Dice la sección de los Premios Canarias que nació «como un instrumento de fomento de la cultura y al mismo tiempo como expresión del agradecimiento de la Comunidad Autónoma al esfuerzo de aquellas personas o entidades que, en relación con nuestro archipiélago, hubieran contribuido con su trabajo a la promoción y tutela de la cultura canaria y de los valores que representan la identidad». Este año 2021, tras el parón en 2020 por la pandemia, se convoca en las categorías de Bellas Artes e Interpretación, Investigación e Innovación y Patrimonio Histórico.
En concreto me quiero centrar en la categoría de Patrimonio Histórico, cuya convocatoria se dirige a «las personas o entidades cuya labor continuada en los campos de la Prehistoria, la Historia, la Historia del Arte, la Arqueología y el Patrimonio Monumental signifique un importante instrumento de profundización en las raíces históricas y señas de identidad del pueblo canario». En este contexto, no se me ocurre nadie mejor que Manuel Lorenzo Perera a quien ya han apoyado instituciones como el Ayuntamiento de Buenavista del Norte o el Cabildo de El Hierro y asociaciones como Yo Silbo, Pueblo Maho u Ossinissa.
Manuel Lorenzo Perera dedicó casi medio siglo a ejercer la docencia en la Universidad de La Laguna. Lorenzo Perera es licenciado en Filosofía y Letras, doctor en Historia y Profesor Titular del Departamento de Didácticas Específicas (Ciencias Sociales) de la Universidad de La Laguna y presidente del grupo folclórico de la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna. De manera paralela, ha dedicado su vida a la investigación etnográfica. Varios libros y varias investigaciones de primer nivel jalonan su amplia trayectoria.
Lorenzo Perera se pateó núcleos del interior de las islas, sobre todo de Tenerife, para recoger la historia oral, esa fuente histórica de gran valor que está tan denostada y tan poco usada. En una entrevista reciente afirma sobre esta fuente histórica que «en muchas sociedades se venera como, por ejemplo, en Japón. Allí, a los viejos artesanos y folcloristas se les otorga el título de tesoros nacionales vivientes. Por ello, a la cultura tradicional hay que apoyarla, difundirla, quererla y abrazarla. En Canarias, tenemos tradiciones milenarias que se han olvidado, que están casi olvidadas o que no se prodigan. Este es el motivo por el cual llevamos muchos años dedicados al estudio de la cultura tradicional canaria».
Manuel Lorenzo Perera propone «introducir la cultura tradicional canaria en todos los niveles de la educación: desde infantil hasta la universidad. En todos los niveles de la enseñanza hay que considerarla porque es el bien más sublime que puede tener un pueblo. En ocasiones, estas cuestiones no se trabajan porque hay complejo de inferioridad, porque pensamos que lo de fuera es mejor que lo nuestro o porque se cree que es una cosa de magos. Para mí el futuro de la cultura tradicional canaria debe estar en las escuelas». Como docente durante muchos años y, además, en la etapa universitaria, Manuel Lorenzo Perera ha detectado un déficit de conocimiento de la cultura tradicional en la educación, una reflexión que no es nueva pero que incide en la idea del menosprecio a nuestras costumbres en la educación reglada, un problema que, aunque mil veces detectado, no es nunca el contexto suficientemente bueno como para subsanarlo.
Comparte reflexiones similares sobre el folclore canario, del que señala que «tenemos el folclore musical más rico del mundo con más de 300 géneros, pero vemos unos programas por la televisión que son, hablando claro, una basura». El investigador es crítico y habla con su trabajo. Una producción intelectual sin parangón, entre la que se encuentran varios trabajos, revistas y decenas de libros. Todo esto ha sido reconocido, no sé si lo suficiente, probablemente no. Es hijo adoptivo de Buenavista del Norte y ha recibido la Espiral del año 2003 concedida por el Centro de la Cultura Popular de Canarias, el Premio Valores Humanos en 2004 o el Premio Rural de Tenerife en 2007, ambos concedidos por el Cabildo de Tenerife.
Pero un premio que para nosotros fue muy especial, no sé si para Manuel Lorenzo Perera también, fue el I Premio Tamaimos concedido a su trayectoria por la defensa y difusión de la cultura e identidad canaria. Fue en esos días de 2016, cuando estrenábamos con nervios el I Foro Bucio, el momento en que conocí a Manolo Lorenzo Perera. Después de la salida de los Alegatox, me para un señor y me pregunta «perdona, ¿dónde es el Auditorio?». Está acompañado de su inseparable Mari, su mujer, y su nieto Aday. El que pregunta por la localización del Auditorio es, nada más y nada menos, que el protagonista de la noche, la persona a la que se le va a entregar el Premio Tamaimos.
En posteriores ediciones hemos tenido la suerte de conocer a Manuel Lorenzo Perera más en profundidad, un hombre sencillo y extraordinario conversador. Los recuerdos me generan la nostalgia del Foro Bucio que el pasado año 2020 no se pudo celebrar por la pandemia y que confiamos poder celebrar, presencial y con debate con las personas asistentes, este 2021. Mientras tanto, no puedo más que apoyar de manera decidida la propuesta y candidatura del profesor Manuel Lorenzo Perera al Premio Canarias de Patrimonio Histórico. Será, sin duda, un Premio Canarias con todas las letras.