Publicado originalmente el 26 de junio de 2016
Lo mismo nos llegan sus pastillas el lunes, que las tienen que mandar de Sevilla.
Dudo que haya canario al que le hiciera la menor gracia escuchar esta frase de boca de su farmacéutico a la hora de recoger sus medicamentos. Pero esto podría ser una de las consecuencias de la posible fusión de las dos cooperativas de distribución farmacéutica canarias, COFARCA y COFARTE, con Bidifarma, la sociedad cooperativa que agrupa a las cooperativas andaluzas.
De llevarse a término esta fusión, la facturación de las cooperativas canarias supondría el 30% del patrimonio de Bidifarma. Pero la representatividad en la toma de decisiones no se correspondería con la aportación económica. Los cooperativistas canarios sólo representarían el 10% de los socios, con lo que su peso en la toma de decisiones de la nueva sociedad, sería prácticamente anecdótico.
Ejemplos de las consecuencias del sucursalismo, por desgracia, no nos faltan en estas islas, a veces, tan desafortunadas. Intereses particulares o una visión excesivamente cortoplacista ha llevado a no pocas empresas o entidades canarias a formar parte de grupos más grandes, sucumbiendo a los cantos de sirena de un supuesto crecimiento, llevándose a miles de kilómetros los centros de decisión y de visión estratégica. El resultado final de todo esto, la desaparición de Canarias y los intereses de su sociedad de la agenda de dichas empresas y entidades.
Si malo fue lo que ocurrió con las que en su día fueron las cajas de ahorro bandera de Canarias, imaginen las nefastas consecuencias que podría tener para el servicio que esto ocurriera con la distribución farmacéutica: lentitud en la reposición de los fármacos, catálogo no adaptado a las especificidades canarias, desabastecimiento de zonas o islas poco rentables,…
Todo esto sin entrar a contar temas como que la sociedad tributaría donde tenga la sede, con lo que supondría de merma a las arcas canarias. Un sector que se sumaría al turístico en la explotación de rentas en nuestro país para revertir a nivel impositivo en otro lugar.
Se pinte como se pinte, la lucha contra el sucursalismo es una lección que la sociedad canaria debe aprender cuanto antes, por su propio bien.