Uno puede entender e incluso llegar a respetar que en ciertos papeles los actores canarios claudiquen y hagan sus papeles bajo la norma castellana -no neutra-, y que renuncien por un tiempo a su acento de origen. Lo que ya cuesta entender un poco más es que en una entrevista informal el actor/actriz canario juegue a inventar una nueva modalidad lingüística en la que la norma castellana y la canaria se combinen de forma aleatoria, desordenada y hasta incómoda para el oyente. Las justificaciones siempre son autoflagelantes, como el caso de la actriz Mariam Hernández, quien afirma en la entrevista que a continuación les compartimos que «yo soy canaria, si no hubiera dado clases y no me hubiera preocupado de la dicción, hubiera sido difícil poder trabajar con el acento neutro castellano, como llamáis aquí. En mi tierra se enfadan muchísimo.» Lo curioso es que aún en películas canarias Mariam hace el sacrificio de usar el acento «neutro castellano», más en concreto en el film «Seis puntos sobre Emma». Siempre habrá excusas, y siempre sentirán que somos los demás los raros por hacer notar estos sinsentidos y no ellos.