Este artículo del filósofo Juan José Vélez Peña apareció publicado originalmente el pasado 5 de enero en la revista puertorriqueña 80 grados.
El 5 de noviembre de 2023 falleció el filósofo y teólogo argentino Enrique D. Dussel, indudablemente, uno de los más reconocidos del siglo XX y comienzos del XXI. Fue cofundador de la filosofía de la liberación nuestroamericana y figura central entre los llamados pensadores decoloniales. Su obra, desarrollada en numerosos libros y artículos,1 comprende tratados teológicos, políticos y filosóficos. Esta última disciplina, en la que se ocupó de áreas tales como la ética, la filosofía política, la estética y la ontología, se caracteriza por su compromiso por la lucha política solidaria con los más desfavorecidos. Parte esencial de su obra la realizó a través de productivos diálogos llevados a cabo con filósofos tales como Karl-Otto Apel, Gianni Vattimo, Jürgen Habermas y Richard Rorty. Asimismo “dialogó” en sus escritos con las perspectivas filosóficas elaboradas por Hegel, Marx, Heidegger y – de forma muy especial – con las profundas meditaciones sobre el “rostro” del otro, la ética de la alteridad, desarrolladas por Emmanuel Lévinas.
Como crítico de nuestra realidad histórica, frente a la modernidad, propone la transmodernidad.2Su análisis pasa por una fuerte y desmontante crítica al helenocentrismo, al occidentalismo y al eurocentrismo. A continuación presentaré, a paso rápido, este último perfil de su crítico quehacer.
- Anotaciones preliminares
El etnocentrismo es un fenómeno observable en todas las culturas. Debo precisar que no me refiero a la mera sobrevaloración del propio pueblo en comparación con otros, sino a un fenómeno intracultural. En la medida en que las culturas hacen del cultivo de sus propias tradiciones y costumbres étnicas su tarea central y, por tanto, las sitúan en el centro de su quehacer, se puede hablar de la cultura como fenómeno etnocéntrico. No obstante, ¿qué distingue al eurocentrismo de otros tipos de etnocentrismo? ¿Por qué el etnocentrismo europeo se convirtió en un problema político y filosófico de tal envergadura en la era moderna? ¿Comenzó a ser problemática esta construcción cuando el etnocentrismo europeo desplazó a todos los demás, negándoles su derecho a existir, al situar a Europa en la cúspide de una escala jerárquica y empezar a imponer, por todos los medios, su propio modelo de desarrollo a los demás como único legítimo? Estas son preguntas que pueden servir de punto de partida para encausar una meditación nuestroamericana sobre el eurocentrismo. Sentipensaré esta problemática a partir de la posición desarrollada por Enrique Dussel.
- El etnocentrismo europeo moderno
De octubre a diciembre de 1992 Enrique D. Dussel pronunció en la Universidad Johann Wolfgang Goethe, en Frankfurt, una serie de conferencias tituladas: Von der Erfindung Amerikas zur Entdeckung des Anderen. Ein Projekt der Transmoderne (De la invención de América al descubrimiento del otro: Un proyecto de la transmodernidad).3Allí problematizó el concepto “eurocentrismo” en el contexto de su argumentación fundamentante de su principal tesis, según la cual los europeos no descubrieron realmente América, sino más bien la inventaron. Al hacerlo ocultaron su alteridad, su otredad y peculiaridad, pues, sólo tenían en mente sus propios intereses. De esa manera sólo veían al Otro y a los Otros como un espejo de sí mismos. (cf. Dussel, 1993) Esbozaré brevemente el horizonte de comprensión que acuña el texto de Dussel y la contundente crítica al eurocentrismo allí contenida.
Según nuestro autor, el ascenso de Europa a potencia mundial no se debe a la superioridad intelectual, es decir, a la realización sin trabas de la razón universal. Dussel muestra cómo esta idea se basa en un teorema del desarrollo que define fundamentalmente los procesos históricos como una supuesta progresión hacia formas de razón cada vez más puras. Esta progresión, se argumenta a menudo en discursos modernos, debe entenderse como un proceso natural al que los seres humanos no deben oponerse. La modernidad aparece en estos discursos como la culminación del proceso.
