Reproducimos a continuación este manifiesto, realizado desde centros de Secundaria de nuestro archipiélago. En el ámbito educativo se dejan sentir con fuerza muchas de las tensiones que los ataques contra la igualdad se vienen sucediendo desde numerosos frentes. Definitivamente, es la hora de convertir a la educación en un contrafuerte que salvaguarde los derechos de las mujeres, la igualdad y la democracia.
Te parecerá mentira pero no vivimos en un mundo del todo igualitario.
Por ejemplo, la diferencia salarial entre hombres y mujeres sigue existiendo. ¡Quién lo diría! Y en algunos países la situación es mucho peor, pues las mujeres en ellos ni siquiera pueden ser propietarias de la tierra que cultivan y su dependencia económica hacia padres o maridos es total. En concreto, 153 países tienen leyes que discriminan económicamente a las mujeres. Y en 18 de estos países, los maridos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen. Una auténtica injusticia, ¿verdad?
Cada año más de 12 millones de niñas son casadas a la fuerza. Esto unido al dato de que más de 200 millones de mujeres menores de 15 años sufren mutilación genital podemos asegurar que los derechos de las niñas en el mundo están en serio peligro.
También es un dato alarmante saber que en el mundo una de cada tres mujeres a lo largo de su vida va a sufrir algún episodio de violencia sexual. Tan alarmante como que en el Estado español se denuncia una violación cada dos horas, sabiendo que las denuncias no alcanzan ni el 30% de las agresiones sexuales sufridas. En Canarias no para de crecer el número de agresiones a adolescentes por sus propias parejas. ¡Escalofriante!
Las mujeres se siguen haciendo cargo de millones de horas de cuidado de las personas dependientes y cuidado doméstico no remunerado en todo el mundo. En el caso de nuestro país, sabemos que el 30% de los hogares están sustentados solo por mujeres. Lo sabemos por nuestras propias experiencias ¿no es cierto? Este desequilibrio en el reparto de las tareas hay que relacionarlo con que solo el 25% de las direcciones de empresas y el 24% de los escaños en los parlamentos a nivel mundial son ocupados por mujeres. Una auténtica desproporción.
Si hablamos de educación hay que saber que dos tercios de las personas analfabetas en el mundo son mujeres. En el mundo de las ciencias observamos que las mujeres están infrarrepresentadas no llegando ni al 25% en las ingenierías. Este porcentaje se confirma en Canarias a pesar de ser mayoría las chicas en nuestras universidades. Y los libros de texto siguen sin presentar por igual modelos masculinos y femeninos con los que inspirarnos en cada una de las materias.
En muchos países se restringe a las mujeres el derecho a disponer de su propio cuerpo y su vida corre peligro por abortar ilegalmente. Las mujeres en todo el mundo son sobre todo las principales víctimas de trata y del sistema prostitucional. El cuerpo de las mujeres sigue siendo usado como reclamo de venta en la publicidad y en los medios de comunicación y difusión. Es decir, se cosifica su cuerpo con lo cual se ejerce una violencia simbólica sobre sus vidas.
Te parecerá mentira, pero todo esto y mucho más sucede y afecta la vida de millones de mujeres que no pueden disfrutar de derechos básicos por el hecho de ser mujeres.
También te parecerá mentira que alguien niegue estas situaciones y que crea que ya hemos conseguido una igualdad real de oportunidades. Y que haya quien utiliza muchos medios a través de nuestros dispositivos móviles para difundir estas falsas ideas en forma de bulos y además ofender a quien reclama que la sociedad avance. ¿No es absurdo? ¿No deberíamos tomarnos más en serio acabar también con esta injusticia? ¿No es el momento de que hombres y mujeres, chicos y chicas, tengamos suficiente formación sobre este asunto y podamos conjuntamente caminar hacia una sociedad distinta en la que todas las personas tengamos los mismos derechos? ¿A quién le puede molestar avanzar?
Este 8 de marzo decimos que es la hora de darnos cuenta de todo lo que nos queda por cambiar, es la hora de soluciones a la desigualdad, es la hora de actuar por la igualdad. ¡Es la hora!