La sucesión de los últimos días de campaña de estas elecciones europeas es desoladora, pues parece que las fuerzas «nacionalistas» y «canaristas» disolvieron sus siglas, propuestas y candidaturas como un fisco de sal en un vaso de agua. Me encantaría creer en el proyecto de CCa o NC-BC en estas elecciones (o en cualquier convocatoria electoral, vaya), pero ambas fuerzas encarnan la mayor de las desilusiones.
El acento, perdido entre tantos matices
Las coaliciones electorales en las que los partidos de ámbito canario se integraron tienen muy claras que sus prioridades son otras, pues el PNV buscará conseguir su escaño y poco cederá a demandas de Coalición Canaria. Sumar hará lo consiguiente con la desmejorada Nueva Canarias -BC y Drago y Ahora Canarias ni están ni se les espera en este debate. No puedo dejar de calificar esta consecución de decisiones como un desastre catastrófico para el canarismo, pues que la Región Ultraperiférica más poblada de la Unión sea incapaz de coordinar sus fuerzas políticas para conseguir una posición unificada en el Parlamento Europeo es una derrota por incomparecencia, que da alas al manejo y desmanejo de la realidad de Canarias y de todas las RUP por parte de los Estados miembros y de los diferentes pueblos europeos.
Poca enjundia queda ya que desguazar entre los restos de unas propuestas que ni sus propios proponentes se dignan en creer. ¿Será la Coalición Canaria del voto negativo a la ecotasa quien traiga la Ley de Residencia? ¿Será la Nueva Canarias del Pacto de las Flores quien lleve adelante a las selecciones nacionales canarias adelante? Hágannos el favor de no tomarnos por toletes, por favor.
Ana Miranda (BNG), la voz gallega en Europa
En cambio, la campaña en Galiza parece mucho más vibrante, aunque las comparaciones sean odiosas. Es el BNG quien vertebra unas acciones y propuestas, en clave completamente gallega, que responden a las necesidades y problemáticas de su nación, con la autoridad de estar presente en las causas sociales y llevar a los foros de debate europeo el trabajo de los colectivos sociales gallegos. Incluso Anova, partido galleguista que se escindió en su día del Bloque y que conformó parte de las Mareas junto al espacio de la izquierda española, apoya los esfuerzos del frente nacionalista en Europa.
Es mediante su presencia en Europa que el BNG visibiliza desde cuestiones puramente nacionales como su pesca y la instalación de macroproyectos industriales como la celulosa de Altri a cuestiones internacionalistas como la defensa del pueblo palestino. Utilizando un escaparate limitado por la intervención del Partido Popular en los medios públicos gallegos, Ana Miranda consigue establecerse como una referencia de la presencia galaica en Europa. Esto, no seamos ingenuos, se retroalimenta y genera un círculo virtuoso en el que «Madame Galice», como reclama ser llamada la eurodiputada en Europa, consigue una presencia mucho más notable en la palestra política.
Por ello, se prevee que el BNG consiga un escaño a tiempo completo en la eurocámara, cosa que no sucedía desde 1999 con Camilo Nogueira. Mientras la voz gallega en Europa se ve recompensada por su trabajo, por Canarias no hay valor ni disposición para conseguir una voz unificada. ¿Quién será la voz canaria? ¿El PNV? ¿Sumar? Si nuestra gente no está en ese Parlamento, no estaremos representados.
Merecemos una respuesta a la altura
Ahora la duda que surge es cómo actuar. Las respuestas son complejas e implican purificar viejos vicios de la política canaria, a los que no todos los actores están dispuestos a renunciar. ¿Será la clase política de ámbito canario lo suficientemente inteligente como para aprovechar la respuesta generada tras el 20 de abril? ¿Serán capaces de aprovechar ese impulso popular sin apropiarse de él o buscarán controlar todos sus elementos para que no amenacen o condicionen sus intereses personales?
En estos meses, con un proyecto organizado por la Fundación Canaria Tamaimos, pude visitar diversos centros educativos de Educación Secundaria en la isla de Gran Canaria. En dichas intervenciones, debatiendo y hablando sobre lo canario, pude confirmar que la juventud de nuestro país está deseosa de conocer sobre sus orígenes y debatir sobre las esencias (o su ausencia) en las canariedades. En definitiva, agradecen que llevemos estas cuestiones a sus foros, a sus espacios, en los que poder hablar sin expresiones grandilocuentes ni referencias exclusivamente académicas. Hablar de sus experiencias, hablar de sus intereses y dar alas a esa ansia por conocer lo propio. Seamos conscientes de nuestra posición, de nuestras debilidades y de nuestras fortalezas. Construyamos una voz canaria, en Europa, en Madrid, en nuestros centros educativos, en asociaciones, en clubes deportivos, en todo cuanto lugar sea necesario. Porque nos debemos a intereses mayores que nuestro propio provecho. Porque nuestro pueblo lo merece.