Publicado originalmente el 10 de mayo de 2018
Una de las labores de las concejalas y concejales de un ayuntamiento es presentar mociones y abordar temas en las comisiones de control. Dichas iniciativas han de estar justificadas por su interés público, general y deben permitir hacer avanzar a la sociedad. Ningún tema tiene veto, todos entran en la terna de susceptibles de ser modificados, discutidos, repensados y debatidos. Es preciso, a tenor de los acontecimientos en torno a la iniciativa de Asunción Frías sobre el carnaval, asistir a los representantes públicos en su derecho y deber anteriormente mencionado. La labor realizada por un representante público, tampoco tiene que estar sometido a tergiversaciones, manipulaciones o ridiculizaciones para poder tumbarlo más fácilmente, creando una alerta social totalmente interesada.
Asunción Frías planteó un debate sosegado y tranquilo sobre el sexismo en las galas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y lo hizo extensible a otras fiestas como las Fiestas de Mayo. No pidió eliminar ninguna gala, ningún acto concreto, sino que incidió, además en preguntas y repreguntas, en que se trataba del arranque de un diálogo social en pro de definir nuestro modelo de Carnaval. Pese a ello, los que quieren apropiarse de los actos que son del pueblo, sacaron su maquinaria a pasear (no se pierdan el vídeo):
Lo vi hoy en la portada de @la_opinion y no quería creerlo. Yo si quiero que siga habiendo Galas de La Reina de Carnaval en SC pic.twitter.com/fUXRTkCk3F
— Carlos Alonso (@carlosislaTF) 5 de mayo de 2018
Este vídeo, con la sombra de Coalición Canaria merodeando, ataca la iniciativa con argumentos como que afectaría laboralmente a miles de familias o que la propuesta de Frías quiere conseguir lo que no consiguió el franquismo, acabar con el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Lo dicen los gestores que han permitido la simbología franquista y los nombres de las calles de la etapa dictatorial. En el lado del argumento laboral, recordar cómo actúa la formación en otros temas. Cuando se habla de tasa turística, responden que así vendrían menos turistas, que es nuestro modelo económico y emplea a miles de personas. En cuanto a la Reforma del Sistema Electoral Canario, que acabar con la Triple Paridad cercenaría el equilibrio entre islas. En todos los casos influye un elemento clave, infundir miedo con tácticas manipuladoras.
Asun Frías se defendió: «El día 10 (por hoy) NO se va a votar nada sobre el Carnaval ni sobre ningún otro tema, en la Comisión de Control NO se vota ni se toman decisiones, solamente se pregunta, se responde y se debate. Llevamos preguntas sobre el plan de servicios sociales, la tarjeta de alimentos, la ayuda a domicilio, el alquiler vacacional, el reparto de las instalaciones deportivas y el sexismo en las fiestas». Uno de los argumentos más repetidos ha sido que hay cuestiones más importantes que debatir que el sexismo en las fiestas, acudiendo siempre a temas sociales. Pasaron por alto el resto de preguntas de la concejala de Sí Se Puede, por error u omisión interesada. En cualquier caso, es grave que dicho error lo cometa un tertuliano que no ha accedido a la información, pero mucho más grave es que lo cometa un informador, que ha tomado partido, pero no se ha documentado sobre el contenido íntegro de la intervención de Frías.
Parecía una guerra de trincheras. Por un lado los sectores más progresistas, en pro de defender un modelo de sociedad más avanzado, y por otro los sectores más conservadores, entre los que se encontrarían los inmovilistas y los que no quieren escupir el plato que les da de comer. En eso apareció Noemí Santana, Secretaría General de Podemos en Canarias, y demostró muchas cosas. Primero, que en la vida no existen blancos y negros, a veces los matices son importantes. Segundo, que en la búsqueda de votos vale todo, incluso dar oxígeno a Coalición Canaria con tal de quitárselo a tu compañero de al lado. Tercero, que las contradicciones pueden llegar a ser tremendas cuando no se ha reflexionado lo suficiente sobre un tema concreto. Aquí su intervención en Twitter:
¿Qué niña canaria no ha soñado con ser reina del Carnaval de su tierra?
Nuestro carnaval forma parte de nuestro patrimonio y nuestra cultura. Hay que defenderlo y protegerlo, no ponerle cortapisas.
— Noemí Santana Perera (@noepmp) 5 de mayo de 2018
Posteriormente tuvo un intento de arreglo, pero lo que consiguió, a mi juicio, fue meterse en un jardín todavía más inmenso. Un terreno en el que trata a las mujeres cuidadas, con pecho artificial o que quieren ser princesas, como las oprimidas y no las otras.
La contradicción no es solo ideológica, sino también programática. Podemos presentó una moción el 3 de febrero de 2017 para sustituir las «decadentes» galas de la Reina Infantil. «La tradición y la popularidad de estos concursos no justifican su permanencia», subraya el texto informativo en la web del partido. En el bando de Coalición Canaria, niega en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife lo que sí se aprobó por unanimidad en el Cabildo de Tenerife en 2017. O a Carlos Alonso le hicieron una lobotomía o ahora la oportunidad estaba servida en bandeja de plata, como la cabeza de San Juan Bautista para contentar a Salomé. Gracias a ello, la plana mayor ha salido a criticar a Asun Frías y por extensión a Podemos y toda la izquierda. Es por eso que resulta tan ridículo el papel jugado por Noemí Santana.
La Comisión de Control se celebra hoy. El Ayuntamiento finalmente acepta estudiar propuestas, como la Gala de Elección del Rey del Carnaval, una medida tan sexista y tan poco inclusiva como la anterior y que, sin lugar a dudas, no era lo que solicitaba la propuesta. «Defendemos que haya todo tipo de fantasías y no estamos proponiendo que haya un rey y una reina y menos en la infancia, sino una una gala de fantasías infantiles donde se puedan presentar tanto niños como niñas. Creemos que eso es lo ideal para realmente avanzar en igualdad porque lo otro es avanzar en los roles estereotipados, con la mujer por un lado y el hombre por otro, que siguen reforzando las posturas machistas y el patriarcado», aclara en una entrevista en Diario de Avisos.
Con todo, más allá del rifi rafe infundido por una oportunidad política, animo a que la introducción del debate se convierta en moción. No es de recibo que la exposición pública de las niñas en diferentes certámenes de belleza, galas del Carnaval o simples fiestas de barrio, está infundido por el rol de mujer objeto que la sociedad ha construido. Siempre habrán sectores inmovilistas, pero por el mismo argumento de la tradición o la voluntad, seguiríamos viendo a las mujeres como simples costureras que respetan «las cosas de hombres», y generaciones que crecen asumiendo cuál es su papel social, también en las fiestas. Esta polémica ha de servir para remover conciencias y avanzar, en Carnaval o donde sea, todo está relacionado.