Ni el más avezado de los analistas, ni el más extremista de los tertulianos, ni siquiera el más hipocondriaco de los mortales, podía imaginar unas medidas de confinamiento como las que se ha impuesto a la población en Canarias, en todo el Estado y en varios países, principalmente de la Unión Europea. Hablamos de 15 días, en principio, de aislamiento en viviendas, de salir solo para comprar, sacar a la mascota o acudir a la farmacia. El período, que ya empieza a desquiciar a buena parte de la población, se puede extender, calculan, hasta dos meses, dado que el pico de casos va en aumento.
Es necesario. El virus ha corrido de manera estrepitosa y los casos se multiplican cada día. El #quédateencasa, #yomequedoencasa, etc. debe ser más que un hashtag para ser nuestro día a día, al menos mientras este maldito bicho siga corriendo e infectando a gente. Hasta que la pandemia no esté estabilizada no se reanudará una vida normal. Siguen trabajando personas que son esenciales para ayudar a los demás como sanitarios, farmaceuticos, transportistas de alimentación, empleados de supermercados, etc. Gracias a ellas y ellos el resto podemos estar en nuestras casas viendo escampar el temporal. Podemos salir y conseguir todo tipo de bienes de primera necesidad con total normalidad. La primera lección de esta crisis es que hay personas que son necesarias, pero quienes nos ayudan a mantener nuestra vida en condiciones muy difíciles, esas son imprescindibles.
La segunda lección tiene que ver con el control de la pandemia en Canarias. Las islas son un territorio extremadamente frágil, con una alta densidad de población. Ahora casi no nos acordamos porque todo camina a un ritmo acelerado, pero qué sería de nosotros si no se llega a controlar el primer caso en La Gomera y el del hotel H10 en Adeje (Tenerife). Según algunos epidemólogos estaríamos en niveles similares a los de la Comunidad de Madrid. La actuación fue rápida y efectiva.
La tercera lección tiene que ver con nuestro modelo económico y nuestros riesgos ante estas situaciones. Lo dicho, podemos agradecer que se atajaron los focos y, aunque el riesgo de explosión sigue, en Canarias el virus se ha controlado razonablemente bien y confiamos en que con las medidas de confinamiento mejoren sustancialmente la situación en el próximo mes. Pero tengo la sensación, y no sé si soy el único, que hemos jugado con fuego. La densidad de población de las islas, sobre todo en Gran Canaria, es muy alta. Una explosión del coronavirus hubiera dejado una situación dantesca.
Es probable que no se tomaran las medidas más efectivas de cierres parciales de puertos y aeropuertos. Siempre hay que pedir al Estado. Mientras ellos controlaban el movimiento por carreteras, aquí seguían entrando aviones y cruceros como si nada. La salud no la vale el turismo depredador que han impuesto como principal fuente de ingresos. Tampoco directrices de Madrid que está demostrado que no entiende el hecho insular. Finalmente han entrado en vigor las medidas de control de operaciones aéreas y marítimas que posiblemente tuvieron que entrar la pasada semana.
La cuarta lección ya la adelantaba la semana pasada. En un mundo global, lo que pasa en Wuhan afecta en Santo Domingo, las afecciones de Moscú están resonando en Ciudad del Cabo. Así es el mundo de hoy, lo hemos construido entre todos y lo hemos aceptado, con sus cosas positivas y negativas. Aquellas voces que hablaban del «virus chino» y que reducían su impacto, se encuentran ahora lamiendo las heridas de una Europa que está en el centro del foco más infectado por el virus.
En quinto lugar, necesitamos generar cultura positiva. Es un bache, sí, pero con responsabilidad lo superaremos. Nos vienen como anillo al dedo reflexiones como la del Catedrático en Psicología y Premio Tamaimos, Pedro Hernández Guanir. Guanir propone que busques fórmulas de entretenimiento, como disfrutar del ocio (cine, libros, etc.), que te informes bien y por fuentes oficiales, que dejes un espacio para estar separado del monotema, que tomes los cuidados y las recomendaciones oficiales y que te centres en los aspectos positivos y esperanzadores que empiezan a salir de la crisis. Una de ellas es el desarrollo de la vacuna por la industria farmacéutica china.
Reiterar lo importante de quedarse en casa. En Tamaimos.com estamos sacando pequeñas píldoras de entretenimiento para que quedarte en casa sea también un ejercicio autocentrado y de reflexión crítica. En ese sentido, hemos liberado desde la Fundación Canaria Tamaimos, el reportaje documental Puntales. Juventud canaria para una nueva era. No podemos mejorar la situación, pero podemos ayudar a paliarla.