Según Dussel, esta visión teleológica de la historia da lugar a una “falacia ideológica desarrollista”. La misma proviene de una Europa, convertida en centro de la historia mundial, que considera necesario dictarle a los países periféricos cómo deben configurar su futuro. Se trata de una postura que afirma que «el >desarrollo< de Europa también debe ser seguido unilateralmente por todas las demás culturas». (cf. Dussel, 1993, p. 17, nota al calce 15) Para Dussel, la falacia ideológica desarrollista derivada del eurocentrismo no es un mero componente acompañante, sino la otra cara de una misma moneda. (cf. Dussel, 1993, pp. 16 y 17, nota al calce 13) Y los considera a ambos filosófica e históricamente insostenibles.
Según Dussel, el camino que condujo a la modernidad no puede explicarse legítimamente – como Kant cree haberlo hecho – aludiendo a una supuesta madurez espiritual alcanzada por el hombre blanco europeo cristiano. Según nuestro analista, es un delirio eurocéntrico creer que este proceso puede explicarse sin incluir a la periferia. Pues, el surgimiento de la modernidad es inseparable de los procesos desencadenados por el supuesto descubrimiento, real conquista y violento sometimiento de Abya Yala al poder imperial europeo. Estos acontecimientos -naturalmente en conjunción con otros, tales como el Renacimiento y la Reforma- posibilitaron la transformación de Europa a centro de una «incipiente historia mundial». (cf. Dussel, 1993, pp. 16 – 17 y 193 – 194)
Mediante el análisis crítico de pasajes escritos por Immanuel Kant y Friedrich Wilhelm Hegel, figuras cimeras del canon filosófico, Dussel ilustra la visión eurocéntrica de la historia prevaleciente en la filosofía occidental moderna. Nos muestra textos, pertenecientes a las obras de ambos pensadores, en los que la historia de Europa se interpreta como un movimiento o proceso intencionado hacia la Ilustración. En relación a la obra hegeliana Dussel analiza críticamente pasajes concretos en los que Europa es elevada a centro o cúspide de la historia mundial. Y esto, nos muestra Dussel, es allí realizado asumiendo una actitud de absoluta soberbia; claramente reflejando un insuperable convencimiento de una supuesta superioridad propia frente a la alteridad; a través de una serie de exclusiones y metáforas espaciales articuladas en torno a la noción raza. En estos discursos, Asia, África y América aparecen sólo marginalmente; y sus pueblos caracterizados como inmaduros, inconformistas, fácilmente fanatizables y destructivos. (cf. Dussel, 1993, p. 20 – 21) Regiones que alegadamente no muestran desarrollo alguno y, por tanto, no disponen de historia. (cf. Dussel, 1993, p. 21)
Reproducimos aquí una cita, realizada por Dussel, de Hegel sobre África, paradigmática para su interpretación de los demás continentes:
«La naturaleza de los africanos es tal que son muy susceptibles de ser fanatizados. El reino del espíritu allí es tan pobre y, sin embargo, el propio espíritu es tan intenso que una sola concepción que los incluya basta para impulsarlos a no respetar nada y a destruirlo todo (…). África (…) en realidad no tiene historia. Por eso dejamos aquí a África, para no volver a mencionarla más adelante. Porque no es una parte histórica del mundo; no tiene movimiento ni desarrollo que mostrar (…). Lo que en realidad entendemos por África es aquello que no tiene historia y que no está encerrado, que está todavía completamente atrapado en un espíritu natural, y que simplemente tenía que ser presentado aquí en el umbral de la historia del mundo». (Hegel, 1955, pp. 218, 231 – 234, citado por Dussel, 1993, pp. 20 – 21)
Para Hegel, Europa es el principio y fin de la historia. No obstante, habría que precisar que, según Dussel, el eurocentrismo de Hegel le lleva a hacer otra exclusión. Pues, para el alemán, llama la atención Dussel, no toda Europa constituye su corazón. El sur europeo “no tiene una esencia intrínsecamente característica” de este. (cf.Dussel, 1993, p. 22) Sólo la parte noroccidental del continente lo constituye. Alemania, Francia, Dinamarca y Escandinavia son concebidos por Hegel como el corazón de Europa. (cf. Hegel, 1955, p. 240, citado por Dussel, 1993, p. 22)
Dussel también enfatiza que Hegel está convencido de que la Europa cristiana moderna supuestamente no tiene nada que aprender de otras culturas. (cf. Dussel, 1993, pp. 22 – 23) Pues, según su lógica de pensamiento, Europa contiene un principio rector – la idea – que en sí mismo se realiza:
“El principio se ha cumplido, y con él ha llegado el fin de los días en su plenitud: la idea ya no puede ver nada insatisfecho en el cristianismo.
