Publicado originalmente el 1 de noviembre de 2016
La festividad de los Finaos, como conmemoración tradicional para las personas que ya no están entre nosotros, se ha adaptado a los nuevos tiempos. La modificación de la celebración que ha pasado desde un carácter predominantemente familiar en el que se recordaban los difuntos por parte de las personas de mayor edad degustando productos de temporada como las manzanas, higos pasos, castañas asadas y nueces, regado con un vino dulce, ron miel o anís, junto con la presencia de los ranchos de ánimas, llamados por las familias para hacer más llevadero el tránsito al difunto.
De esta forma de celebrar hemos pasado a otra más multitudinaria y colectiva que se ha ido potenciando en la última década y media en muchos municipios e incluso en varios distritos de los municipios más poblados como manera de recrear las tradiciones populares en un ambiente de celebración.
Al tiempo, se ha venido desarrollando la celebración anglosajona del Halloween, con origen celta, en un principio importada por locales de ocio con fines comerciales para ir posteriormente penetrando en los centros educativos. Deteniéndonos un poco en los centros educativos, podemos observar, sin ser exhaustivo, una creciente presencia del Halloween pero sin ser obviados los finaos, que siguen teniendo presencia en bastantes centros con más intensidad en algunas zonas que en otras.
Resulta de gran importancia la defensa de nuestras tradiciones culturales. Para nuestro desarrollo como colectividad, al igual que todos los pueblos del mundo, es de gran importancia el mantenimiento de unas referencias culturales claras y, por ello, la celebración de los finaos es uno de los hitos anuales de importancia para el calendario lúdico-cultural de Canarias que, aún modificándose, como lo ha hecho a lo largo del tiempo, sigue siendo una herramienta potente para mantener nuestras tradiciones en un ambiente de disfrute colectivo.
A pesar de la expansión del halloween, la presencia creciente en los municipios y barrios de nuestra celebración tradicional de finaos no hace temer por su continuidad en el futuro ya que se confirma año a año la presencia masiva de muchas personas en las celebraciones organizadas por los ayuntamientos por lo que el optimismo en este caso está justificado.