
Publicado originalmente el 12 de abril de 2018
Podemos culpar a la Ley Electoral, está claro. Fue una injusticia a nivel numérico que no consiguieran dos escaños con 53.981 votos, sexta fuerza más votada en Canarias. Agrupación Socialista Gomera obtuvo tres con 5.089, menos votos que UPyD o ANC, y menos de la mitad que el PACMA. Pero son las normas del juego, la legalidad con la que ellos, Ciudadanos, se llena la boca. La formación naranja está fuera del Parlamento de Canarias y eso es una realidad. Acaten, por favor, las reglas del juego democrático, como dicen en otros contextos.
En cambio, Ciudadanos está sobrerrepresentado en Canarias. Como una ola descentrada que viene de la Península Ibérica, y como la demoscopia estatal dicta la agenda pública canaria, el partido liderado por Albert Rivera aparece en debates, tertulias o intervenciones públicas como si estuviera representado en el Parlamento. No ocurre lo mismo con Unidos, al menos en sus candidatos al Parlamento, con 32.701 votos o Izquierda Unida Canaria, con 20.029, siendo extraña la intervención de Ramón Trujillo al nivel de Melisa Rodríguez.
El espacio ocupado por Ciudadanos no es ni de lejos el que le corresponde. Mariano Cejas, Saúl Ramírez o la propia Melisa Rodríguez tienen un tratamiento de diputados del Parlamento canario, cuando, a nivel real, no tienen representación en la cámara. Si la legalidad es el catecismo en otras situaciones, aunque sean injustas, en esta ocasión también tendría que estar sobre la mesa. ¿O la cuestión solo sirve para la Constitución y todo lo que sea relativo a recrudecer el centralismo?
Como ellos se toman la licencia de criticar la legalidad sin estar, lo voy a hacer yo también. Que se esté debatiendo el Estatuto de Autonomía en el Congreso de los Diputados es, cuanto menos, anormal. En la Ponencia del Estatuto de Autonomía de Canarias están los representantes de Ciudadanos Saúl Ramírez y Melisa Rodríguez. Allí, siendo cuarta fuerza en el Estado y sin representación en Canarias, los naranjas prefirirían que ese Estatuto no pasara por Canarias, como si de una carta otorgada se tratara. De hecho Ramírez propuso continuar el trabajo parlamentario sin esperar por la cámara canaria.
Con los aforamientos y otras cuestiones como marketing político, la idea central de Ciudadanos es asegurar que el Estatuto no se separa demasiado de la idea centralista que ellos conciben. En este sentido, Ciudadanos plantea una serie de enmiendas al Estatuto. En el Artículo 1 proponen especificar que Canarias es una nacionalidad «que integra la Nación Española» y eliminar el reconocimiento de la identidad canaria. «Este sujeto es el que ejerce el derecho y lo hace, conforme a la Constitución, en el marco de la Nación española de la que forma parte y se integra», justifican. Sobre la identidad canaria: «no compartimos la idea, reiterada, sobre una supuesta «identidad» de Canarias, en tanto que tal, e, incluso, con la capacidad para convertirse en objeto de la tarea suprema de las instituciones democráticas». Continúan: «Las singularidades no son aquello que merezca protección de una manera tan relevante como para dar sentido a la acción de dichas instituciones».
La carga simbólica que tiene esta doble enmienda, encierra lo que es Ciudadanos desde sus orígenes, o lo que es lo mismo, una derecha recentralizadora con discurso de cambio, similar a los nuevos populismos modernos en Europa, con los que nos sorprenderíamos de no coincidir con los Orban, Le Pen o Salvini, mucho menos sutiles. Lo tenemos fácil, señores de Ciudadanos. Las singularidades españolas en Cataluña, como el idioma español o el resto de manifestaciones, no merecen una protección relevante por parte de las instituciones, por lo tanto, no sé qué hacen ustedes criticando la supuesta orientación educativa de la Generalitat. Además, debemos hacerlo extensible y eliminar todas las referencias a singularidades, identidad o costumbres propias de España en todas y cada una de las Comunidades Autónomas, ¿cómo lo ven ahora?
En las enmiendas de Ciudadanos no veo ni una sola medida que avance hacia el mayor autogobierno, en el camino de crear un Estatuto de Autonomía que mejore el actual, a todas luces limitado. La intención de Ciudadanos es menoscabarlo y dejarlo en harapos, sin que sea elegido por consenso por la mayoría social del Archipiélago, ni que sea, por supuesto, refrendado en referéndum. De hecho, si ellos pudieran, lo eligirían en Madrid y dejarían fuera al Parlamento y a los canarios. Sin embargo, no están en el Parlamento, la legalidad, injusta o no, lo ha decidido así. Y pese a quien le pese, aunque lo quieran sobrerrepresentar, Ciudadanos no tiene poder de decisión en la máxima institución en Canarias. Las normas del juego democrático son así…