nunca más.” (Hegel, 1955, p. 414, citado por Dussel, 1993, p. 23)
Según Hegel, Europa, concebida de tal forma, tiene un «derecho absoluto» a ser la portadora del espíritu en este, su «estadio de desarrollo», frente al cual cualquier otra nación merece permanecer «sin derechos». (cf. Hegel, 1969, p. 340, citado por Dussel, 1993, p. 24 nota al calce 44) Para Dussel ésta no sólo es la mejor definición del «eurocentrismo», sino también funge de santificación del poder imperial del Norte o del centro sobre el Sur, la periferia; sirve de justificación al sometimiento de las antiguas dependencias a los poderes coloniales metropolitanos.
- A modo de conclusión
Enrique Dussel, mediante su análisis, muestra cómo el “descubrimiento” y la conquista de América provocaron una ruptura en la cultura de la región. Tras la conquista, se estableció una distinción entre pueblos cultos (los del llamado Viejo Mundo) e incultos (los del llamado Nuevo Mundo). Surgió entonces un etnocentrismo en el que una cultura -la europea- comenzó a verse a sí misma como el centro absoluto de todas las demás. El eurocentrismo inició así un proceso de occidentalización del mundo a partir del cual no se permite ni se respeta el derecho de otros pueblos a interpretar y vivir su propia realidad. En este sentido, Dussel tiene razón cuando, como se mencionó al principio, afirma que América fue inventada por la mirada eurocéntrica de los conquistadores. Pues, en el espacio proyectado por esa mirada eurocéntrica no hay lugar para la otredad. Allí sólo habita lo mismo.
Para terminar arriesgamos el siguiente resumen concluyente de la lectura crítica realizada por Dussel sobre el eurocentrismo: éste, a pesar de que se presenta como discurso sobre la superioridad cultural legítima de Europa, analizado a fondo, se devela como narrativa cuyo verdadero objetivo resulta ser la ocultación estratégica y la imposición violenta de relaciones de poder económicas y políticas desiguales.
- A modo de epílogo
Como mencioné anteriormente, uno de los interlocutores de Enrique D. Dussel fue el filósofo alemán Karl-Otto Apel. Los diálogos tuvieron lugar en una serie de encuentros coordinados por Raúl Fornet-Betancourt en su programa de Diálogo Norte – Sur y se extendieron de 1989 a 1997.4 Aunque no presencié las discusiones aludidas, traduje trabajos relacionados a esta y tuve la oportunidad de, en varias ocasiones, poder participar de otros encuentros que le sucedieron a aquellas fogosas y fructíferas “controversias”. Fue allí donde coincidí dos veces con el filósofo argentino y lo conocí personalmente. Nunca olvidaré cómo Fornet-Betancourt nos presentó. Mi tesis doctoral acababa de ser publicada y andaba con un par de ejemplares. Al presentarnos, mi Doktorvater le dijo que yo tenía un regalo para él y me guiñó el ojo. Antes de lograr salir de mi perplejidad le había entregado uno de los ejemplares traídos, a lo que reaccionó con el bondadoso comentario de que lo leería con atención, pues estaba investigando para escribir un tratado sobre estética. Y efectivamente lo pude observar el resto del día, sentado en la última fila, leyendo mi tesis doctoral. Se pueden imaginar cómo me sentí; un lector de ese talante es el sueño de cualquier aprendiz de filósofo.
