
Braulio Antonio García, conocido internacionalmente con el nombre de Braulio, es hijo de Antoñito el del molino y de Pepita Bautista Pérez, trabajadora del Ayuntamiento de Guía. En el pueblo grancanario vivió una niñez feliz haciendo perrerías cuando se veía con sus amigos. Braulio era hijo único, en el molino también fabricaban hielo. “Mi padre me ponía trozos de hielo envueltos en una hoja de ñamera y yo subía la cuesta chupándolos”. En esta entrevista Braulio nos habla de esos primeros años en los que nació su vocación de músico cuando con apenas 8 años tocaba el timple en la rondalla Princesa Guayarmina.
Aunque el músico canario más internacional pasa la mayor parte del año en Miami, una ciudad que tiene un día dedicado al cantante, esta entrevista tiene lugar en su casa de Guía después de comer en uno de los bares más populares del norte de Gran Canaria. Durante la conversación nos cuenta su relación con personajes de sus canciones como Lolita Pluma o Tomasín, algunos episodios políticos poco conocidos como cuando durante el franquismo introdujo revistas del partido comunista en el cuartel donde hacía la mili en Galicia, el complicado momento de su carrera cuando decidió irse a hacer las Américas después de los problemas que le provocó su disco “Canto a Canarias” y nos cuenta su visión del nacionalismo canario.
Se acercó a la música muy pronto.
Era un chiquillo, creo que apenas tenía ocho años cuando empecé a tocar el timple en la rondalla Princesa Guayarmina que dirigía Chanito el practicante. Todavía me sigue interesando el folclore canario, y me enfado mucho si oigo a un grupo interpretando una malagueña como si fuera una isa. Después formé parte del grupo Mejías, cantábamos canciones italianas en los descansos de la orquesta, íbamos por bares y casinos de La Aldea, Guía, Gáldar y otros pueblos.
Eran años grises, había una dictadura política pero parece que usted disfrutó esos años.
La verdad es que disfrutábamos mucho. Aunque pasaban dramas, toda las semanas había un entierro con una caja blanca, de algún niño que no sobrevivía. Pero los chiquillos lo pasábamos bien jugando y haciendo perrerías, recuerdo las paliza que recibíamos si nos portábamos mal. En el instituto tuvimos a profesores como a ( padre del político Marino Alduán) que me dio clases de francés, también tuve como maestro a Luis Cortis, que había sido oficial del ejército republicano. Al instituto de Guía venía a estudiar gente de Gáldar, Moya y otros pueblos. Subíamos por los caminos de tierra, nos lavábamos los pies y nos poníamos los zapatos para entrar en clase.
Qué recuerdos tiene de sus padres.
Vivíamos en el casco de Guía. Mi madre trabajaba en el Ayuntamiento de Guía. Recuerdo que era muy defensora de nuestra identidad, era muy nacionalista. Mi padre se había ido a Cuba con 6 ó 7 años, cuando regresó fue muy emprendedor. Trabajaba en un molino de gofio, donde también fabricaban hielo. Mi padre inventó un filtro para aprovechar el aceite de los pozos, y cogió la patente y vendía el filtro. Recuerdo que cuando iba a la fábrica me ponía varios trozos de hielo dentro de una hoja de ñamera y yo salí de allí chupando el hielo.
Después del instituto fue a estudiar Perito Agrícola a La Laguna.
Estuve tres años en La Laguna. Recuerdo que el profesor de Biología don Carmelo me dijo : “Braulio, deje las lechugas y dedíquese a la música”. Y es que mientras estudiaba no dejaba de cantar, todas las noches hacíamos serenatas dedicadas a las niñas en los colegios mayores.
