“La maledicencia narcisista, como rasgo que es de la condición humana, se convirtió poco a poco en una entretenida epidemia que corrompió a muchos adultos, incluso a aquellos que de jóvenes habían estado comprometidos con el progreso de los pueblos”
(J. Lapv, Escritos, inédito, 1926)
Me piden que abra un paréntesis en esta serie de escritos poli(é)ticos para que acoja la intervención preparada por Pablo Utray para el reciente y merecido homenaje que se tributó al escritor, periodista y poeta Julián Ayala. El texto fue antes debatido por el Clan del Don y luego resumido oralmente por Pablo Ródenas en el acto del homenaje. Lo transcribo tal como me lo envía Utray.
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Quiero tomar la palabra para dirigirme en primer lugar a nuestro amigo Julián y luego al resto de amigas y amigos que le acompañamos.
Julián: creo que lo que expresa nuestra voluntad de homenajearte se puede sintetizar, desde mi punto de vista, en sólo dos palabras: te queremos y te admiramos. Primero, más que nadie, tu compañera Montse, tu hija Agatha y tu nieto Alejandro. Y luego los que estamos aquí, y también los que por un motivo u otro no han podido venir, que no son pocos.
Te queremos y te admiramos por tu talante y por tu trayectoria. Un talante y trayectoria que si he de adjetivarla la calificaría como ejemplar —digo ejemplar, que no perfecta, porque la perfección no es de este mundo ni de ningún otro; es tan sólo un atributo metafísico para apuntalar dogmas frente al pensamiento crítico. En cambio, la ejemplaridad es uno de los modos más libres y efectivos de la política emancipadora(1).
Nuestro afecto es por el buen ejemplo que nos ha dado tu talante y tu trayectoria humana presididos durante más de medio siglo por valores virtuosos que ya fueron cultivados en la Antigüedad clásica y en la Modernidad temprana: la amistad y el respeto, la tolerancia y la solidaridad, la libertad y la igualdad, el compromiso y la justicia. Y con ellos, la bonhomía y el humor irónico —cuando no gamberro— que te caracterizan y que siempre nos dejaron ver el niño poeta y respondón que llevas dentro. Gracias por la lección y el legado de tu ejemplo, Julián.
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Amigos y amigas: quisiera ahora dirigirme a ustedes para complementar las cosas que ya se han dicho poniendo en valor dos experiencias que tuve la suerte de compartir hace años con Julián y con muchos otros compañeros y compañeras. Sea dicho todo ello sin recurrir a superioridades morales ni a tonos épicos que entre nosotros no proceden.
Ambas experiencias se extendieron, una tras otra, durante casi tres décadas. De alguna manera, Julián auspició la primera e hizo suya la segunda, como el joven senior que otorga confianza con su sola presencia y el senior maduro que se entrega con gran pasión a la escritura y la promoción del pensar sin muletas ni dogmas. Me refiero a la fundación de un partido político canario de izquierda revolucionaria y a la creación de una revista canaria de intervención político-cultural.
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Aquel partido se fundó a finales de 1975 en una difícil y abierta encrucijada histórica, para actuar exclusivamente en el ámbito canario afrontando las necesidades y retos de la sociedad de las Islas desde la perspectiva del pueblo trabajador(2). Entre los fundadores, además de Julián y Montse, quisiera recordar también a Paco Tovar, que no ha podido venir, y a Domingo Domínguez y Fernando Estévez, que ya no están con nosotros. Por primera vez en nuestra historia reciente se había abierto, a mi juicio, una oportunidad política para pensar Canarias de forma audaz e innovadora, entendiendo nuestra sociedad como una nacionalidad diferenciada que debía exigir, y a la que había que reconocer, su derecho democrático a determinar libremente su futuro.
En aquellos momentos decisivos de máxima tensión y entusiasmo político, quisimos romper con el pactismo que las fuerzas provenientes del franquismo trataban de imponer. Eran años en los que se estaba maquillando a la desfalleciente dictadura mediante una operación de reforma lampedusiana que acabase con el régimen franquista a cambio de que se mantuviese a los viejos y nuevos detentadores oligárquicos del poder(3). Julián Ayala colaboró activamente en aquella empresa de ruptura democrática durante los primeros años, en línea con lo que venía haciendo desde la década anterior, como se ha dicho en la presentación, y luego nos acompañó amistosamente continuando con su compromiso social y político en diferentes frentes.
Como es sabido, la lucha por el tránsito hacia una democracia plena, tanto en la cuestión social como en la territorial, no se pudo ganar como deseábamos. Aquel partido así lo reconoció, autodisolviéndose en 1993, dieciocho años después de su creación, no sin antes dar lugar de forma indirecta a nuevas organizaciones políticas de rasgos diferentes a los de la forma-partido(4). Por entonces ya las limitaciones y la regresión del nuevo régimen del 78 empezaban a evidenciarse, lo que ahora, tres décadas después, constatamos a diario.
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La segunda experiencia que compartimos se extendió durante quince años, desde 1992 hasta 2006. En aquel entonces hacía tiempo del cierre en falso de la Transición, con varios intentos fallidos de golpes de estado protagonizados por facciones militaristas (de los que hoy se recuerda sobre todo el del 23 de febrero de 1981). El “desencanto” y el “pasotismo” cultural e ideológico se habían adueñado de las esferas públicas y privadas por doquier. El entusiasmo por el progresismo había desaparecido. En aquel contexto nuestra iniciativa consistió en abrir una lucha a contracorriente en el plano político-cultural, creando, elaborando y distribuyendo una “revista canaria de análisis y opinión”, de tirada cuatrimestral y de diseño innovador, a la que llamamos Disenso.