Del 2 al 5 de noviembre de 2023 volví a participar del Seminario Internacional del Programa de Diálogo Norte-Sur en memoria del filósofo, teólogo y economista alemán-costarricense Franz Josef Hinkelammert, fallecido el 16 de julio de 2023. Fue llevado a cabo en Barcelona, lugar en el que ocurrió uno de mis encuentros con Dussel. Pudimos disfrutar de un rico intercambio de ideas provenientes de colegas de África, Asia, Europa y Nuestra América. El espíritu dusseliano nos estuvo acompañando a lo largo del congreso e inclusive en conversaciones que tuvieron lugar fuera del programa oficial. Comparto una anécdota en particular. Según un testigo ocular, filósofo, teólogo, músico y alto dignatario eclesiástico latinoamericano, en el segundo encuentro entre Apel y Dussel en México, caracterizado por una candente discusión entre ambos, el intelectual alemán cumplía años. De ahí que fuera acompañado por su esposa y su nieta. Para celebrarlo se le ofreció una cena en la que, de pronto, apareció un Mariachi tocando. El defensor de la ética del discurso no pudo ocultar su incomodidad y parálisis, mientras que el gestor de la filosofía de la liberación saltó a la pista de baile y se puso a bailar con la nieta de Apel. Ante esta situación los presentes, riéndose, comenzaron a decir que el empate había terminado y Dussel estaba ahora ganando la “contienda”. Esta anécdota la escuché el domingo 5 de diciembre durante el último desayuno en el encuentro. Al otro día nos enteramos de la partida del sentipensador de la liberación, justo el día anterior.
Literatura
Acosta, Yamandú, Sujeto Transmodernidad Interculturalidad Tres tópicos utópicos en la transformación del mundo, Universidad de la República Uruguay, Montevideo, Uruguay, 2020.
Dussel, Enrique: Von der Erfindung Amerikas zur Entdeckung des Anderen. Ein Projekt der
Transmoderne, Patmos Verlag, Düsseldorf, 1993.
Works by Enrique Dussel (colección digital, y de gratis acceso, a la gran mayoría de sus libros y artículos) en: https://enriquedussel.com/?page_id=58350&lang=en (24.12.23)
Hegel, G. W. F.: «Die Vernunft in der Geschichte», Segundo borrador (1830), en: Sämtliche
Werke, (ed.) J. Hoffmeister / F. Meiner, 1830. Hoffmeister / F. Meiner, Hamburgo, 1955.
Enzyklopädie der philosophischen Wissenschaften, edición de F. Nicolin, O. Péggeler,
Meiner, Hamburg, Alemania, 1969. Schelkshorn, Hans, «Treinta años de diálogo norte-sur. Una retrospectiva narrativa, Utopía yPraxis Latinoamericana, año 27, no. 99, Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, 2022 versión digital: file:///C:/Users/8440p/Downloads/Dialnet-TreintaAnosDeDialogoNortesurUnaRetrospectivaNarrat-8587727.pdf (24.12.23)
- Hasta el día de hoy han sido publicado unos 50 libros y unos 400 ensayos, algunos de ellos traducidos a 6 idiomas. Su obra es asequible, libre de costos, por medio de este enlace: Works by Enrique Dussel https://enriquedussel.com/?page_id=58350&lang=en Todas las citas de Hegel y Dussel han sido traducidas por el autor de este texto del original en alemán al español. ↩︎
- El colega filósofo y amigo uruguayo Yamandú Acosta ofrece en su excelente libro Sujeto TransmodernidadInterculturalidad Tres tópicos utópicos en la transformación del mundo (Acosta, 2020) profundos y muy sugerentes análisis sobre este concepto de cardinal importancia para la comprensión de la filosofía dusseliana. Los mismos son producto de largos años de investigación sobre y diálogo con el colega argentino. ↩︎
- El ciclo de conferencias fue publicado en 1993 por la editorial alemana Patmos Verlag. En el presente texto haré referencia a dicha publicación. Al final del artículo se encuentran las referencias bibliográficas pertinentes.
↩︎ - Para una descripción de los primeros 30 años del programa de diálogo Norte-Sur favor de consultar: Schelkshorn 2022.
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