
La Unión Africana (UA) aprobó el pasado 16 de febrero de 2025 la Declaración de la esclavitud , deportación y colonización como crímenes contra la humanidad y genocidio contra los pueblos de África. Dicha Declaración fue propuesta por los representantes de la República de Togo y recibió el apoyo de los 54 países miembros de la UA. Extraemos de su «Nota conceptual» los apartados de contexto y justificación además de los objetivos por su indudable interés. Que lacras como las que se denuncian en esta Declaración nunca más vuelvan a repetirse.
I. CONTEXTO Y JUSTIFICACION
- La historia moderna de los pueblos de África ha estado marcada por una serie de acontecimientos trágicos e inaceptables, entre los que cabe destacar la esclavitud, la deportación y la colonización. Durante casi cuatro siglos, desde el siglo XVI hasta mediados del XIX, más de 15 millones de africanos fueron arrancados de sus familias y deportados a América por las potencias colonizadoras, sobre todo imperialistas occidentales, que les esclavizaros. Por supuesto, hubo ventas de esclavos del África subsahariana en el «Mediterráneo de la Antigüedad» (1) y, a partir del siglo IX, la exportación a cierta escala de negros africanos esclavizados a la «costa mediterránea», «Oriente Medio y a ciertas regiones de Asia» (2), que son tan inaceptables como condenables. No obstante, la trata transatlántica de esclavos, que fue una adición a la esclavitud ya existente en el continente, sigue siendo específica por el gran número de africanos llevados del continente y por el profundo impacto que ha dejado en las sociedades africanas. En la historia del mundo, «el comercio de exportación de esclavos originarios de África, en particular la trata transatlántica, es un fenómeno único en varios aspectos. Su enorme escala, su extensión geográfica y su sistema económico […] son características que distinguen la trata de esclavos africanos de todas las demás formas de comercio de esclavos» (3).
- En todas sus formas, la esclavitud sirvió a los intereses de los Estados, bancos, empresas comerciales y compañías de seguros que la concibieron, planificaron, implementaron o contribuyeron a su desarrollo. Por el contrario, los cuatro siglos durante los cuales tuvo lugar la esclavitud fueron periodos de privación de libertad y deshumanización para los africanos esclavizados, momentos de duras penurias, de alejamiento de sus familias, de desarraigo, de negación de su dignidad, de reducción a la condición de instrumentos de producción al servicio de otros pueblos. Muchos de ellos emprendieron el viaje sin retorno a las Américas, con la consecuencia de privarlos para siempre de sus padres y de sus orígenes. Muchos afrodescendientes que viven en las Américas siguen luchando actualmente por formarse una idea precisa de sus orígenes africanos, aunque se reconozcan a sí mismos con raíces africanas. El malestar de nuestros hermanos y hermanas esclavizados fue profundo, pero el de sus descendientes no lo es menos hoy en cuanto a sus señas de identidad.
- La trata transatlántica, que había afectado de diversas maneras a la vida de los africanos deportados y sus descendientes después, terminó en el siglo XIX, dando paso a la colonización hacia finales del mismo siglo. Se trata simplemente del paso de un sistema de explotación a otro, sin que nada cambie en el fondo. La lógica seguía siendo la misma, la de la explotación, la depredación y la dominación. Bajo la esclavitud, los africanos deportados a las colonias europeas en el continente Americano eran obligados a trabajos forzados para apoyar la producción en las minas, en las plantaciones de caña de azúcar, el comercio y las economías europeas. Durante la colonización, el objetivo era explotar a los pueblos de África en su propio continente para el beneficio hegemónico y económico de las naciones europeas. Toda África, a excepción de unos pocos territorios, fue sometida a la dominación colonial.
- A pesar de la resistencia africana (4) a la conquista y ocupación coloniales, el imperialismo europeo se impuso brutalmente en el continente mediante crímenes y asesinatos en masa (5). Esta brutalidad continuó durante el periodo colonial y se manifestó en violaciones (6) de mujeres africanas, la violencia policial, las masacres y deportaciones (7) de resistentes, y la perpetración de actos de genocidio como los cometidos por las tropas alemanas o las fuerzas del Segundo Reich contra cerca del 80 % del pueblo herero y el 50 % del pueblo Nama en la actual Namibia entre 1904 y 1908, con 65.000 hereros y 10.000 Nama asesinados, así como los más de 10 millones de africanos que fueron ejecutados durante el dominio belga en el Congo (8). El África austral había sufrido las peores formas de dominación, como el apartheid en Sudáfrica y la confiscación de tierras comunitarias por colonos en Zimbabue y muchos otros países. La masacre de Thiaroye en 1944 en Senegal, la gran represión que asoló Madagascar en 1947, el asesinato de Um Nyobe en Camerún en 1958 y la violencia que lo precedió, así como la guerra de liberación de Argelia (1954-1962), ponen de manifiesto el carácter atroz y antihumanista de la ocupación colonial. Los ejemplos son numerosos y rivalizan en atrocidad. En efecto, la persistencia del pueblo argelino contra la ocupación francesa (1830-1962) fue reprimida sangrientamente por diversos métodos de represión como los «enfumages» (muerte por asfixia) y casi toda una tribu que había encontrado refugio en las cuevas del macizo de Dahra (unas 1000 víctimas), las matanzas del 8 de mayo de 1945 en Guelma, Setif y Khereta en el este de Argelia (45.000 víctimas), además de los bombardeos, las ejecuciones extrajudiciales y el uso masivo de la tortura por parte del ejército francés durante la revolución argelina desatada por el Frente de Liberación Nacional (FLN) el 1 de noviembre de 1954 y que llevó a la independencia el 5 de julio de 1962.