Y le hizo caso al profesor…
Cuando se murió mi madre decidí viajar fuera para cantar. Me presenté en el festival Atlántico del Puerto de la Cruz. Mandé una canción al Festival de Benidorm y me fui a Inglaterra. Cuando estaba en Londres me llamaron desde Benidorm para invitarme a participar en el festival. Les dije que sí quería participar, que yo mismo iba a interpretar la canción. Los camareros del bar donde trabajaba en Londres me dejaron dinero para poder viajar a Benidorm. Después me eligieron candidato de Eurovisión.
Antes de marchar a Inglaterra tuvo que hacer el Servicio Militar y tuvo algunos problemas.
Tuve que hacer la mili en Galicia. Mi madre se puso enferma y vine a Guía a visitarla. Un dirigente comunista canario me llamó y me pidió que pasara por Madrid que me iban a dar algo. Me dieron ejemplares de la revista Mundo Obrero, las escondí debajo de mi abrigo. Un mando me vio llegar y me tocó en la barriga por encima de la chaqueta y me dijo “canario, parece que cogió usted algunos kilos en su tierra”. De esa escapé. Pero luego me preguntaron si quería participar en la misa y dije que no, por lo que me pasé el resto de la mili limpiando chocos. Siempre teníamos fórmulas para saltarnos las normas, en el cuartel leí “La Madre” de Gorki envuelto en las pastas de Guerra y Paz.
Me decía antes de comenzar la entrevista que prefería no hablar de política. Pero usted sigue la actualidad de Canarias aunque resida fuera, y políticamente siempre se le ha situado en el nacionalismo canario…
Creo que es importante que hayan partidos canarios en Madrid. Me dio pena que Quevedo no saliese elegido diputado al Congreso. A mí me gustaba verlo presidiendo una comisión de investigación, me gustaba ver a un canario como se imponía.
¿Debería unirse el nacionalismo canario?
Creo que sería bueno para las islas la unión de los partidos nacionalistas, es fundamental para que Canarias pueda tener una voz fuerte en Madrid y no dependa de los intereses de partidos de otras comunidades. El nacionalismo no es de izquierdas ni de derechas, en un sentimiento de defensa de nuestra tierra. También me gusta escuchar al diputado canario de Podemos en Madrid. Si no nos juntamos, nos mandan a tomar por saco.
Pero hay que reconocer que en Canarias no se ha notado mucho que hayamos tenido un cuarto de siglo de partido nacionalista presidiendo el gobierno, ¿no?
En la cultura canaria que tenemos no se notan 25 años de gobierno nacionalista. No se ha intentado mantener nuestra habla, como los gomeros defienden el silbo. Pero sigo creyendo que es importante un nacionalismo unido frente a Madrid y Bruselas. Es importante que haya un nacionalismo que no se quede en folklorismo.
Lolita Pluma fue un personaje popular de Las Palmas de Gran Canaria pero usted le dio fama internacional, y ella lo supo en vida…
Sí, cuando estaba en Las Palmas y paseaba por el parque Santa Catalina me la encontraba. Cuando ‘Canto a Canarias’ se hizo popular ella una vez me vio y me dijo “Mira ‘Bravio’(así me llamaba), yo aquí me saco mi dinerito, pero me han dicho que te estás forrando con mi canción y no me has dado nada, así que cómprame un traje”. Y entré con ella en una tienda para turistas y le compré un vestido de muchos colores, y flores. Unos días después la volví a ver y le pregunté por el traje y me dijo : “lo recorté y lo hico pañuelos”. Me reí y le dije que no le iba a comprar más nada.
También le cantó a Tomasín, un personaje popular de Guía.
Yo quería mucho a Tomasín, me gustaba conversar con él, gastarle bromas. En los años en los que me consideraban un proscrito Tomasín siempre estaba conmigo cuando había gente que me huía. Caí malo y estuve tres meses en cama y Tomasín venía a mi casa a acompañarme y cogía el timple y se ponía a cantarme canciones de Antonio Molina. Le tenía mucho cariño, lo pasaba muy bien con él, aunque se enfadaba con mis bromas.
Hubo otros personajes anónimos que no sé si existieron, si los conoció en carne y hueso, como el chulo playero.
