Desde el poblamiento de la isla de La Graciosa allá por 1884, las mujeres jóvenes y de mediana edad cruzaban El Río cada día a bordo de los barquillos a vela, cuando aún no había amanecido, para desembarcar en los veriles del Risco de Famara. Cargadas de cestas de pescado a la cabeza, descalzas muchas veces y, en algunas ocasiones, incluso con sus hijos pequeños en el cuadril, subían el Risco para llegar a los pueblos del norte de Lanzarote en donde intercambiaban el pescado por productos del campo o personales. Al anochecer volvían a bajar el Risco y, una vez en la orilla, encendían tegalas para anunciar a sus maridos o hermanos que podían ir a recogerlas, una labor que desarrollaron hasta en torno 1950 que permaneció activo el sendero.
El pasado 8 de marzo se hicieron entrega, en la Oficina Municipal de La Graciosa, más de veinticinco mil firmas respaldando la propuesta de colocar una escultura en el Camino de Las Gracioseras. Esta iniciativa, que nació durante el pasado confinamiento, pretende homenajear a todas esas mujeres que en su día tuvieron que subir el risco de Famara para vender el pescado en los pueblos del norte de Lanzarote.
Con el fin de lograr el apoyo popular, varios vecinos plantearon una campaña en la plataforma change.org y, durante un mes, publicaron fotos y videos que les permitió divulgar la iniciativa y, a su vez, aumentar el número de firmas. Según Rafael Hernández, portavoz de la idea, “este es un homenaje más que merecido por todos los trabajos que tuvieron que pasar estas mujeres”.
Petición en redes
Mientras la petición sigue activa en Internet, a día de hoy los promotores tratan de organizar un encuentro con una representación de las diferentes administraciones, su pretensión es poder explicarles el proyecto y tratar de establecer un plan de trabajo. Como punto de partida, plantean colocar la escultura en la zona conocida como La Cancela, lugar que para las gracioseras era el final del camino, al subir el risco, pero que también suponía el comienzo del descenso para volver a casa. Dadas las condiciones del entorno, la intención es que la intervención se haga siempre respetando la normativa pues no quieren que con este proyecto se pueda perjudicar de alguna manera el paisaje.
La ilusión es que la imagen resultante sea la de una mujer a tamaño real, tomando como referencia las que aparecen en las diferentes fotografías que realizó Javier Reyes Acuña en su época. Varios han sido los artistas que se han interesado por este proyecto y es por eso que a los organizadores les gustaría que la elaboración de la figura saliese a concurso. Además del apoyo de muchas personas, los impulsores ya han logrado que el pleno del Ayuntamiento de Teguise apruebe una declaración institucional refrendando este proyecto, lo cual supone que el objetivo esté cada vez más cerca.
Ojalá algún día podamos ver esta imagen cerquita de Ye, eso significará que todas las personas que pasen por allí, y la vean, conocerán que por ese camino pasaron unas mujeres muy valientes, que con gran esfuerzo lucharon por sacar su casa adelante. Gracias infinitas a todas ellas.
Oswaldo Betancort: “El Camino de las gracioseras narra la historia del esfuerzo de muchas mujeres de la Octava Isla por aportar a la economía familiar e incluso de partos que se dieron durante esta labor que realizaban conectando La Graciosa con Lanzarote por ello, es justo reconocer y rendir, y más en un día como hoy, este merecido homenaje a todas las mujeres gracioseras de esa época”.
Alicia Páez: “Es un honor como nieta e hija de esas mujeres y otras tantas mujeres que subían al Risco para alimentar a su familia, que hoy y siempre permanezca ese recuerdo palpable, para que las generaciones futuras conozcan la realidad de un pueblo que hoy es un destino de descanso, pero donde ha habido que trabajar con mucho ahínco para crecer como sociedad”.