- Además de las diversas formas de crimen de las que fue culpable la colonización, prácticamente fueron todos los pueblos del continente a verse privados de sus propios derechos, a la autodeterminación política, social y cultural, así como a desarrollarse económicamente. África se ha visto sometida a una dominación política, económica, social y cultural teniendo de fondo la imposición de la «biblioteca colonial» (9) y la marginación de sus culturas y tradiciones de conocimiento.
- Frente a la gravedad de la esclavitud y la colonización, la Europa esclavista y colonial había encontrado justificaciones para calmar su conciencia, para encontrar excusas, para darse más o menos buenas razones para considerar que no tenía nada que reprocharse al ir a dominar a los demás pueblos del mundo. El racismo sirvió de marco ideológico para justificar y legitimar la esclavitud y la colonización, al igual que los deseos de poder y los pretextos humanitarios de las naciones imperiales. Europa afirmaba que sometía a los pueblos de África a la colonización con «fines civilizatorios», mientras que los pueblos colonizados sabían que era mentira, como dijo Aimé Césaire en Discours sur le colonialisme. La distancia entre colonización y civilización es infinita, porque no fue «ni una evangelización, ni empresa filantrópica, ni voluntad de hacer retroceder las fronteras de la ignorancia, de la enfermedad y de la tiranía, ni una extensión de Dios, ni una extensión del derecho, para admitir de una vez por todas, sin acobardarse por las consecuencias, que el gesto decisivo aquí es el del aventurero y el pirata, el gran tendero y el armador, el buscador de oro y el comerciante, el apetito y la fuerza, con la sombra maligna proyectada detrás de una forma de civilización que, en algún momento de su historia, se ve obligada, internamente, a extender la competencia de sus economías antagónicas a escala mundial».
- La resistencia de quienes fueron esclavizados en el ayer, las luchas libradas posteriormente por sus descendientes, los esfuerzos por deconstruir los argumentos destinados a legitimar y justificar la esclavitud, y el deseo de acabar de una vez por todas con la esclavitud en todo el mundo han llevado a una creciente toma de conciencia de la gravedad del fenómeno a nivel internacional. Además, la Declaración de Durban de 2001 de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, reconoció que «la esclavitud y la trata de esclavos, especialmente la trata transatlántica de esclavos, fueron tragedias atroces en la historia de la humanidad, y que la esclavitud y la trata de esclavos constituyen un crimen contra la humanidad». En la Resolución 61/19 de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas subrayó que «la trata de esclavos y la esclavitud son consideradas entre las violaciones de los derechos humanos más graves de la historia de la humanidad, especialmente por su escala y duración». Asimismo, la Asamblea General, mediante la Resolución 62/122 de 2007, estableció un Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos el 25 de marzo de 2008. En 2001, el Parlamento francés aprobó una ley que reconoce la trata de esclavos y la esclavitud «como crimen contra la humanidad».
- En cambio, no ha habido importantes esfuerzos internacionales para reconocer la colonización como un crimen inaceptable contra los pueblos. El intento de encontrar justificaciones para la colonización sigue siendo una realidad entre algunas potencias colonizadoras. No se reconocen los crímenes coloniales como tales por sus autores, que suelen cerrarse al debate sobre la reparación. Aunque la esclavitud ha sido reconocida como delito grave por las Naciones Unidas y varios estados del mundo, sigue siendo un delito impune y sin reparación. Los crímenes cometidos contra pueblos como el judío han sido reparados, mientras que el debate sobre la reparación por la colonización ha sido relegado a la esfera de lo no esencial por las antiguas potencias colonizadoras. Como señalaba la Declaración de Abuja sobre Reparaciones de abril de 1993, una conferencia auspiciada por la Unión Africana, «existe una deuda moral única y sin precedentes con los pueblos de África que aún no ha sido saldada: la deuda de compensación hacia los africanos como el pueblo más humillado y explotado de los últimos cuatro siglos de historia moderna».
- El deber de justicia y reparación hacia África se reiteró en la Conferencia de Accra sobre Reparaciones de noviembre de 2023. En su 37.a Sesión Ordinaria, la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la UA, celebrada los días 17 y 18 de febrero de 2024 en Addis Abeba, Etiopía, había decidido (10), a propuesta de la Conferencia de Accra sobre Reparaciones, el tema para el año 2025 «Justicia para los africanos y los afrodescendientes a través de las reparaciones». Sin duda la conciencia de la importancia de la cuestión de las reparaciones está bien arraigada en el continente.
