En próximas entregas iré publicando diversos textos novelados con base de realidad. Se trata de los capítulos 3, 4 y parte del 5 de una futura novela titulada «El grito de las momias».
Lógicamente, los personajes, las instituciones y el formato son propios de una novela, pero la autenticidad está en el protagonista, Tegueste, representando en cierta medida a Pedro Hernández-Guanir, es decir, a mí mismo.
Autenticidad, también, conceptual del libro “La Conquista Incruenta”, como representación, en distintos momentos, de mi obra, tanto del “Natura y Cultura de las Islas Canarias”, como del libro de bolsillo “Conocer Canarias, Mil preguntas y respuestas para disfrutar” y de la Gran Enciclopedia Virtual Canaria “GEVIC”.
Autenticidad también de las ideas, los hechos, de los personajes, representando, con trazos vidriosos, en ocasiones, y, diáfanos, en otras, a personas reales. Autenticidad, también, de los escenarios y de las anécdotas descritas.
Por otra parte, estos capítulos son la continuidad del capítulo 1 y 2 de la novela, donde Tegueste acude a mi consulta como psicólogo. Él es el autor del libro “La Conquista Incruenta”, donde defiende que la identidad del pueblo guanche y canario no ha sido devastada tanto por la conquista cruenta, como por la conquista silenciosa y sibilina del estamento político-militar, la nobleza, la élite cultural, la academia, la Iglesia, medios de comunicación, intereses económicos y otros foráneos. Sin embargo, arrastrando diversos problemas, Tegueste acude a mi consulta de psicólogo, acuciado por un terrible sueño, aunque, inicialmente, lo que expone es su fobia a escribir, concretamente, a desarrollar un relato en base a un excepcional documento sobre un personaje guanche, llamado Benancorán.
El descubrimiento fue obtenido por carambola, tras la búsqueda del mítico catecismo guanche que investigaba un dominico seglar salmantino. La vida de Benancorán cuenta con datos muy fuertes, que conmueven a Tegueste, que, a la vez, le ponen en una nueva situación de tener que escribir sobre un tema del que desea huir, por las heridas del pasado. De ahí que los capítulos que se exponen justifican el porqué el protagonista evita prolongar su martirio con un nuevo libro conflictivo. Esto se agudizó con la repugnante manipulación de su obra, por lo que trató de desahogarse y recibir el apoyo del director de su departamento universitario.
Los capítulos implican una censura al “Dogmatismo de la Academia”, por sus muchos enfoques y procedimientos sesgados. No tanto a la Filosofía de la ciencia, como a la “Teología de la ciencia”, definida por atrapar la información de cualquier forma, como ocurre con el paradigma del Buen Salvaje”, para hacerla encajar en las “plantillas ideológicas” preestablecidas (praxis dogmática). Sobre todo, censurar el “Progresismo Logocéntrico y Estratégico”.
Las razones se infieren porque:
- Devalúa las cuestiones identitarias como parte esencial de las personas y de los pueblos. Desconsidera el propio concepto de identidad, de la educación identitaria y de la cultura popular.
- Solo considera la identidad desde una perspectiva externalista, analizando factores como economía y política, incluso, arqueología, pero que se aleja de la vida, de las emociones y del sentir del pueblo.
- No aprecia la identidad como un continuo histórico, cuyos inicios guanches o indígenas son importantes, como de necesarias son las raíces para un árbol, así como la consideración de sus diversas ramas.
Por otra parte, dicho progresismo:
- Prefiere seguir padeciendo amnesia sobre la Memoria Histórica que afecta a los orígenes de este pueblo.
- Se abstiene de reivindicar éticamente la dignidad del pueblo guanche, injustamente sometido, esclavizado, deprivado de sus bienes y cultura.
- En la actualidad, ningunea, minimiza o silencia su significación en las aulas y en la sociedad.
- Si bien, puede ocurrir en una posición opuesta la tendencia a reducir, hacer preponderante o exclusiva, en la identidad canaria, la dimensión indígena.
Asimismo, muchos progresistas ignoran que:
- La identidad mantiene una especial relación con la autoestima, el bienestar y la eficiencia individual, aunque en interacción con la comunitaria.
- La identidad tiene distintas gamas y matices, pues puede quedarse en mera materia de análisis; en una actitud no favorable, como es ser rechazada o ignorada; en una actitud positiva, compartida o injertada por gente no nacida en las islas, o bien interiorizada o experienciada en diferentes grados por gente que ha nacido y vivido en ellas.
En cualquier caso, la principal expresión de la identidad se encuentra en la dimensión vivenciada o subjetiva, a través de las percepciones, experiencias y emociones personales, populares o colectivas, que afectan a la visión de los propios cronistas y, por descontado, de los propios historiadores y teóricos.
Nota a la edición: este texto es una apertura a tres capítulos que mandó Pedro Hernández Guanir a Tamaimos.com para su publicación, y que irán apareciendo con el mismo título y bien referenciados en esta revista. Este texto es preliminar a las próximas entregas.