¿Quién está divulgando la identidad, en conjunto, con todos sus matices y todas sus materias? No solo la identidad actual, ¿quién está divulgando lo que nos ha construido como pueblo hasta ahora?
Este año, el aniversario de la bandera nacional canaria me cogió, de pura casualidad, con un grupo de canarios. Desde que vivo en Europa es la primera vez que encuentro a varios compatriotas con los que una puede reunirse de vez en cuando y sentirse un poco más cerca de casa y un poco menos extranjera en las frías tierras del Norte.
Por esas cosas de la vida, también, todos son más chicos que yo. Algunos, más de una década. Para la mayoría, es su primera aventura migratoria. Las migraciones cuanto antes mejor, así no hay tiempo de enredarse en cuestiones que te impidan despegar el vuelo cuando sea necesario, y de migraciones y de necesidad, los canarios, sabemos bastante. Para mí, en cambio, la migración llegó ya un poco tarde, pero eso hizo también que mi estancia en Canarias fuera mucho más prolongada, teniendo tiempo de vivir y de absorber mucha más identidad. Pero, ¿fue solo una cuestión de tiempo o del tiempo que me tocó vivir? Desde pequeña, en una Canarias todavía en ebullición, había cientos de referentes en las calles, en las escuelas, en la música… Por cuestiones de la edad, estos chicos y chicas son canarios que han crecido con otra realidad, con otros referentes, o sin ellos que es, precisamente, lo que me llevó a escribir esta disertación.
Empezando con el habla: usan muchísimo el pretérito perfecto en lugar del indefinido, dicen “ostras” y “carete”, prácticamente no hay resonancia de la “che adherente canaria” y muchas cosas más… Hasta ahora, había sido más bien anecdótico y no me daba cuenta de que esa homogeneización lingüística con el estándar español, que también he sentido cuando visito las Islas, cada vez con más fuerza, y tiene otras consecuencias no puramente dialectales y que nos afectan bastante como pueblo, contribuyendo a diluir nuestra identidad.
Me sorprendió, por ejemplo, descubrir que casi ninguno de ellos conocía el «Ach Guañac» de Taburiente, mucho menos “La maleta” de Lezcano… pero es que ¿quién les está hablando a estas nuevas generaciones de la UPC, de Secundino, de Hupalupa, de Cubillo, por solo nombrar algunos referentes políticos importantes en la Historia de nuestro país? ¿Quién les cocina tollos en salsa, puchero…? Para mi sorpresa, les escuché que «de gastronomía canaria es que no hay mucho». ¿Quién les enseña la riqueza del folklore tradicional canario, quién les está contando nuestra Historia y cómo…? ¿Cómo escuchan la música reivindicativa de los primeros Sabandeños que tanto ayudó a crear conciencia, de Taller Canario…? ¿Quién les enseña a poner el algodón sobre el corcho para recordar a los finados…? ¿Quién está haciendo la labor identitaria en una Canarias cada vez más globalizada (esto, obviamente, no es un problema exclusivamente canario)? Si no hay una familia con fuerte anclaje en la tradición canaria y las escuelas e institutos cada vez reciben más funcionariado de fuera de Canarias; si no hay una televisión con contenido canario atractivo para los jóvenes o creadores de contenidos digitales con perspectiva canaria… ¿quién está divulgando la identidad, en conjunto, con todos sus matices y todas sus materias? No solo la identidad actual, ¿quién está divulgando lo que nos ha construido como pueblo hasta ahora?
Por supuesto que, a pesar de llevar casi una década fuera de Canarias, sé que aún quedan muchas personas comprometidas (prueba de ello es esta misma revista y la Fundación Tamaimos) con la realidad del país, pero, ¿está siendo suficiente frente a la oleada digitalizadora y homogeneizadora? ¿Estoy haciendo yo misma lo suficiente? No es una crítica a nadie, simplemente una reflexión, porque sobre trapos, nociones y naciones parece que nunca está todo dicho y siempre queda mucho por hacer. Pienso, mientras suena Braulio y su «Canto a Canarias» después del «Hipi hapa vacilanduki» de Bejo, en mi Spotify.