» Ahaztuko badira kantuak / arbasoen kontakizunak / Aralarko dama eroriko bada / Nafar lurretan izango da.
Si caen en el olvido los cantos, / las historias de los ancestros… / Si cae la dama deAralar / será en tierras Navarras.»
Aralarko Dama, ZETAK
Se escriben estas letras a pocas horas de la final del Benidorm Fest, tras la publicación de «LA ÚLTIMA» de Quevedo y con el reciente descubrimiento que es ZETAK, junto a Fillas de Cassandra, de fondo. Acompáñenme a explorar estas coordenadas que triangulan la posición de este texto.
En primer lugar, nos situamos casi en la final del «festival que quieres», en el que RTVE pone toda la carne en el asador y trata de movilizar toda la industria musical española para lucirse y sacar adelante la candidatura del ente público (y por lo tanto, del Reino de España) para el Festival de la Canción de Eurovisión. En esta edición participaron dos canarios, tinerfeños para más señas: Dellacruz, con «Beso en la mañana», no pasó de la semifinal, mientras que st. Pedro, con un bolero titulado «Dos extraños (Cuarteto de cuerda)», se sitúa como uno de los favoritos para llevarse el micrófono de bronce, el premio, a Tejina.
No deja de impresionar este esfuerzo, que siempre incorpora algo de la «diversidad» del Reino de España, con voluntad de transformar lo que es un evento que bien podría ser un dedazo interno en un espectáculo en el que celebrar unos supuestos valores comunes y en el que se proyecta cierta imagen pensada desde los cuarteles generales de Televisión Española en Madrid para sustentar una narrativa de unidad nacional, que no acaba de ser tal.
En segundo lugar, nos encontramos la promesa cumplida de Quevedo: «2023 coronar, 2024 desaparecer» cantaba en su álbum «DONDE QUIERO ESTAR» y así fue. El 1 de febrero de 2024, presentaba la que sería su última canción en, por lo menos, un tiempo. Es meritorio de reflexión el viaje que realiza en esa canción por los distintos estadios de su carrera musical y cómo habla de sus inicios: «Cuando empecé en LPGC era imposible que la música te diera de comer». ¿Somos el público canario un público agradecido? ¿Con qué fuerza cultural de renovación contamos?
Cerrando la triangulación, llega un canto desde Nafarroa en euskera, catalán y gallego nos recuerda que hay posibilidades de crear proyectos potentes y reivindicativos de la tradición propia y ajena. El álbum «AAZTIYEN» de ZETAK es una pieza brillante que bien gestionada, cosa que parece muy probable, hará mucho bien por la cultura vasca en Nafarroa. No podemos comparar la cuestión lingüística, pues la lengua propia vehicula, valga la redundancia, una inercia propia. Sin embargo, es necesario repensar qué historias se están contando desde Canarias, quién las está contando y en qué formato.
Si en Catalunya está The Tyets con una sardana actualizada y casi que podríamos decir que un mercado cultural propio, si en Euskal Herria tenemos a ZETAK cantando con base en la mitología vasca, si en Galiza tenemos a Tanxugueiras, a Fillas de Cassandra o a Mondra. ¿Qué estamos dejándonos atrás?
Y no es por falta de proyectos apasionantes ni de talento: Ahí, en redes sociales y fuera de ellas, tenemos a un larguísimo listado de personas y productos culturales que merecen nuestra atención y nuestro empeño. Si la gente de las artes en Canarias no encuentra respuesta dentro del país, se tendrá que buscar las castañas fuera o abandonar un arte que nuestra sociedad necesita como agua de mayo.
Por ello, quiero hacer con ustedes un pacto. Aunque no sean nuestros géneros preferidos, aunque no sean los contenidos que ansiamos, promocionemos en nuestros círculos los productos culturales de la canariedad. Demostremos que somos un público comprometido con nuestros artistas y, en la medida de nuestras posibilidades, demos alas a la creación cultural desde el pueblo canario para el pueblo canario.
Así y con este pacto de caballeros, damas y majestades (un saludo para mi gentita no binaria), podremos sacar pecho de los grandes nombres que consigan abrir caminos por el mundo, pues sabremos que estuvimos ahí desde el principio y que detrás vendrán los relevos que cuenten nuestras historias, esas historias de un país perdido en sí mismo.