- En este contexto, en el que África es consciente de la importancia de la cuestión de la reparación, pero también de la cuestión conexa de la restitución de sus bienes culturales, debe evitar dejarse dictar sobre los términos de la reparación y la restitución, de ahí la necesidad de que África recupere el liderazgo en la cuestión de la justicia histórica en relación con los crímenes que han sufrido sus pueblos. De efecto, la reparación del daño sufrido que hemos sufrido presupone una clasificación adecuada y correcta de los crímenes, para poder medir el alcance del impacto y determinar el nivel de reparación en función de los daños sufridos. Además, una clasificación clara e inequívoca de los crímenes de esclavitud, deportación y colonización por parte de los órganos decisorios del continente allanará el camino para la lucha por la reparación. Calificar estos crímenes sería para África una forma de expresarlos con palabras adecuadas y, a su vez, de deconstruir narrativas sesgadas que tienden a eufemizar su gravedad e inaceptabilidad. La aparición tardía de los conceptos de «crimen contra la humanidad» y «crimen de genocidio» en el derecho internacional del siglo XX no resta en absoluto gravedad a los crímenes de esclavitud, deportación y colonización, que claramente entran dentro de estas categorías. Históricamente, se trata de conceptos que se desarrollaron para designar categorías particulares de crímenes que les precedieron del mismo modo que la esclavitud, la deportación y la colonización.
- Por ello, Togo, a reserva de las decisiones anteriores de la Asamblea sobre la esclavitud, la deportación y la colonización, desea presentar a los órganos políticos de la UA, para su consideración y deliberación, un proyecto de decisión sobre la «Calificación de la esclavitud, la deportación y la colonización como crímenes contra la humanidad y genocidio contra los pueblos de África».
II. OBJETIVOS
- A través de su iniciativa sobre la «Calificación de la esclavitud, deportación y colonización como crímenes contra la humanidad y genocidio contra los pueblos de África», Togo desea fuertemente invitar a la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la UA a que adopte una decisión firme y de valor histórico que califique claramente la esclavitud, la deportación y la colonización como crímenes contra la humanidad y genocidio perpetrados contra los pueblos de África.
- Más concretamente, la adopción de la decisión sobre la «Clasificación de la esclavitud, la deportación y la colonización como crímenes contra la humanidad y genocidio contra los pueblos de África» por la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la UA permitirá a África:
- Poner en palabras precisas el sufrimiento de sus pueblos durante la esclavitud y la colonización;
- Promover una mejor comprensión entre las generaciones más jóvenes de los dolorosos periodos de la historia del continente;
- Empezar a curar las profundas cicatrices dejadas en las sociedades africanas;
- Enviar un fuerte mensaje a la comunidad internacional sobre su sed y expectativa de reconocimiento y reparación por las injusticias históricas sufridas por sus pueblos;
- Tomar la iniciativa en la cuestión de la reparación y la restitución para evitar ser dictados en los términos del debate;
- Deslegitimar las apreciaciones y evaluaciones tendenciosas sobre la esclavitud y el colonialismo;
- Tener y dotarse de un lenguaje preciso y adecuado en su lucha por la reparación y la restitución en la escena internacional.
NOTAS:
- Joseph E. Inikori, « L’Afrique dans l’histoire du monde : la traite des esclaves à partir de l’Afrique et l’émergence d’un ordre économique dans l’Atlantique », in Bethwell Allan Ogot (dir.), L’Afrique dans l’histoire du monde. Tome 5. V. L’Afrique du XVIe au XVIIIe siècle, Éditions UNESCO, 1999, p. 99.
- Idem
- Ibidem, p. 100.
- Honoré Kabongo Mbiye, Les résistances africaines à la conquête et à l’occupation coloniales de leur continent (XIXème-XXème siècles), Paris, La Découverte, 2020.
- Marc Ferro, Le livre noir du colonialisme : XVIe – XXIe siècle, de l’extermination à la repentance, Paris, Robert Laffont, 2003.
- Pascal Blanchard, Nicolas Bancel, Gilles Boëtsch, Christelle Taraud, Dominic Thomas (dir.), Sexe, Race & Colonies. La domination des corps du XVe siècle à nos jours, Paris, La Découverte, 2018.
- Papis Fall, Les déportés de la Sénégambie et du Soudan : entre résistances et répressions dans un espace colonial de 1840 à 1946, Thèse de doctorat, Sorbonne Université, 2023.
- Arthur Conan Doyle, Le Crime du Congo belge : Suivi par « Le Congo français » de Félicien Challaye, Les Nuits rouges, 2005. Voir aussi Marc Wiltz, Il pleut des mains sur le Congo : Contexte et témoignages sur la période coloniale, Magellan & Cie Éditions, 2015.
- Valentin-Yves Mudimbe, L’invention de l’Afrique. Gnose, philosophie et ordre de la connaissance, Paris, Présence Africaine Éditions, 2021.
- Decisión Assembly/AU/Dec.884(XXXVII).