El presente decálogo aparece publicado en la Revista El Bucio nº4, Ediciones Tamaimos, 2024.
En todo lo concerniente al dialecto canario, elemento primordial de nuestro patrimonio cultural y fundamento de nuestra identidad individual y colectiva, la Fundación Tamaimos adopta la siguiente postura:
- El canario —o dialecto canario—, con todas sus características y pluralidad, constituye la forma de expresión propia del pueblo canario, base de su identidad colectiva y su patrimonio cultural.
- Dentro del conjunto de dialectos que conforman el idioma español, el canario cuenta con la misma validez expresiva y creadora que asiste a todos los demás, incluido el castellano, con el que debiera encontrarse en pie de absoluta igualdad cualquiera que sea su uso.
- Cuestionamos decididamente la aceptación acrítica del concepto de estándar lingüístico. Promovemos en su lugar la noción de pluricentrismo lingüístico.
- Denunciamos la promoción en medios, academia e instituciones educativas de un estándar lingüístico supuestamente panhispánico, pero manifiestamente castellanocéntrico, un presunto modelo de lengua neutro contradictorio con la noción misma de estándar y con el más mínimo rigor lingüístico. Se promueve así una jerarquía estigmatizadora de dialectos como el canario, entre otros. Estamos pues ante un proyecto ideológico centralista, que rechazamos rotundamente.
- Todo acercamiento serio a la realidad de la lengua ha de partir de los condicionantes sociohistóricos —incluida la experiencia colonial en el caso canario—, y debe considerar las relaciones y estructuras de poder; unos y otras se reflejan nítidamente en las actitudes y usos lingüísticos.
- Los discursos científicos y lingüísticos han de ser objeto de una lectura crítica en todo momento, puesto que no son inmunes a los discursos del poder, ni están exentos por tanto de planteamientos prejuiciosos e ideas preconcebidas.
- Negamos toda capacidad prescriptiva de órganos como el Instituto Cervantes o la RAE, entre otros, que aun proclamando el carácter descriptivo de sus trabajos, siguen presentándose tácitamente como custodios y garantes de la corrección y prestigio del español. Hacen así de correa de transmisión del proyecto ideológico centralista que es la promoción del estándar castellanocéntrico.
- Rechazamos la discriminación por motivos lingüísticos —glotofobia o lingüicismo— que sufrimos frecuentemente los hablantes de dialectos distintos del castellano, y deploramos la tibieza con que las instituciones canarias, principalmente académicas y políticas, denuncian esta exclusión.
- Promovemos un conocimiento reparador y asertivo del pluralismo lingüístico en general y de los valores de nuestro dialecto en particular, con el objeto de combatir el desconocimiento y la inseguridad lingüística de los hablantes del español de Canarias, contribuir a dignificar nuestra forma de expresión propia, y alentar, en definitiva, a que superemos inhibiciones sin sentido para desarrollar todo el potencial de nuestro más preciado patrimonio en todos sus ámbitos: identitario, social, cultural e incluso económico.
- Reconocemos a la Academia Canaria de la Lengua (ACL) como la única institución legítima para velar por nuestro patrimonio lingüístico y rechazamos su ninguneo por la Real Academia Española de la Lengua (RAE). Defendemos la existencia de la ACL como un logro de nuestro autogobierno, al tiempo que deseamos que desempeñe un papel más proactivo en la defensa de nuestro dialecto, rechazando la falsa dicotomía entre prescripción y descripción.