Publicado originalmente el 9 de febrero de 2009
La entrevista a Ana Oramas, publicada en el blog de Francisco Pomares, no hace sino confirmar lo que ya hace tiempo se sabía: la lagunera lleva una carrera ascendente y se confirma como la más firme candidata al relevo de Paulino Rivero. A su favor: su rancio abolengo ático, su imagen “nueva” -no asociada a ninguno de los casos de corrupción que abundan en Canarias-, su trabajo -firme a la vez que constructivo para los intereses de Coalición- en la capital de la metrópolis,… Además, ante el electorado canario aparece como una figura más centrada y amable que la de otros futuribles de Coalición. En la Villa y Corte, ha cultivado Oramas una imagen de firmeza frente a los ministros socialistas como no se recuerda. Recuerden el famoso rasque que le echó al Ministro de Cultura, César Molina. Sin embargo, al mismo tiempo no deja de proyectar esa imagen como colaboradora y “conseguidora”, que tanto gusta en Canarias. En su contra: más allá de las naturales envidias tan propias de la profesión política,…no sé, díganme ustedes qué obstáculo puede encontrar Oramas para suceder a Rivero cuando la jauría de ATI se acabe de abalanzar sobre él.