evolucionada de lo canario en el imaginario de los concejales de la derecha española que padecemos en Las Palmas. A este paso, lo próximo será poner a las funcionarias del Ayuntamiento de Las Palmas un clavel pintón tras la oreja y ya tenemos el “Bienvenido, Mr. Marshall” de este señorito venido a más, montado en una ciudad a la que se niega sistemáticamente su identidad como base para construir su propio futuro.