La obra pretende -y qué duda cabe de que lo consigue- rendir homenaje a nuestro gran artista conejero. Para ello, se recorre la vida de Manrique desde su infancia en Famara, pasando por la guerra, estudios en Madrid, carrera en Nueva York y actividad y compromiso en su Titerogakat natal. La función reúne decena de artistas en el escenario entre actores, músicos, bailarines y cantantes de un gran nivel entre los que destaca Luis Morera, Olga Cerpa, Mingo Ruano, Maykol Hernández o Víctor Formoso. Ruano, ajeitado actor que representa a César, no puede sino recibir nuestros elogios por el gran papel representado desde todos los puntos de vista logrando reflejar fielmente el físico y el carácter desinquieto e intenso del artista. Dicho esto, no se puede desmerecer también el gran papel desempeñado por el elenco de un centenar de actores y coro durante una hora y media donde se interpretaron en directo varias canciones pegadizas, algunas de ellas creadas para la misma obra.
No sabemos si el año próximo se repetirá este espectáculo -esperemos que así sea-, si ese fuera el caso no podemos sino recomendar a los lectores que no lo hayan hecho aún, asistir y disfrutar de esta maravilla para los sentidos y sentimientos.
Pero ¿Qué hace tan especial a este musical? Además del justo homenaje a nuestro artista universal, la calidad, los detalles y la emotividad de este es sobresaliente. La canariedad a través de nuestra variedad lingüística, nuestra idiosincrasia, nuestro folclore, escenarios…son una constante en la función. Por otro lado, el compromiso de César con el desarrollo sostenible de su país natal, especialmente su isla de rofe y lava, queda claramente reflejado en el musical cuando decide regresar desde los Estados Unidos. También es memorable el amor y sensibilidad por su país y su cultura que, unidos a su vehemencia, le lleva a fajarse de manera directa en las luchas en defensa del territorio y sus valores naturales y culturales. No cabe duda de que sus valores y compromiso en el contexto del desarrollismo ciego del turismo en su tiempo constituyen un referente, algo que queda también claramente reflejado en la actuación. Por último, destacaría la presencia de otro gran artista comprometido y amigo de César, Luis Morera que comparte escenario con el actor Mingo Ruano y con Iván Álamo en el papel de Pepe Dámaso fundiéndose en un abrazo inolvidable. Emotivo momento que no solo rinde un justo reconocimiento, sino que aviventa la perseverancia de sus valores y pensamiento en la Canarias actual y futura.