Este documental coproducido por RTVE comenzó con fuerza y la espectacularidad de las imágenes de Tenerife. Además aborda cuestiones de sumo interés y presenta algunos resultados de los estudios en TAC realizados a varios xaxos guanches y se ilustran con buenos planos cortos del posible proceso de mirlado. La estrella de la narración es la momia guanche del barranco de Herques -sur de Tenerife- expoliada en el siglo XVIII y enviada como regalo al Rey de España Carlos III. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional –Madrid-.
El primer punto que llama la atención es el empleo del español septentrional de Castilla para dar voz a los guanches ya que al parecer el español de Canarias no se entiende por el rígido oído ibérico. También llama la atención la limitada rigurosidad a la hora de representar a los naturales tinerfeños con una estética de melenas generalizadas al grito de “ahul” más acorde al imaginario romántico eurocéntrico de los últimos siglos que a los indicios revelados por la ciencia.
No obstante, lo más sangrante en nuestra opinión es lo que se omite, es decir, aquellos aspectos que pueden ser molestos para el público español. Hablamos de aspectos tan “poco relevantes” como la conquista castellana que provocó el etnocidio de los guanches, el expolio de los difuntos de estos y la reivindicación histórica de la sociedad canaria de que el xaxo mejor conservado del mundo vuelva a su isla. Todo sea por no dar alas a la “Leyenda Negra” y no molestar al público.
En efecto, resulta sorprendente el tiempo dedicado a la violencia en la sociedad guanche – al parecer el resto del mundo vivía en una pacífica arcadia- que contrasta con la violenta conquista de Tenerife y la esclavitud de los guanches, a la que no dedican ni un segundo, ni un comentario, ni una imagen. “Los guanches dejan de momificar –dicen- tras la llegada de los españoles”, siendo este hecho al parecer una mera coincidencia. Sobre el expolio sistemático de los difuntos indígenas no se entiende que se haya ignorado la reivindicación canaria de traer de vuelta el xaxo de Herques. Esta demanda se remonta a 1976 y parte del Cabildo de Tenerife y, sucesivamente, del Gobierno de Canarias. Tras múltiples reclamos, la comisión de Cultura del Congreso de los Diputados aceptó en 2010 la devolución de la momia a Tenerife reculando dos años después por el supuesto “riesgo” que suponía el traslado.
Otras cuestiones como las opiniones de algunos especialistas también han generado algunas polémicas propias del debate científico e identitario que no es motivo de esta breve opinión. Lo que sí resulta obvio es que algunas omisiones y líneas discursivas en contenido y forma nos revelan –además de cierto aroma colonialista- una producción documental realizada por españoles y para los españoles donde su nacionalismo y el show priman sobre el rigor.