
Probablemente hablamos del leitmotiv más importante para movilizar, sensibilizar y sacar a la gente a la calle en Canarias. El medioambiente ha propiciado que las canarias y canarios se mantienen en masa en distintos momentos de las últimas décadas. Puerto de Granadilla, Veneguera o la lucha contra la imposición del petróleo, son solo algunos ejemplos. Debe ser una reflexión para los que están del lado de los manifestantes y los que están del lado de los constructores. ¿No deja claro que nuestro territorio ha sido maltratado a nuestra espalda? ¿No es evidente que una parte importante de la población está en contra de presionar más el territorio?
En esta ocasión la acción tuvo lugar para rechazar la construcción en La Tejita, una zona del litoral sur de Tenerife que se encuentra en un Parque Natural y que se mantenía libre de la especulación. Desde hace varios años, la Plataforma Salvar La Tejita lleva una lucha, entre otras formas, de manera judicial, contra la construcción de un hotel en la zona. La construcción estaba pendiente de ser levantada, pese a la oposición del Gobierno de Canarias. Durante años, la empresa constructora, el grupo gallego Viqueira, se lleva saltando las leyes de Costas de manera reiterada.
Pese a ello, el hotel seguía adelante. Ni el Gobierno anterior ni el actual, lo habían remediado. La consejería de Transición Ecológica, liderada por José Antonio Valbuena, había emitido un informe en contra pero no había hecho cumplir la ley, haciendo respetar el deslinde de la costa. Para acabar con la obra de este hotel ilegal y terminar con la inacción gubernamental, tuvieron que exponerse dos personas. Grúa azul y grúa roja, una joven y un joven, permanecieron 12 días en lo alto de sus grúas respectivas para protestar contra la obra.
Durante este tiempo, Salvar La Tejita denuncia acoso y trabas por parte de las fuerzas de seguridad. La empresa, por su parte, afirmó sin remordimientos que no iba a ceder ante «delicuentes». En un comunicado, indican que acatan la decisión de parar las obras «sin perjuicio de que vamos a ejercitar todas las acciones legales que correspondan contra esta orden de paralización manifiestamente ilegal y arbitraria, dictada por la Administración tras ceder a las presiones de delincuentes que actúan al margen de la ley y trasladan a la sociedad declaraciones falsas y tendenciosas».
Viqueira insiste en la obra que tiene proyectada en La Tejita. No en vano es un bisne que no quiere perder a ninguna costa. Para ello, ya ha iniciado las diligencias judiciales contra las activistas. La táctica es bien conocida en Canarias, nada nuevo. Una empresa fuereña llega a las islas, consigue dudosas licencias de obra, respeta más bien poco la legalidad y luego se encara con los manifestantes. Llámese Repsol o Viqueira, Canarias ha sido tradicionalmente un paraíso para especuladores.
No quiero dejar fuera de la reflexión a los «gobiernos progresistas». Tuvieron que subir dos activistas para que iniciaran las diligencias oportunas para paralizar la obra. Ahora se llenan la boca algunos de esos partidos, pero lo cierto es que habían mirado para otro lado durante todo este tiempo. Grúa roja y grúa azul (cuyos nombres no conozco) se merecen un enorme aplauso por su voluntad decidida de luchar por los derechos paisajísticos de su pueblo. Ahora vendrán los juicios, las amenazas y las calumnias, pero lo cierto es que dieron un enorme ejemplo de que las cosas se pueden cambiar.