A la hora de sentarme a escribir éstos párrafos le pedí consejo a un buen amigo, el cual me dijo que hablase de Proyecto ANTI desde las vísceras y las sensaciones, o que encargase a alguien el hacer un artículo formal y en tercera persona hablando de nuestra campaña. Soy más de la primera variante para ser sinceros.
Como rostro visible, voz principal y hemisferio cerebral del proyecto, empiezo hablando de la satisfacción que me da por fin tener algo que poner sobre la mesa y aportar a la iniciativa de Tamaimos, la cual sigo desde hace ya varios años. Continúo hablando desde los pies, agradecidos de la decisión de meter a camino esta aventura y quedarme en el país, en un periodo de mi vida en el que nada me impedía emigrar a Europa en busca de aires nuevos y economías más estables.
Las canas que empiezo a peinar hablan de dos años de muchos rumbos trazados y descartados, de propuestas y composiciones por parte del otro hemisferio cerebral y manos, dos, izquierda y derecha, del proyecto: Pedro Umpiérrez. Hablan de trabajo y esfuerzo, tiempo y dinero, satisfacción y optimismo, momentos duros y vacilones memorables, de horas sin dormir y días sin parar.
Los músculos faciales hablan de ese tipo de sonrisa que se escapa cuando uno ha salido de un terreno trillado, de un entorno cerrado y predecible, para entrar en otro desconocido y desafiante. El tipo de sonrisa que se tiene cuando uno ha conseguido recibir muestras de cariño, aprecio y respeto más allá de familia, colegas y seguidores habituales. Y no solo uno, sino también gran parte de la compañía que materializa el asunto.
Y las tripas me hablan de eso precisamente: de materialización, de un periodo loco como pueden ser los exámenes, los trabajos de fin de grado, unas oposiciones… Una campaña de crowdfunding tramada hace dos años que está sucediendo mientras escribo estas palabras. Un todo o nada, un salto de enamorado, un ANTI y un después.
Y por supuesto, todo el bagaje de aprendizaje adquirido y renovado sobre ritmos, palos y elementos de folklore poco conocidos, el poder intercambiar décimas con Domingo Umpiérrez y gozarse las Libreas de el Palmar de Buenavista con Manuel Lorenzo Perera, tener a miembros de la compañía “Pieles” como colaboradores cercanos, las tardes de los martes junto a Aníbal Llarena en sus clases de percusión tradicional en el barrio de La Candelaria…
A días de que se decida si el “Fundamento” que pretendemos sentar con nuestro primer álbum llegará en la fecha programada (Primavera del 2020) con todo su aluvión de recompensas, reflexiono y pienso en lo que me dijo Pedro Umpiérrez en su momento: esto solo se puede conseguir apostando por hacer nuestro propio abono a base de lo que tenemos en nuestro propio cubo. Esa frase me marcó y quedó inmortalizada en el tema “Libertad sin Complejos”.
En verdad tú, usted o ustedes que leen esto son quienes deciden si hay o no hay “Fundamento”. Esto es como uno de esos libro-juegos en los que el lector decide lo que pasa en la historia: “si vas a entrar en la cueva, vete a la página 61. Si decides escalar la montaña, vete a la 84”. Pues algo así:
Si lo que has leído hasta aquí no te despierta curiosidad ni interés, AQUÍ TERMINA TU AVENTURA (y la nuestra).
Si quieres saber mas, o ya sabes que es proyecto ANTI y quieres que la aventura acabe bien, vete aquí