Era una revista de pensamiento crítico, de contenidos progresistas de izquierdas, abiertos y plurales, independiente de cualquier empresa política, económica o institucional y sin ánimo de lucro, pero que trataba de continuar nuestro proyecto democrático emancipador del 75. Arrancó bajo el impulso de Enrique Bethencourt, Tony R. Murphy, José Juan Gavira y el que les habla, junto a Julián Ayala y la participación de algunos otros compañeros y compañeras de varias Islas. En Disenso colaboró una extensa nómina de articulistas, algunos de ellos y ellas con gran reconocimiento en las letras, la filosofía y las ciencias sociales(5).
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En resumen, aquella experiencias fueron un esfuerzo ético-político que había que hacer. Así lo pensábamos entonces (y así seguimos pensándolo en la actualidad algunos compañeros y compañeras). Por esas experiencias compartidas, por el resto de sus compromisos, por nuestro afecto y amistad, debo concluir diciendo que si hoy hubiese un nuevo Plutarco dispuesto a escribir unas nuevas Vidas paralelas estoy seguro de que incluiría Julián Ayala Armas. Por la ejemplaridad de su talante y de su trayectoria vital, siempre comprometida con aquellos valores que sobresalen en las personas dignas.
La Laguna, a 27 de enero de 2024
Notas:
(1) A partir de las Conferencias sobre la filosofía política de Kant, libro de Hannah Arendt publicado en 1982, se empezó a considerar que la racionalidad política se basa tanto en los “juicios reflexionantes”, particulares, como en los “juicios determinantes”, universales, distinguidos por Kant, de modo que la validez normativa de la ejemplaridad política cobró un protagonismo mayor del sospechado hasta entonces. Esta es la razón por la que hay que subrayar ante todo el talante y la trayectoria de Julián Ayala en sus grandes rasgos.
(2) En el PUCC (Partido de Unificación Comunista Canario), que luego añadió a sus siglas las del MIRAC (Movimiento de Izquierda Revolucionaria del Archipiélago Canario), aspiramos a tres objetivos: uno, reconocer y visibilizar los principales problemas sociales de la población canaria, sin exagerarlos ni embellecerlos; dos, elaborar y proponer de forma pública un proyecto político alternativo para construir una sociedad democrática soberana, menos desigual y menos dependiente, en la perspectiva de avanzar hacia el socialismo; y tres, luchar por esa alternativa de corto y largo plazo siempre con un estilo de trabajo no sectario, pluralista y democrático.
(3) La llamada Transición (de la dictadura a la democracia) fue una durísima pugna hegemonizada hasta el final por las fuerzas liberal-conservadoras surgidas del propio régimen franquista, junto a la mayoría de las fuerzas social-liberales de la oposición, que aceptaron —a base de una de cal y otra de arena— un pacto de élites para construir un régimen formalmente democrático-constitucional, pero que materialmente se acercaba a una híbrida “democradura”. El paso del tiempo y la regresión del régimen del 78 lo han ido desvelando cada vez más, desde el papel conservador de la monarquía hasta las restricciones a las autonomías.
(4) En esa evolución política hay que enumerar los siguientes pasos: antes del 93, el PUCC participó desde 1979 a 1987 en la coalición electoral UPC (Unión del Pueblo Canario). Luego, en 1990-91, el PUCC-MIRAC y la LCR canaria (Liga Comunista Revolucionaria) se unificaron, manteniendo el nuevo partido su independencia organizativa. Justo en 1993, tratando de adaptarse a las nuevas exigencias políticas, el MIRAC-LCR decidió autodisolverse en UNI (Unión de Nacionalistas de Izquierdas), organización frentista que de inmediato, como había programado, pasó a reconstituirse como una asociación política no electoral bajo la denominación de Canarias Alternativa (CA). Esta asociación decayó unos años después en Tenerife, pero continuó su trabajo socio-político hasta finales de 2007 en Gran Canaria, estableciendo fuertes lazos con otras asociaciones de perfiles parecidos que existían en algunas de las comunidades del estado español. En 2008, CA se transformó e integró en la ONG de estructura federal Acción en Red, con plena autonomía en Canarias. Por otra parte, en 2009, en Tenerife, antiguos miembros de distintos partidos de izquierdas (entre ellos algunos del PUCC-MIRAC y de CA), fundaron el movimiento político Sí se puede (SSP). A partir del 15-M de 2011, como se sabe, se abrió un nuevo ciclo político que desde 2014 fue protagonizado y modificado principalmente por el nuevo partido Podemos y por Izquierda Unida, centrados en lo electoral-institucional.
(5) En 2013 la ULPGC digitalizó la colección casi completa, recordando que Disenso contó, entre otros muchos colaboradores, con las firmas de José Luis L. Aranguren, Javier Muguerza, Agnes Heller, José Manuel Naredo, Eduardo Galeano, Jorge Riechmann, Alfredo Bryce Echenique, Dolores Campos Herrero, Celia Amorós, Ángel Sánchez o Fernando Sagaseta. Y añadía en su presentación que los números aparecidos, con temática monográfica, estuvieron dedicados a la vejez, el feminismo, el cine, la autocracia, el nacionalismo, el arte, la comunicación, el trabajo, las ciencias sociales o el ecologismo, entre otros.