La idea de esta ruta, aunque parece ser nueva, proviene de la advocación a Santiago en Gáldar impuesta por los conquistadores tempranamente endenantes de la culminación de la conquista de la isla en 1483. A esta se le debe añadir la también impuesta de esta misma advocación en la localidad de Tunte, originariamente en lo que se conoció como Valle Santiago ya desde el siglo XVI. También existe el Camino de la Plata construido durante el siglo XIX que remite a la existencia de este en España y que ahora ha pasado a denominarse recientemente “Camino de Santiago”. Además, parece que, en efecto, se practicaron peregrinación a los templos con la advocación a Santiago como a otros tantos de la isla. Por si fuera poco, la Iglesia Católica desde 1976 reforzó esta advocación en la isla mediante la concesión de la Bendición Papal e Indulgencias Plenarias a cuantos visitaran el templo galdense durante dicho año jacobeo. Luego, en 1992, el papa Juan Pablo II concedió definitivamente “in perpetum” las gracias jubilares.
Los promotores de este “revival” del “Camino de Santiago canario” intentan amorosar esta ruta poco menos como una “tradición” exclusivamente “religiosa” a imagen y semejanza de la ruta ibérica. Evitan empatar esta advocación en Gran Canaria con la conquista llegando a difundir supuestas leyendas orales que no hallan soporte documental alguno. Nos referimos a la supuesta arribada de marineros gallegos que se salvan de un temporal y suben hasta los altos de Tunte a construir una ermita en honor a su patrón.
La realidad es que no se puede desvincular Santiago a la conquista de la isla en el caso de Gáldar, y teniendo en cuenta que en la zona de Tunte tuvo lugar la conquista definitiva de Gran Canaria, resulta bastante obvia la relación. Lo que sabemos es que ya desde el siglo XVI la zona donde estuvo ubicada la ermita original de advocación a Santiago ya era denominada Valle Santiago en los altos de Tunte, localidad a la que sería trasladada posteriormente. Y es que Santiago no es un ídolo más del santoral católico de la época; es el patrón de España y, en aquellos tiempos, más conocido como Santiago Matamoros, fue el defensor del catolicismo frente a todos sus enemigos: turcos, musulmanes, herejes y por supuesto los paganos canarios. Solo hay que observar la estatuilla conservada en el templo galdense, construido sobre el antiguo palacio guanartémico (¡oh casualidad!), espada en mano. Todo muy exclusivamente espiritual y religioso.
Ante estas obviedades a uno le asaltan múltiples dudas; Existiendo ya una Ruta de Santiago original para peregrinar a la supuesta sepultura del santo en Santiago de Compostela:
¿Qué sentido tiene fotocopiarla en otras latitudes?
¿Qué lógica tiene copiar y pegar en miniatura los mitos del nacionalcatolicismo ibérico?
¿Es necesario invertir desde instituciones en exaltar una “tradición” recién introducida?
¿Es respetuoso con nosotros mismos los canarios rendir este desmesurado homenaje a un ídolo religioso directamente vinculado con la conquista y etnocidio de los antiguos canarios?
¿Es ética esta pomposidad nacionalcatólica en la antigua capital indígena de Gran Canaria?
¿Es normal que en toda esta incongruencia esté promovida por un gobierno municipal autodenominado nacionalista canario?
¿No existen otros elementos de nuestra propia tradición y cultura por los que apostar?
¿Carecemos de personalidad y originalidad?
¿Por qué nunca vemos este esfuerzo institucional en apoyar otras “recuperaciones” como el Beñesmer, la Ruta Bentejuí y otras tradiciones canarias amenazadas?
Muchas dudas que resolver, a ver si me ayudan los lectores de Tamaimos.