Había muchos chulos playeros. Pero el que cuento en la canción existió, hubo un tipo que robó la dentadura a una turista mayor pensando que era de oro maciza.
Sus canciones son como relatos, no se quedan en un canto al amor, sino que son pequeñas historias de gente. ¿Le gusta escribir relatos?
Sí, tengo un libro que se llama ‘Relatos y anésdotas’ donde cuento pequeñas historias de mi infancia y también cosas me han ocurrido durante mi carrera artística.
¿Qué le mueve más el amor o el humor?
No los podría separar. Mis exparejas siempre recuerdan que cuando me levanto cada día tengo un comentario positivo, un piropo, siempre me levanto de buen humor. El humor, aunque en las redes sociales me complique la vida.
Alguna canción que borraría…
Uff, la época de Barcelona hice canciones por encargo de la compañía, por ejemplo no me gusta “Rocío” es una historia horrible.
Cinco canciones fundamentales…
En la cárcel de tu piel . En bancarrota .Crónica de un mejor amor. El vicio de tu boca. Qué tentación.
Cinco canciones de las islas…
Patria Canaria. Lolita Pluma. Tenerife . Para sentirme canario. Mándese a mudar.
¿Por qué no regresa a Canarias?
Yo no sé jugar a la baraja ni al parchís, yo soy feliz cantando y en las islas no me salen suficientes actuaciones al año. En Miami me llaman de varios países y cada mes tengo una o dos actuaciones. A veces hago hasta 20 actuaciones al año en diferentes países. Pero está claro que las islas me llaman, su paisaje y su paisanaje. Me gusta estar aquí en Guía, con amigos de toda la vida, con primos, con mi familia…
Exilio en Miami, el precio de cantar a Canarias
Después de hacer la mili y de trabajar cantando en locales de Inglaterra llegó la oportunidad de Eurovisión. ‘Sobran las palabras’ ganó el apoyo de la audiencia de TVE (se votaba por primera vez) para participar en el festival europeo. Fue el primer gran salto a la popularidad, a partir de ahí la publicación de nuevos discos, actuaciones en televisión, una carrera en ascenso que tropieza por un disco dedicado a sus islas ‘Canto a Canarias’. “Mi compañía me ofreció un contrato para grabar tres discos, y yo les ofrecí un cuarto disco gratis, a cambio de que fuera un disco con canciones dedicadas solo a Canarias. Me intentaron desanimar diciendo que en Canarias no había mercado suficiente para sacar un disco, pero yo les insistí y logré grabar Canto a Canarias.”
Fuera de las islas seguían llamando a Braulio, pero en Canarias el guaperas que conquistaba tantos corazones era visto por algunos poderes fácticos como un peligroso cantautor que se atrevía a decirle “mándese a mudar” a los que habían venido “pensando encontrarnos aun con taparrabos y ve que no es fácil volver a engañarnos como en el pasado”, desde algunos poderes económicos y políticos no se podían permitir conciertos en los que alguien reconocido cantara “defendamos a Canarias de los que quieren hacer de esta tierra fortaleza que sostenga su poder”, y empezaron los vetos.
“Cuando el disco estaba en la calle me llamó el representante de un ayuntamiento para decirme que le gustaba mi música, que quería que actuara, pero que no tenía dinero. Se lo habían gastado en Raphael y Rocío Jurado. Cuando vi ese panorama, donde además yo me estaba separando, decidí marcharme fuera de las islas.” Aunque al principio pensó quedarse a vivir en República Dominicana o en Puerto Rico “eran dos países que me gustaban mucho, porque se parecían a Canarias”, al final estableció su residencia en Miami, porque es la capital de la música latina y todos los productores le aconsejaron vivir esa ciudad donde todos los años se celebra el día de Braulio.
* El autor es el periodista Juan García Luján. La entrevista apareció originalmente en el número 1 de la Revista El Bucio.